domingo, 29 de septiembre de 2013

¡GRABADO EN SUS PALMAS!

“NUNCA ME OLVIDARÉ… QUE EN LAS PALMAS DE LAS MANOS TE TENGO ESCULPIDA” (Isaías 49:15b,16) ¡Grabado en sus palmas! Liz Curtis Higgs cuenta la historia de una mujer que en uno de sus seminarios tenía escrita la palabra “REC” en su mano. Liz pensó: Tal vez esté dando clases de vuelo y necesita comprobar la Rapidez, la Energía, y la Capacidad. O a lo mejor sea una camarera y los platos especiales del día sean Rabiolli, Espinacas y Calamares. Al final, optó por preguntarle a la mujer. Ésta la miró y exclamó: ¡Ay, madre mía, se me olvidó! Antes de salir hoy de casa tenía pensado poner el vídeo en “REC para grabar un programa”. Dios no escribió tu nombre en sus manos por si Él te olvida. No, ¡simplemente es la muestra de que Le perteneces! Escucha: ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz? ¡Aunque ella lo olvide, Yo nunca me olvidaré de ti! He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida” (Isaías 49:15,16). Nunca dejes que las circunstancias te convenzan de que no eres importante para Dios o de que otras personas más “espirituales” Le importan más. No, Él te ama como una madre quiere a su hijo, ¡y eso nunca cambiará! J. I. Packer dijo: “Lo que cuenta no es que yo conozco a Dios, sino que Él me conoce. Mi nombre está esculpido en las palmas de sus manos. Nunca estoy lejos de sus pensamientos. Su amor por mí es absolutamente irrealista, basado totalmente en el conocimiento previo de lo peor acerca de mí, de modo que nada de lo que descubra de mí pueda desilusionarle a la manera en la que, a menudo, yo me desilusiono conmigo mismo, ni tampoco quitar su determinación de bendecirme”. EN ESAS PALMAS QUE ATRAVESARON LOS CLAVOS ROMANOS. Dios te ama. Mantén esto bien claro en tu mente, independientemente de lo que suceda. ¿Ok?

sábado, 28 de septiembre de 2013

SIN IMPORTANCIA

Lucas 3:2-6, 15-18 … vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. —Lucas 3:2 Se denomina «líderes innovadores» a las personas que ascienden en la escalera de la influencia y el éxito. Lucas 3 menciona siete líderes destacados que controlaban la sociedad de su época. El emperador romano Tiberio César ejercía el poder sobre la vida y la muerte de las personas de su vasto imperio. Poncio Pilato representaba a Roma como gobernador en Judea; mientras que Herodes, Felipe y Lisanias comandaban la región. Anás y Caifás eran sumos sacerdotes, y tomaban seriamente su autoridad religiosa. Mientras estos agentes del poder actuaban autoritariamente, «vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto» (v. 2). ¿Quién podía parecer menos importante que este extraño hombre que vivía en el desierto y escuchaba la voz de Dios? ¿Qué podría lograr Juan el Bautista «predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados» (v. 3)? Sin embargo, multitudes acudían a él buscando la verdad, dejando sus maldades y preguntándose si era el Mesías (vv. 7, 15). Juan les dijo: «… viene uno más poderoso que yo […]; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego» (v. 16). La vida de Juan nos ayuda a entender qué significa ser importante a los ojos de Dios. Como en su caso, que todo lo que digamos y hagamos guíe a otros a Cristo. Dios obra de manera significativa en nuestra vida cuando nos rendimos a Él.

jueves, 26 de septiembre de 2013

LA CONFIANZA EN DIOS

“NO PERDÁIS, PUES, VUESTRA CONFIANZA…” (Hebreos 10:35) Se les puede identificar en cualquier grupo. Tienen un “algo” especial que les distingue de los demás. ¿Qué es? ¡Su sentido de dirección, una seguridad de que saben a dónde van, el conocimiento de sus propias habilidades, su sinceridad, sus éxitos pasados, su capacidad de comunicarse con los ojos y usar el lenguaje corporal!, en una palabra: ¡Confianza! Pablo la tenía. Escucha: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:12,13). Estos versículos no pueden ser separados, porque hay una relación clara entre experimentar los momentos bajos de la vida y disfrutar los altos. Pablo descansa en la certeza de que su fortaleza proviene sólo de Cristo. ¡El saber eso le dio la habilidad de enfrentarse a cualquier circunstancia que le salió al pasó! La confianza es aceptar tu situación actual sin importarte el obstáculo al que te enfrentas, las limitaciones con las que vives, la enfermedad crónica que te desgasta, aquello que ha destrozado tus sueños – sean lo que sean los factores en la vida que tienden a hundirte (reconociendo que no te gustan) pero nunca diciendo: “No le puedo hacer frente”. En cuanto dices: “No puedo seguir”, estás: (a) contradiciendo las promesas de Dios (b) no estás usando los recursos que Él ya te ha dado. La confianza significa tener la capacidad de hacerle frente a cualquier prueba, porque Cristo ha puesto su fuerza a disposición – ¡por medio de ti!