domingo, 22 de marzo de 2015

NUESTRA COMUNICACIÓN CON EL PADRE ES ATRAVES DE JESUCRISTO

Juan 14:12-21 Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido. —Juan 16:24 Uno de mis álbumes de fotos favorito es de un almuerzo en familia, donde aparecen imágenes de mi padre, sus hijos con sus esposas, y sus nietos; todos en un momento de intercesión y acción de gracias. Mi padre había tenido varios derrames cerebrales, y ya no hablaba tanto como antes. Sin embargo, durante aquel momento de oración, lo oí decir con profunda convicción: «¡Oramos en el nombre de Jesús!». Al año, papá dejó este mundo para entrar en la presencia de Aquel en cuyo nombre había depositado su confianza. Jesús nos enseñó a orar en su nombre. La noche antes de ser crucificado, les prometió a sus discípulos: «Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido» (Juan 16:24). No obstante, la promesa de pedir en el nombre de Jesús no es un cheque en blanco para conseguir cualquier cosa que satisfaga nuestros caprichos personales. Antes, esa misma noche, les había enseñado que Dios concede las peticiones hechas en su nombre, para que glorifiquen al Padre (Juan 14:13). Después, Jesús mismo oró angustiado: «Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú» (Mateo 26:39). Al orar, nos sometemos a la sabiduría, el amor y la soberanía de Dios, y, con confianza, pedimos «en el nombre de Jesús». —Padre, ayúdanos a querer aprender más de ti antes que conseguir que nos des algo. «Auméntanos la fe» (Lucas 17:5).

viernes, 13 de marzo de 2015

CUANDO NOS MIRAMOS EN EL ESPEJO, ADEMÁS DE VERNOS A NOSOTROS MISMOS DEBERÍAMOS VER A LOS DEMÁS

[Bezaleel] también hizo la fuente de bronce y su base de bronce, de los espejos de las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo… —Éxodo 38:8 Filipenses 2:1-5 Deuteronomio 20-22;Marcos 13:21-37 Cuando Moisés reunió a los hijos de Israel para comenzar a trabajar en el tabernáculo (Éxodo 35–39), llamó a Bezaleel, un talentoso artesano, para que ayudara a fabricar el mobiliario. Se les pidió a ciertas mujeres que llevaran sus hermosos espejos de bronce para hacer la fuente de ese mismo metal que él estaba construyendo (38:8). Ellas los donaron para ayudar a preparar un lugar donde habitaría la presencia de Dios. ¿Donar nuestros espejos? Para la mayoría, sería difícil hacerlo. No es algo que se nos pida que hagamos, pero me hace pensar que un exceso de escrutinio y autocrítica puede ser desconcertante. Tal vez nos lleve a ocupar nuestra mente demasiado en nosotros mismos e ignorar bastante a los demás. Cuando podamos olvidarnos rápidamente de nuestro rostro y recordar que Dios nos ama tal cual somos (con todas nuestras imperfecciones), entonces podremos empezar a no mirar «cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros» (Filipenses 2:4). Agustín dijo que nos perdemos al amarnos a nosotros mismos, pero que nos encontramos cuando amamos a los demás. Dicho de otra manera, el secreto para hallar la felicidad no es tener el rostro perfecto, sino entregar el corazón, la vida y a nosotros mismos con amor. — Un corazón enfocado en los demás no será consumido por el egoísmo.

lunes, 9 de marzo de 2015

JESUCRISTO ES EL PASTOR

Juan 10:7-16 7 Jesús volvió a decirles: «Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. 8 Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. 9 Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos. 10 »El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; 12 pero el que trabaja solamente por la paga, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor y porque las ovejas no son suyas. Y el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. 13 Ese hombre huye porque lo único que le importa es la paga, y no las ovejas. 14-15 »Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también a ellas debo traerlas. Ellas me obedecerán, y formarán un solo rebaño, con un solo pastor.

