miércoles, 8 de mayo de 2013

COMO DEBEN SER LOS QUE PRESIDEN LA IGLESIA DE DIOS

1 Timoteo 3:1-7 3 Esto es muy cierto. Si alguien aspira al cargo de presidir la comunidad, a un buen trabajo aspira. 2 Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible. Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. Debe estar siempre dispuesto a hospedar gente en su casa; debe ser apto para enseñar; 3 no debe ser borracho ni amigo de peleas, sino bondadoso, pacífico y desinteresado en cuanto al dinero. 4 Debe saber gobernar bien su casa y hacer que sus hijos sean obedientes y de conducta digna; 5 porque si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? 6 Por lo tanto, el dirigente no debe ser un recién convertido, no sea que se llene de orgullo y caiga bajo la misma condenación en que cayó el diablo. 7 También debe ser respetado entre los no creyentes, para que no caiga en deshonra y en alguna trampa del diablo. Los que presiden (pastores) una congregación son los obispos de esa congregación, Hech. 20:17, 28. Debe haber ancianos en cada congregación, Hech. 14:23; 11:30. Este es el orden establecido por Dios. Los obispos son los líderes de una congregación; por eso, deben ser hombres fuertes y dedicados a Dios, como Moisés, Josué (1:7), y Samuel. "Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos" (1 Cor. 16:13). "Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo" (Prov. 11:14). La obra de los obispos es la "dirección sabia" de una congregación. Sin la "dirección sabia" la congregación, al igual que el gobierno, el hogar, la empresa, etc., no funciona bien. Israel cayó por causa de sus pastores infieles (Ezeq. 34). -- buena obra desea -- Hech. 20:28-30; 1 Ped. 3:1-4; Heb. 13:17; compárese Ezeq. 34:1-6 (Heb. 12:12, 13). El obispado no es para el hermano "al cual le gusta tener el primer lugar" (3 Jn. 9). "Siempre ha habido quienes desean mandar, dirigir, o dar órdenes, pero no se ocupan en hacer la obra", pero Pedro dice a los ancianos, "No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey" (1 Ped. 5:3). Más bien, el obispado es una obra, la de "apacentar (poimaino) la iglesia del Señor" (Hech. 20:28). Poimaino quiere decir pastorear (Luc. 17:7). Espiritualmente el pastorear incluye (1) el instruir; (2) el exhortar o amonestar; (3) (siendo hombres espirituales su trabajo es) buscar a las ovejas descarriadas para restaurarlas al redil, Gál. 6:1; (4) el disciplinar (Rom. 16:17, 1 Cor. 5; 2 Tes. 3), y (4) proteger (compárese Hech. 20:29, 30). Heb. 13:17 dice que los pastores "velan por vuestras almas"; aunque en este texto aparece la palabra hegoumenois, pastores es traducción correcta porque los pastores (obispos, ancianos) son los líderes que velan por las almas de los miembros de la congregación. Por lo tanto, el hermano que anhela, busca, desea obispado ama el rebaño (la iglesia). Ama a las ovejas y, por eso, conoce a todas las ovejas del redil (Juan 10:4, 14), y sabe cómo alimentarlas. La palabra apacentar (poimaíno), significa pastorear o cuidar. Esto incluye la dirección, la alimentación y la protección. El trabajo de los pastores, al igual que el de los apóstoles, profetas y evangelistas, es el edificar (perfeccionar) a los santos (Efes. 4:11, 12). Compárese 2 Tim. 2:2 (el trabajo encomendado aquí para el evangelista es también el trabajo de los pastores), porque estos deberían entrenar obreros de toda clase (p. ej., maestros, directores de cantos). Todo hermano, aun el neófito (1 Tim. 3:6), que piense que algún día quisiera ser un anciano, debe tener delante de los ojos todos los días los requisitos para obispos de 1 Tim. 3; Tito 1. De esta manera estos requisitos serán la meta hacia la cual van avanzando día con día. Desde luego, al avanzar hacia esta meta, también estará avanzando hacia el premio final (Fil. 3:14). 3:2 Pero es necesario que el obispo sea irreprensible (T 1:6) -- Ahora Pablo explica los requisitos para obispo. Los hermanos que reúnan estos requisitos y sean escogidos por la congregación para ser obispos son puestos por el Espíritu Santo (Hech. 20:28). Anepilemptos, irreprochable, intachable, no expuesto a censura, sin reprensión (6:14). Compárense Jn. 8:46; Hech. 20:18, 33, 34; Gén. 31:36-42; 1 Sam. 12:3, 4. 