jueves, 21 de mayo de 2015

EN QUIEN DEBEMOS PONER NUESTROS OJOS

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe… (Hebreos 12:2). 1 Corintios 3:1-9 1 Crónicas 10–12; Juan 6:45-71 Es mi discípula, oí decir a una mujer sobre alguien a quien ella ayudaba. Como seguidores de Cristo, todos debemos hacer discípulos; es decir: hablarles de la buena noticia de salvación a las personas y ayudarlas a crecer espiritualmente. Sin embargo, es fácil dirigir el enfoque hacia nosotros y no hacia Jesús. El apóstol Pablo estaba preocupado porque la iglesia de Corinto estaba dejando de centrarse en Cristo. Apolos y él eran los dos predicadores más conocidos de aquella época, y la iglesia se había dividido. «Yo sigo a Pablo». «¡Pues yo sigo a Apolos!». Habían empezado a centrarse en la persona equivocada, siguiendo al maestro en lugar de al Salvador. Entonces, Pablo los exhortó: «somos colaboradores de Dios». No importa quién planta ni quien riega, porque solo el Señor da el crecimiento. Los creyentes en Cristo son «labranza de Dios, edificio de Dios» (1 Corintios 3:6-9). Aquellos creyentes no pertenecían ni a Pablo ni a Apolos. Jesús nos dice que vayamos y hagamos discípulos, y les enseñemos sobre Él (Mateo 28:20). Además, el autor de Hebreos nos insta a enfocarnos en el Autor y Consumador de nuestra fe (12:2). Cristo será honrado cuando nos centremos en Él. Es superior a cualquier ser humano y suplirá nuestras necesidades. — Pon a Jesús en primer lugar.

martes, 12 de mayo de 2015

¿EN QUÉ Y EN QUIÉN APOYARNOS?

… yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre… (v. 7). 2 Samuel 9 
 2 Reyes 15–16; Juan 3:1-18
 «¡Qué testimonios hermosos!», comentó Cintia mientras salíamos. Nuestra amiga Elena había muerto, y varios de sus amigos compartieron sobre lo bromista que había sido siempre. Sin embargo, su vida no fue solo chistes y risas. Su sobrino habló de la fe en Jesús de su tía y de cómo se preocupaba por los demás. Cuando él era adolescente y problemático, ella lo había recibido en su casa. Ahora, con más de 20 años, destacó: «Fue como una madre para mí. Nunca me abandonó en mis luchas. Si no hubiese sido por ella, habría perdido mi fe». ¡Qué influencia maravillosa! Elena se apoyaba en Jesús y quería que su sobrino también lo hiciera.
 En el Antiguo Testamento, leemos que el rey David recibió en su casa a un joven llamado Mefiboset, para mostrarle bondad por amor a su padre Jonatán, su amigo muerto (2 Samuel 9:1). Años antes, Mefiboset se había lastimado cuando cayó de los brazos de su nodriza mientras huían tras la noticia de la muerte de su padre (4:4). Se sorprendió del interés del rey; incluso se autodenominó «perro muerto» (9:8); pero el rey lo trató como un hijo (9:11).
 Me gustaría ser esa clase de persona. ¿Y a ti? Alguien que se interesa en los demás y los ayuda a seguir aferrándose a la fe, aun cuando la vida parezca sin esperanza. — Señor, que otros te vean en nuestra bondad. 
 La potencia de nuestras acciones debe compararse al ímpetu de nuestras palabras.