jueves, 5 de marzo de 2015

EL AMOR NO HACE MAL AL PRÓJIMO

… no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. —Filipenses 2:4 1 Corintios 13:4-13 Números 34-36;Marcos 9:30-50 Las llamo «Las notas de Mel»: breves comentarios que mi hija Melissa escribía en su Biblia para ayudarla a aplicar los pasajes a su vida. En Mateo 7, por ejemplo, marcó los versículos 1 y 2, que hablan de no juzgar a otros porque, cuando lo haces, «con la medida con que medís, os será medido». Al costado, apuntó: «Mira lo que haces antes de mirar a los demás». Melissa era una adolescente que siempre estaba pensando en los demás. Vivía las palabras de Filipenses 2:4. Matt, su compañero de clase, que la conoció desde la escuela dominical hasta un año antes de terminar la escuela secundaria, cuando ella murió en un accidente automovilístico, dijo sobre ella en la reunión de recordación: «Creo que nunca te vi sin una sonrisa o algo que iluminara el día de los demás». Su amiga Tara declaró: «Gracias por ser mi amiga; no había ninguna otra persona que fuera tan buena y alegre como tú». En una época en que criticar duramente a los demás parece ser la norma, es bueno recordar que el amor empieza en nosotros. Me vienen a la mente las palabras de Pablo: «Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor» (1 Corintios 13:13). ¡Qué diferencia haremos si, al mirar a los demás, decimos: «El amor empieza en mí»! ¿No sería un reflejo maravilloso del amor de Dios hacia nosotros? — Aceptar el amor de Dios para con nosotros es la clave para poder amar a los demás.

lunes, 2 de marzo de 2015

ARMAS PSICOLÓGICAS

… los que esperan al Señor tendrán nuevas fuerzas […]; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán. —Isaías 40:31 Nehemías 4:1-10 Números 26–27;Marcos 8:1-21 El famoso boxeador Mohamed Ali usaba distintas tácticas en el cuadrilátero para vencer a sus contrincantes, y una era la provocación. En su pelea contra George Foreman, en 1974, lo provocó diciendo: «¡Pega más fuerte! Muéstrame algo, George. Eso no duele. ¿Acaso no eres malo?». Echando humo, Foreman arrojaba golpes furiosamente, gastando sus energías y debilitando su confianza en sí mismo. Esta es una vieja táctica. Al decir que los esfuerzos de Nehemías para reconstruir el muro roto de Jerusalén eran algo tan débil que hasta un zorro podría destruirlo (Nehemías 4:3), Tobías quería debilitar a los obreros con venenosas palabras de desaliento. Goliat hizo lo mismo con David, despreciando la sencilla honda y las piedras del muchacho (1 Samuel 17:41-44). Un comentario desalentador puede ser un arma mortal. Nehemías se negó a rendirse a las burlas de Tobías, así como David rechazó las provocaciones diabólicas de Goliat. Ambos se concentraron en Dios y en su ayuda. No prestaron atención a las situaciones desmoralizadoras y así pudieron triunfar. La provocación puede venir de parte de cualquiera, incluso de los que están cerca. Responder en forma negativa solo agota nuestra energía. En cambio, Dios nos alienta con sus promesas. Él nunca nos abandonará (Salmo 9:10; Hebreos 13:5) y nos invita a confiar en su ayuda (Hebreos 4:16). Señor, ayúdame a entender lo que significó para ti, el Santo, soportar mi pecado. Recuérdame que debo dar gracias por la salvación y por todas las maneras en que me muestras tu amor hoy. El adversario del Señor en su momento más crítico en el Getsemaní quiso imponer la humanidad de Jesús para cambiar los planes de Dios, sobreponiéndose el Espíritu con esa frase tan saludable y necesaria para toda circunstancia "pero hágase como tu quieras" Si estás en un túnel de desánimo, sigue caminando hacia la Luz.