3:7 "También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera". Compárese 1 Tim. 4:12; Tito 2:6-8. Si "los de afuera" respetan a los obispos, respetarán también a la iglesia, pero si pueden destruir al liderato, pueden destruir la congregación. Otro término traducido irreprensible es aproskopos, Fil. 1:10, sin ocasión de tropiezo. Los pastores, como también los evangelistas y otros miembros, que no son irreprensibles causan tropiezos (Mat. 18:6, 7). -- sobrio -- Nephalios, literalmente, estar libre de la influencia de productos embriagantes pero, metafóricamente, se asocia con la vigilancia: ("velemos y seamos sobrios", 1 Tes. 5:6, 8). Significa pues, templado, cordura. Esto indica la madurez (Heb. 5:12-14) y la espiritualidad. Los hermanos carnales (1 Cor. 3:1-3) no deben ser escogidos para pastores. -- prudente -- Sofrona, de mente sana o juiciosa, con dominio propio, sensato. "¿Pues, qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos" (1 Cor. 6:5). Los pastores deben ser hermanos sabios y juicios, no solamente para instruir, sino en cualquier problema poder juzgar entre sus hermanos, y aun llevar a cabo la disciplina en la iglesia (1 Cor. 5). -- decoroso (de conducta decorosa) -- Kosmion, ordenado, bien dispuesto, decente, modesto. Desde luego, "El ordenamiento no se refiere sólo a su vestido y comportamiento, sino a la vida interna, ciertamente pronunciándose y expresándose de una manera manifiesta en el comportamiento externo". -- hospedador -- Philoxenon, teniendo amor a los extranjeros. Rom. 12:13; Heb. 13:2; 1 Ped. 4:9, "sin murmuración". El hogar del pastor debe estar abierto a los santos que busquen consejos y ayuda. A veces su hogar es el sitio de las reuniones de la iglesia. El hogar de los hermanos es el "púlpito" para enseñar a otros; por eso, Juan prohíbe que se reciba en casa al que no trae la doctrina de Cristo (2 Jn. 9-11). Compárese 3 Jn. 5-8. Los cristianos sufren hasta el despojo de sus bienes materiales (Heb. 10:34) y, aparte de los hermanos, no tienen a quién acudir; por eso, en el Nuevo Testamento hay mucho énfasis sobre la hospitalidad, y los pastores han de ser ejemplos en esto también. Lamentablemente algunos abusan de esta hermosa virtud, aprovechándose de la hospitalidad de hermanos fieles. Hay hermanos fieles que merecen la atención (como ya se explicó), pero "Entre algunos prevalece la práctica de viajar a su gusto, llegando a hogares sin aviso, y luego esperando que la familia les atienda gratuitamente. Tales saben que la cultura obliga a la gente a recibirles y atenderles. Son irresponsables, y aprovechados. Si en algún caso no son atendidos como ellos quisieran, acusan a la casa de no ser 'hospitalaria'. Esta acusación falsa e injusta revela la completa falta de respeto hacia la enseñanza bíblica". 3:3 no dado al vino -- Paroinon. Borracho, Tito 1:7; Prov. 23:29, 30. -- no pendenciero -- me plékten, no pleitista, no luchador, no violento. Hermanos pleitistas son soberbios, egoístas y carnales que solamente quieren imponer su opinión personal. Los tales muestran que tienen carácter difícil (mal genio) y que no son tratables. Su regla es que "se haga lo que yo digo sin cuestionar". Solamente quieren salirse con la suya, y ¡ya! La iglesia que escoja al pendenciero como anciano invita problemas serios. Pablo pidió que los hermanos oraran por él "para que seamos librados de hombres perversos (irrazonables)" (2 Tes. 3:2). Los hombres irrazonables no deben ser seleccionados para obispos. Algunos no pueden tener desacuerdos sin ser desagradables. Dice Santiago 3:17, "La sabiduría que es de lo alto es ... pacífica, amable", epiekés, condescendiente, razonable, margen; moderado, equitativo, Fil. 4:5; 1 Ped. 2:18; comprensiva. El hermano, pues, que es epiekés no es nada vanidoso ni enaltecido, sino que se presta para ser consultado. Sus oídos están abiertos a los santos bajo su cuidado. No es difícil conocer el carácter del hermano bajo consideración para el obispado. Si un hermano tiene carácter intratable en el hogar, será igual o peor en la iglesia. Si no se lleva bien con su esposa e hijos, y ha tenido problemas con los miembros, ¿cómo actuaría como uno de los ancianos? "El anciano bíblico ... no resuelve problemas con los puños", pero esto es precisamente lo que el pendenciero quiere hacer, empleando lenguaje carnal (palabras abusivas, insultantes), como si fuera un borracho. -- no iracundo, Tito 1:7. "El amor ... no se irrita" (1 Cor. 13:5). El iracundo destruye lo que otros edifican; por eso, el escogerlo para ser obispo será desastroso para la