sábado, 9 de mayo de 2015

COMO REGRESAR A NUESTRO PRIMER AMOR A DIOS

VERDAD CENTRAL Cada persona experimenta algo especial en el momento que conoce al Señor Jesús como Salvador de su vida. La persona creyente comienza a vivir este primer amor con Él, ve al mundo diferente, el cielo lo ve más hermoso y hay un deseo en el corazón por hablar acerca de Jesús en todas partes; pero después de un tiempo este amor se va enfriando, su vida espiritual se va secando y muchos lo abandonan, lo dejan, sin darse cuenta del “por qué” de su pecado. TEXTOS BÍBLICOS 1-Juan 3:1; Apocalipsis 2:4-5; San Marcos 4:9; San Mateo 6:33; Daniel 7:21; 1-Samuel 15:23; Apocalipsis 2:5 (Reina Valera). Texto Bíblico para meditar y memorizar: Josué 1:9. DESARROLLO 1-Juan 3:1 (N. V: I.) “¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.” Apocalipsis 2:4-5 (N. V. I.) “Sin embargo, tengo en tu contra que has abandonado tu primer amor. ¡Recuerda de dónde has caído! Arrepiéntete y vuelve a practicar las obras que hacías al principio. Si no te arrepientes, iré y quitaré de su lugar tu candelabro.” INTRODUCCIÓN Cuando el primer amor toma lugar en nuestro corazón, estamos siempre llenos de gozo, fe y esperanza; para nosotros en ese momento el mundo es diferente, el cielo se ve más hermoso; tenemos un deseo en el corazón por hablar acerca de Jesús en todas partes. No nos importa el momento, el lugar o la situación para testificar de lo bello y hermoso que es nuestro Dios y lo mucho que Él ha hecho en nuestras vidas y en nuestro corazón. Es un momento en el cual experimentamos el amor verdadero, puro y santo que ofrece nuestro Señor Jesús. Es un momento importante, en el cual nos enamoramos de Jesús, y como resultado, podemos testificar y buscar su rostro con todo el corazón, sin importar las circunstancias y las personas que nos rodean. ¿Pero, qué sucede después de un tiempo? ¡Ese amor por el Señor se fue enfriando, y nuestra vida espiritual se fue secando! Ahora, servimos al Señor sin gozo, ya no encontramos las razones suficientes para dar nuestro tiempo o nuestras obras en servicio; dejamos de extrañar la presencia del Señor, pues creemos que podemos vivir sin ella; y tristemente, Jesús ya no ocupa el primer lugar en nuestra vida; dejamos de asistir a los servicios de la iglesia, y sin darnos cuenta, nos volvimos cristianos creyentes ‘de Domingo’. - ¿COMO PODEMOS DARNOS CUENTA SI HEMOS PERDIDO EL PRIMER AMOR POR DIOS? Para saber si hemos perdido el primer amor con Dios, debemos revisar nuestra vida y ver si presentamos algunos de los síntomas o señales que indicamos en el punto anterior, y también los que vamos a estudiar a continuación: 1. Tenemos apatía hacia lo espiritual. 2 La Apatía Espiritual es la falta de interés hacia los asuntos de Dios, tener sentimientos endurecidos o apagados, pasividad, falta de cuidado. Tiene como causa LA RUTINA, es decir, el hacer todas las cosas para Dios en forma mecánica y rutinaria. Por ejemplo: al hacer nuestro devocional, en la oración, el ir a la iglesia, la alabanza y el servicio al Señor. Lo opuesto de la apatía es EL COMPROMISO. Estar comprometido con Jesús significa estar dedicado, consagrado y viviendo totalmente a su servicio. 2. Sentimos una total disminución en nuestro deseo y hambre por Dios. Cuando estábamos en el primer amor, teníamos gran hambre y deseo de estudiar para conocer Su Palabra; teníamos sed por su presencia, por la oración; pero después, estos sentimientos se fueron apagando poco a poco. 3. Tenemos insensibilidad al pecado. Nos endurecemos hacia el pecado y empezamos a comprometer los principios: • Las cosas por las cuales antes nos sentíamos mal, ya no nos afectan. • Lo que antes considerábamos malo, ahora lo vemos como bueno y normal. • Cuando estábamos en el primer amor con Jesús, cualquier mala actitud o acción, nos hacía sentir mal inmediatamente, pero ahora nos da lo mismo. • Pero sobre todas las cosas, nuestra conciencia se endurece y no somos capaces de renunciar al pecado. 4. No sentimos compasión por las necesidades de las demás personas. Esto se puede observar cuando hay una persona con una necesidad de cualquier índole, y no sentimos ninguna compasión ni motivación por suplir o acabar con su dolor; sino que al contrario, nos da lo mismo y no hacemos nada al respecto, juzgando y buscando pretextos para no ayudar sabiamente a los que necesitan. 5. Mostramos total insensibilidad hacia la unción y presencia de Dios. En una reunión de adoración, todas las personas del lugar donde nos encontramos están llorando y, prácticamente derretidas por la presencia de Dios; mientras tanto, nosotros estamos endurecidos, no sentimos nada de lo que está sucediendo, estamos pensando en otras cosas y queremos que ese momento se termine lo más pronto posible. 6. Se busca un sin número de actividades dentro de los templos, aun adquiriendo mucho más conocimiento de las escrituras (Juan 5:39-40 39 “Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, 40 ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida”.) Y hemos dejado por varios motivos injustificados de salir a la calle a predicar concientizando a la gente de las buenas nuevas de salvación, propósitos de Dios y los acontecimientos terribles que se avecinan sobre el mundo, con los medios que dispongamos y con los que nos vaya proveyendo el Señor debido a nuestro interés y devoción a Él. Se adiestra a los discípulos a ir a predicar cuando el Pastor debe ir a la cabeza como hacía Jesús: “mostrando, enseñando y predicando” en ese orden y no sólo con teoría. Se canta, se alaba y adora mucho en las iglesias y Jesús le dijo a la Samaritana: Juan 4:21-24 21 Jesús le contestó: —Créeme, mujer, que llega la hora en que ustedes adorarán al Padre sin tener que venir a este monte ni ir a Jerusalén. 