iglesia. Pablo dijo a la iglesia de Roma, "estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de tal manera que podéis amonestaros los unos a los otros" (Rom. 15:14); cuánto más los pastores deberían estar llenos de bondad. Véanse 1 Tes. 2:7, 11; 2 Tim. 2:24-26. Los hermanos sentimentales u hermanos que den rienda suelta a sus emociones no deben anhelar el obispado. -- dueño de sí mismo -- (Tito 1:8). El hombre que no es dueño de sí mismo es víctima de sus pasiones carnales. En lugar de promover la paz en la iglesia, promoverá "enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías" (Gál. 5:20). -- no codicioso de ganancias deshonestas -- Tito 1:7. El pastor debe ser hombre honrado, sincero, honesto. En su vida diaria, en su negocio o en su empleo o en cualquier trato con otros que sea hombre de integridad. "¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos!" (Ezeq. 34:1). Estos se aprovechaban de su puesto para fines personales. De acuerdo con 1 Corintios 16:2 cada primer día de la semana la iglesia levanta una colecta y los ancianos supervisan la administración de este dinero. Muchas veces uno de los ancianos será el tesorero. Si es codicioso de ganancias deshonestas, podría aprovecharse de este arreglo. También podría, de alguna manera, abusar de su derecho de recibir salario (1 Tim. 5:17, 18). -- sino amable -- Epieikés, en contraste a ser pendenciero, equitativo, justo que examina humana y razonablemente los hechos de un asunto. Tito 3:2 ("que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre"); Santiago 3:17 (como cualidad de la sabiduría que es de arriba); 1 Ped. 2:18 (en asociación con lo que es bueno). Rom. 15:14, llenos de bondad. El hermano amable es cortés, educado, tratable, y los miembros estarán dispuestos a acercarse a tal pastor con sus preguntas, problemas u otras consultas. Compárese la manera de Pablo con los hermanos, 1 Tes. 2:7, 11. ¿Cómo debe ser "el siervo del Señor" con la gente? 2 Tim. 2:24-26. Es indispensable que los pastores estén dispuestos a escuchar a los miembros, y que les hablen con buenas palabras. Véase lo que Santiago dice acerca del que "es sabio y entendido entre vosotros" (Santiago 3:13-18). Los pastores deben meditar mucho sobre este texto, porque lamentablemente parece que algunos prefieren gobernar como dictadores e imponer su voluntad a fuerza de pulmón. Cada predicador y cada anciano debe preguntarse a sí mismo, "¿Qué me cuesta escuchar al hermano que tenga alguna queja?" Aun los miembros más maduros y fieles tendrán sus desacuerdos y diferencias de opinión sobre algún asunto. Los obispos que quieren gobernar bien escucharán para poder juzgar con "la sabiduría que es de lo alto". -- apacible (no contencioso) -- ámachon, (no rencilloso). -- no avaro (no avaricioso) -- Aphilaguron (a=no; phil=amar; aguros=plata); (6:6-10). El que siempre quiere más no es hombre contento, sino avaricioso. "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora" (Heb. 13:5), pues el no estar contento indica falta de agradecimiento. 3:6 no un neófito (neofuton, nueva planta), -- El recién convertido puede anhelar el obispado, pero todavía no está preparado para las tales responsabilidades. Más bien, debe estar estudiando estos requisitos y creciendo y madurando para que un día sea calificado. Los corintios no maduraron porque estaban envanecidos (1 Cor. 4:6, 19; 5:2; 8:1; 13:4). Compárense Rom. 12:3; 1 Tim. 6:4; 2 Tim. 3:4. -- no sea que envaneciéndose caiga en la condenación del diablo -- Por no estar lo suficientemente preparado y maduro para esta obra el hermano neófito podría cometer muchos errores. Incluso podría caer en el error mencionado por Pablo en Rom. 12:3, lo en los casos peores, podría caer en el error de Diótrefes (3 Jn. 9, 10). Aun a los ancianos fieles era necesario la exhortación de no buscar señorío sobre la iglesia (1 Ped. 5:3). 3:7 También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera -- 1 Cor. 5:12; 2 Cor. 7:5; Col. 4:5; 1 Tes. 4:12. Si algún hermano dice, "A mí no me importa lo que los vecinos y otros piensen de mí", ni siquiera es cristiano y seguramente no puede ser un obispo de la congregación, pues los fieles toman muy en serio su influencia (Mat. 5:13-16; Fil. 2:15, 16; 1 Ped. 2:12-16; 3:1-4). Tito 1:9-11 El obispo debe defender la verdad. Debe contender por la fe, Judas 3. Debe enseñar y defender lo que Pablo afirma en Efes. 4:3-6. Debe entender y defender el plan de salvación (y exponer errores, p. ej., el calvinismo); la vida que debe llevar el cristiano; las cinco actos de culto; la organización de la iglesia (y exponer los errores de la centralización, las instituciones iglesia de Cristo, la iglesia patrocinadora); la obra de la iglesia (adorar, edificarse, evangelizar); la enseñanza bíblica sobre el matrimonio, el divorcio y segundas nupcias, etc. El pastor tiene que velar y proteger el rebaño de los lobos (Hech. 20:28-31). El obispo debe tener convicciones y el valor para defenderlas, para no ser movido por la presión que los miembros ejerzan sobre él. Tampoco debe ser movido por las circunstancias inesperadas, ni por las consecuencias de haber practicado la disciplina. Los obispos deben defender la verdad de Cristo en lugar de hacer leyes basadas en sus opiniones. Conclusión. A. Heb. 13:17, darán cuenta. Por eso, deben imitar al pastor de Lucas 15:4. De vez en cuando los pastores deben leer Ezeq. 34:1-6. B. Que no sean legisladores (Santiago 4:12). C. Que no impongan sus propias opiniones sobre la iglesia como si fueran leyes (Rom. 14:1). D. Las ovejas deben respetar a sus pastores (1 Tes. 5:12, 13); y estar sujetas a ellos (Heb. 13:17). "Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos" (1 Tim. 6:19). E. "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar" (1 Tim. 5:17, 18). F. Su verdadera recompensa: "Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria" (1 Ped. 5:4).
ASCENDIO AL CIELO Hechos 1:10-11 10 Y mientras miraban fijamente al cielo, viendo como Jesús se alejaba, dos Hombres vestidos de blanco sí aparecieron junto a Ellos 11 y les Dijeron: -Galileos, ¿Por Que Se Han quedado mirando al cielo? Este Jesús Mismo Que estuvo Entre USTEDES Y Que ha Sido Llevado al cielo, Vendrá otra vez de la Misma Manera Que Lo Han Visto IRSE Allá. ¿No parece la ascensión un poco deprimente? Es como si Cristo hubiese desaparecido. Ya no está en la tierra. Nos ha dejado solos. Se ha retirado al tranquilo y bello cielo. Mientras tanto, aquí en la tierra, la vida con todos sus conflictos sigue, pero ahora sin El; nunca antes ni después las palabras del gran Maestro empezaron a tomar vida cuando lo llevaron a crucificar y las mujeres lloraban por tal motivo: “No lloren por mí sino por ustedes y por sus hijos…” (Lucas 23:28) Obviamente sus discípulos no entendían todavía porque no había venido el Espíritu Santo y que paradójica mente ese alejamiento se producía para poder estar más cerca de ellos y nosotros, con una atención súper-personalizada, claro que esto meritaría una mayor consagración de parte de ellos y de nosotros para llegar a Él al punto de que si fuese necesario ayunar… (Mateo 9:15) Pero vendrá días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. ¿No es un poco deprimente la ascensión de Jesús? Así habrá sido para sus discípulos. Para ellos era verse totalmente abandonados por su maestro y amigo. No es extraño que estuvieran mirando el cielo. Luego de la alegría ante tal milagrosa aparición después de resucitar… y ahora se les va otra vez…, claro analizándolo humanamente es durísimo, pero como siempre hay propósitos en todo lo que Dios hace y en ésta ocasión no sería menos, todo lo que Dios permite obra para bendición de los que le aman. Todo se iría perfeccionando cada vez más, no solamente la atención personalizada del Espíritu Santo a los que quedábamos sino que el Señor ya pasaría a estar al lado del Gran y Eterno Padre Celestial y la intercesión por nosotros iba a ser mucho más efectiva y no menos rápida, prepara el lugar para nosotros, nos confiaba lo que él Padre le había confiado a Él. Los dos visitantes en ropas blancas, sin embargo, reprenden a los apóstoles por su postura; parecía como que no aprobaban esos ojos puestos en el cielo, como si debieran más bien ocuparse de cosas más terrenas e inmediatas. La presencia de esos dos personajes en ropas blancas sirve para decirnos que no es bueno ponerse nostálgico ante a ascensión de Jesucristo. El haber ascendido no quiere decir que Jesucristo ha desaparecido. Donde dos o tres se reúnan en su Nombre (no en cualquier otro nombre), allí estará el Señor Jesucristo, en Argentina y en todos los continentes. En el silencio de un dormitorio o en el bullicio de una fiesta, también les recuerdan que de la misma forma que lo ven irse lo van a ver volver. ¡La ascensión es causa de gozo!