22 Ustedes no saben a quién adoran; pero nosotros sabemos a quién adoramos, pues la salvación viene de los judíos. 23 Pero llega la hora, y es ahora mismo, cuando los que de veras adoran al Padre lo harán de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Pues el Padre quiere que así lo hagan los que lo adoran. 24 Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. III – CAUSAS QUE NOS LLEVAN A PERDER NUESTRO PRIMER AMOR San Marcos 4:19 “pero las preocupaciones de esta vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar la palabra, de modo que ésta no llega a dar fruto.” 1. Servir a Dios en el ministerio de manera continua, sin sentarse a recibir. Algunas personas se envuelven tanto en el servicio, que no tienen tiempo de recibir, no descansan y como resultado, se van enfriando, ya lo toman como una rutina y terminan espiritualmente secos. 2. Por los afanes de este siglo. Son muchos los líderes cristianos que estaban sirviendo a Dios con todo su corazón, pero vino el enemigo y les trajo afanes a su vida y desde ese momento, comenzaron a perder su primer amor. Como creyentes se supone que no busquemos cosas que no sean nuestra prioridad. Es cierto que debemos trabajar, estudiar, comer y vestirnos, pero nuestra prioridad debe ser buscar el rostro de Dios. San Mateo 6:33 “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.” 3. La continua Guerra Espiritual y la opresión del enemigo. Cuando hemos tenido un problema por mucho tiempo y no vemos cambios ni resultados, lo cual nos ocasiona un desgaste tanto físico como espiritual, lo cual termina en un desánimo y una frialdad espiritual. Cuando hemos estado peleando una batalla espiritual en la familia, la salud, las finanzas, el ministerio y esta batalla ha durado mucho tiempo, esto nos va desgastando y desanimando. Daniel 7:21 “Mientras observaba yo, este cuerno libró una guerra contra los santos y los venció.” 4. Las relaciones y las amistades equivocadas. Generalmente, el nivel de éxito que podemos tener, va a ser determinado por la gente que más cerca anda alrededor nuestro. Sin embargo, así como hay amistades que nos pueden ayudar, levantar y animar; también hay otras que, por el contrario, nos pueden hundir y enfriar espiritualmente. ¡La transferencia de espíritus es real, aunque muchos la niegan! ¡Sin embargo, es muy cierto que el andar con personas que no buscan a Dios, esto nos afectará! Con el transcurrir del tiempo, y sin darnos cuenta, la asociación con esa clase de personas, nos lleva a estar mucho más involucrados con las cosas del mundo que con Dios mismo. 5. Por cansancio espiritual y físico. El cansancio espiritual y físico es otro enemigo de nuestro primer amor con Dios; por eso, es importante que al sentir este síntoma, se tome un tiempo de descanso e intensifique su tiempo de oración, para que pueda ser lleno de la presencia de Dios y se recargue espiritualmente. (Leer en 1-Reyes 17:1-3 sobre el retiro espiritual que le ordenó el Señor a Elías – Querit). En ese retiro espiritual, mientras usted se ocupa de buscar a Dios, Él se encargará de enviar a los cuervos para traerle provisión, la guía y todo lo que necesite. 6. La desobediencia a Dios. Algunas personas pierden su primer amor con Dios porque están viviendo en desobediencia en algún área de su vida; porque es más fácil para ellas seguir pecando que arrepentirse y hacer todo lo posible por recuperar su primer amor con Dios. Lo anterior produce un “adormecimiento de la conciencia”. 1-Samuel 15:23 “La rebeldía es tan grave como la adivinación, y la arrogancia, como el pecado de la idolatría. Y como tú has rechazado la palabra del SEÑOR, él te ha rechazado como rey.” 7. Por la falta de comunión con Dios. ¡Para que el amor se mantenga, debe cultivarse! Como en el matrimonio, así mismo es nuestra relación con Dios. Hay muchísimas personas cristianas alrededor del mundo que han disminuido, en forma considerable, su comunión con Dios; y por eso, poco a poco, se han ido enfriando y debilitando hasta llegar a perder su primer amor y se han desanimado. La comunión con Dios es lo más importante en la vida de un cristiano, pues si se tiene una buena relación con Él, difícilmente llegará a sufrir alguna de las situaciones antes mencionadas. 8. Por el desánimo El espíritu de desánimo es otra de las causas para perder nuestro primer amor. Este espíritu es uno de los peores que se infiltran en la iglesia de Cristo. En el caso de los líderes, ministros y pastores, que continuamente tienen que estar lidiando con diferentes clases de fieles, el enemigo tiende a utilizar a aquellas personas “de alto mantenimiento” para desgastarlos hasta llevarlos a perder el primer amor. Estas son personas que, en todo momento, están pidiendo que se ore por ellas; son personas que siempre tienen un problema, se están quejando y buscando ayuda, trasladando su carga al siervo de Dios, pero que nunca están satisfechas. Esas personas, al cabo de un tiempo, terminan yéndose de la iglesia, cosa que desanima mucho a los líderes. IV - ¿DONDE ENCONTRAMOS LA SOLUCIÓN? La encontramos directamente en Su Palabra: Apocalipsis 2:5 “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, arrepiéntete y has las primeras obras, pues si no te arrepientes, pronto vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar.” O sea nosotros con nuestra actitud PASIVA permitimos quedarnos en el camino y obviamente alejarnos del Señor y ahí ya no viene nada bueno. DEBEMOS SER GUIADOS POR EL ESPÍRITU DE DIOS.