ADORNO DE LA DOCTRINA Tito 2:6-10 6 Anima igualmente a los jóvenes a ser juiciosos 7 en todo, y dales tú mismo ejemplo de cómo hacer el bien. Al enseñarles, hazlo con toda pureza y dignidad, 8 hablando de una manera sana, que nadie pueda condenar. Así sentirá vergüenza cualquiera que se ponga en contra, pues no podrá decir nada malo de nosotros. 9 Aconseja a los siervos que obedezcan en todo a sus amos; que sean amables y no respondones.10 Que no roben, sino que sean completamente honrados, para mostrar en todo qué hermosa es la enseñanza de Dios nuestro Salvador. 10 “Que no roben, sino que sean completamente honrados, para mostrar en todo qué hermosa es la enseñanza de Dios nuestro Salvador” Las buenas acciones del creyente subrayan las buenas palabras del evangelio. Tres veces menciona Pablo el hecho de que la conducta de la congregación refleja la doctrina del evangelio: 1) Si las mujeres no se conducen en forma prudente, casta y cuidadosa, la Palabra de Dios sufre las consecuencias. 2) Si se une la sana doctrina con la buena conducta, el adversario “no tendrá nada malo que decir”. 3) Si los siervos cristianos se portan bien, le harán propaganda al evangelio-adornan la doctrina. Por su conducta, la congregación adornará las enseñanzas cristianas sobre Dios. Estos adornos no agregan nada al evangelio pero la belleza de esa conducta atraerá a la gente. “Para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador”. Estas palabras están dirigidas específicamente a los siervos-aunque el cristianismo está decididamente en contra de la esclavitud. A esta altura, el apóstol Pablo no recomienda aún que los siervos se levanten en contra de sus amos o que fuesen a la huelga. Es que hay mucho más en juego que nuestros propios derechos personales. Mucho más importante es la imagen del evangelio reflejada en nuestra conducta. Aunque a los Corintios les dice: “7:21 Si cuando fuiste llamado eras esclavo, no te preocupes; aunque si tienes oportunidad de conseguir tu libertad, debes aprovecharla”.
A JUZGAR A LOS VIVOS Y LOS MUERTOS 2 Corintios 5:1-10 5 Nosotros somos como una casa terrenal, como una tienda de campaña no permanente; pero sabemos que si esta tienda se destruye, Dios nos tiene preparada en el cielo una casa eterna, que no ha sido hecha por manos humanas. 2 Por eso suspiramos mientras vivimos en esta casa actual, pues quisiéramos mudarnos ya a nuestra casa celestial; 3 así, aunque seamos despojados de este vestido, no quedaremos desnudos. 4 Mientras vivimos en esta tienda suspiramos afligidos, pues no quisiéramos ser despojados, sino más bien ser revestidos de tal modo que lo mortal quede absorbido por la nueva vida. 5 Y Dios es quien nos ha impulsado a esto, pues nos ha dado el Espíritu Santo como garantía de lo que hemos de recibir. 6 Por eso tenemos siempre confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como en el destierro, lejos del Señor. 7 Ahora no podemos verlo, sino que vivimos sostenidos por la fe; 8 pero tenemos confianza, y quisiéramos más bien desterrarnos de este cuerpo para ir a vivir con el Señor. 9 Por eso procuramos agradar siempre al Señor, ya sea que sigamos viviendo aquí o que tengamos que irnos. 10 Porque todos tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo. Poco se oye hoy en día sobre el juicio. Solía ser parte importante del mensaje cristiano. Algunos de los sermones más famosos han sido sobre este quemante tema. Parece que ya no se oyen sermones así. De vez en cuando se usaba esto del juicio para asustar a la gente y hacer que entrasen en el reino de Dios. Eso es un error. No es posible entrar en el reino de Dios a causa del miedo. Tampoco puede usted hacer la voluntad de Dios en su vida con ese motivo sino a causa del amor de Dios. El juicio no debe utilizarse como arma para llenar a la gente de temor. Pero el mensaje del juicio es necesario. Anuncia que Dios no es solamente un Padre amante sino un también un Juez severo y justo. Cuando uno toma en serio lo que la Biblia dice sobre el juicio también es posible descubrir algunas cosas sobre la salvación y el perdón. No cabe duda que el creyente genuino puede hallar gran consuelo en la doctrina del juicio final. ¿Cómo? Bueno, basta recordar que quien viene a hacer juicio es exactamente el mismo que sufrió en una cruz bajo la condenación de Dios; nada más ni nada menos. Si creemos y somos salvos, podemos exclamar con tonos de victoria al ver que vendrá ese día del juicio. ¡El que viene es el Cristo que murió y el que resucitó! ¡El viene a saciar nuestra sed de justicia y la de todos que murieron por la causa del evangelio bendito de nuestro Señor Jesucristo! ¡Viene el pagador de Dios con el dinero justito de nuestra labor sea cual fuera! ¡Es nuestro Salvador! ¡Verdadero consuelo!
ESPERANZA BIENAVENTURADA Tito 2:11-15 Dios Habla Hoy 11 Pues Dios ha mostrado su bondad, al ofrecer la salvación a toda la humanidad. 12 Esa bondad de Dios nos enseña a renunciar a la maldad y a los deseos mundanos, y a llevar en el tiempo presente una vida de buen juicio, rectitud y piedad, 13 mientras llega el feliz cumplimiento de nuestra esperanza: el regreso glorioso de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. 14 Él se entregó a la muerte por nosotros, para rescatarnos de toda maldad y limpiarnos completamente, haciendo de nosotros el pueblo de su propiedad, empeñados en hacer el bien. 15 Esto es lo que tienes que enseñar, animando y reprendiendo con toda autoridad. Que nadie te desprecie. 13” mientras llega el feliz cumplimiento de nuestra esperanza: el regreso glorioso de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”. La esperanza es un elemento esencial en la confesión cristiana. La iglesia cristiana está siempre a la expectativa, como una pareja que espera su primer bebé. Esperamos a Jesús como SEÑOR. Acá se lo designa como “gran Dios y Salvador Jesucristo”-el apóstol le da el más elevado nombre porque quiere comparar su venida en gracia con su segunda venida en gloria. Cuando vino la primera vez, el mundo apenas lo notó. Cuando venga otra vez todo el mundo le verá y verá lo cierto de nuestra confesión: ¡Jesús es Señor! Para la gloria y honra de nuestro Gran Dios y Padre Celestial. Ahora confesamos nuestra fe a pesar de lo que vemos. No es evidente aún que Jesús sea Señor aún cuando no ha hecho su aparición. Ha venido en gracia pero no en gloria. En este mundo presente parece como que el dinero fuese señor, el comercio da la pauta de la vida, los armamentos deciden el poderío y la muerte pareciera que tiene la última palabra. Pero los cristianos no creemos estas cosas. Creemos que Jesús es el Señor. Es Señor de su dinero y de su tiempo; es la fuente de todo poder y hasta ha vencido a la muerte. Jesucristo tiene la última palabra. Hará su aparición en esta tierra con una gloria que brillará con más esplendor que todo lo que se ha conocido hasta ahora. Romanos 8:18-25 La esperanza de la gloria 18 Considero que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con la gloria que habremos de ver después. 19 La creación espera con gran impaciencia el momento en que se manifieste claramente que somos hijos de Dios. 20 Porque la creación perdió su verdadera finalidad, no por su propia voluntad, sino porque Dios así lo había dispuesto; pero le quedaba siempre la esperanza 21 de ser liberada de la esclavitud y la destrucción, para alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. 22 Sabemos que hasta ahora la creación entera se queja y sufre como una mujer con dolores de parto. 23 Y no sólo ella sufre, sino también nosotros, que ya tenemos el Espíritu como anticipo de lo que vamos a recibir. Sufrimos profundamente, esperando el momento de ser adoptados como hijos de Dios, con lo cual serán liberados nuestros cuerpos. 24 Con esa esperanza hemos sido salvados. Sólo que esperar lo que ya se está viendo no es esperanza, pues, ¿quién espera lo que ya está viendo? 25 Pero si lo que esperamos es algo que todavía no vemos, tenemos que esperarlo sufriendo con firmeza.