martes, 31 de diciembre de 2013

LA CAMPAÑA

Romanos 15:1-7 Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. —Romanos 14:19 Todos los años, los jóvenes de nuestra comunidad participan en la campaña Sé amable, dirigida por una organización de salud mental. En 2012, 6.000 estudiantes llevaron sobre su ropa durante los eventos deportivos de sus escuelas las palabras SÉ AMABLE. Un director declaró: «Queremos que los alumnos asistan a la escuela y aprendan sin que el miedo, la tristeza o la preocupación al estar con sus semejantes los distraigan. Estamos esforzándonos para asegurarnos de que los alumnos se edifiquen unos a otros, en vez de hostigarse». Pablo quería que la gente de la iglesia de Roma tuviera un estándar del amor aun más elevado. Tanto los fuertes como los débiles en la fe se juzgaban y descalificaban entre sí (Romanos 14:1-12). Se despreciaban cuando discutían sobre qué alimentos estaban permitidos (vv. 2-3) y qué fiestas debían guardar (vv. 5-6). Pablo los desafió: «Sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación» (v. 19). Les recordó que debían ocuparse sinceramente de agradar a los demás y no a sí mismos. Dijo: «Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo…» (15:3), sino que sirvió. Únete a la campaña de amar a los demás a pesar de nuestras diferencias… así glorificarás a Dios (v. 7). La amabilidad es simplemente amor desbordando en pequeños detalles.

lunes, 30 de diciembre de 2013

ESPERA EN EL SEÑOR

Salmo 27 Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. —Salmo 40:1 Con tantas formas actuales de comunicación instantánea, nuestra impaciencia por recibir una respuesta de los demás es a veces ridícula. ¡Alguien que conozco le mandó un correo electrónico a su esposa y después la llamó por teléfono porque no podía esperar que le contestara! En ocasiones, nos parece que Dios nos ha abandonado porque no responde inmediatamente a una oración. A menudo, nuestra actitud se convierte en algo así: «Respóndeme pronto, oh Señor, porque desmaya mi espíritu…» (Salmo 143:7). Sin embargo, esperar que el Señor obre puede transformarnos en personas de una fe creciente. David pasó muchos años esperando ser coronado rey y huyendo de la ira de Saúl. Escribió: «Aguarda al Señor; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera al Señor» (Salmo 27:14). Y en otro salmo nos alienta con estas palabras: «Pacientemente esperé al Señor, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. […] Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos» (40:1-2). Mientras esperaba en el Señor, David se convirtió en un «varón conforme [al] corazón [de Dios]» (Hechos 13:22; ver 1 Samuel 13:14). Cuando nos frustramos con el aparente retraso de Dios para responder nuestra oración, es bueno recordar que Él desea desarrollar en nuestro carácter las cualidades de la fe y la perseverancia (Santiago 1:2-4). ¡Espera en el Señor! Dios extiende su paciencia para agrandar nuestra alma.

domingo, 29 de diciembre de 2013

EL ULTIMO CAPITULO

Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. —Filipenses 4:5 Apocalipsis 22:6-20 Tengo una amiga que lee primero el último capítulo cuando comienza una nueva novela de suspenso. «Quita la ansiedad de la lectura», afirma. Lo mismo pasa con los creyentes: como sabemos el final de la historia, podemos ser centros de paz en medio del tremendo caos; de calma frente a la tragedia. En Filipenses 4:5, Pablo denomina esta actitud «gentileza», o moderación. Es un término que implica «paz bajo presión». Alude a la fortaleza deliberada y tranquila con que enfrentamos las circunstancias inquietantes de cada día. Los reinos pueden caer; los amigos, fallar; las iglesias, desaparecer; los océanos, crecer; y las montañas, derrumbarse; pero nosotros seguir en paz. ¿Cómo mantenemos semejante compostura? Recordando que «el Señor está cerca» (Filipenses 4:5). Está de pie al otro lado de la puerta, y listo para aparecer y recomponer todo lo que anda mal. Entonces, este mundo y todos sus problemas se convertirán en el reino de nuestro Señor, y «la tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor, como las aguas cubren el mar» (Habacuc 2:14). Jesús declaró: «Ciertamente vengo en breve» (Apocalipsis 22:20). ¡Podría ser hoy! Es lo último que dijo en el mismísimo capítulo final de su Libro. La doctrina más vinculada a la vida diaria es la del retorno de Cristo.

viernes, 27 de diciembre de 2013

OJOS DE AMOR

Marcos 10:17-27 Entonces Jesús, mirándole, le amó… —Marcos 10:21 Muchas personas que asisten a los espectáculos de Marc Salem piensan que puede leer la mente. Sin embargo, él lo niega y dice que no es ni vidente ni mago, sino un observador minucioso de las personas. Le declaró a la escritora Jennifer Mulson: «Vivimos en un mundo que es mayormente invisible para nosotros porque no prestamos atención […]. Yo soy sumamente sensible a lo que la gente emite» (The Gazette, Colorado Springs, Estados Unidos). Es interesante notar qué veía Jesús cuando se encontraba con la gente. Su conversación con un joven rico que buscaba tener vida eterna se registra en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Marcos incluye este detalle en su narración: «Entonces Jesús, mirándole, le amó…» (Marcos 10:21). Algunos tal vez consideraron que este hombre era arrogante (vv. 19-20), mientras que otros quizás envidiaron su riqueza; sin embargo, Jesús lo miró y lo amó. A menudo, nos centramos en la triste partida del hombre y su aparente falta de disposición para renunciar a sus riquezas y seguir a Jesús (v. 22). Cuando los discípulos se preguntaron en voz alta sobre cuán difícil es que un rico entre en el reino de Dios (v. 26), «Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios» (v. 27). Hoy Cristo nos ve a través de ojos de amor y nos invita a seguirlo. Dios tiene un ojo que todo lo ve y un corazón que todo lo perdona.

jueves, 26 de diciembre de 2013

POR BUENA CONDUCTA

2 Corintios 5:1-11 Por tanto procuramos […] serle agradables [a Dios]. —2 Corintios 5:9 En el ministerio para niños en mi iglesia, damos tarjetas a aquellos que notamos que se portan bien. Los pequeños las juntan y reciben premios por las buenas decisiones que han tomado. De este modo, tratamos de reafirmar la buena conducta en lugar de concentrarnos en el mal comportamiento. Cuando un líder le entregó una tarjeta a Timoteo, de once años de edad, él respondió: «No, gracias. No la necesito. Quiero portarme bien, y no necesito una recompensa por hacerlo». Para él, hacer lo correcto era la recompensa. Sin duda, ese muchachito tiene bien incorporados los buenos valores y desea ponerlos en práctica… haya premio o no. Como creyentes en Cristo, nosotros un día también recibiremos recompensas. En 2 Corintios 5:10, Pablo expresa que cada uno recibirá «según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo». Pero el recibir una recompensa no debe ser nuestra motivación para vivir correctamente. Tampoco debe serlo ganar la salvación. El deseo y la motivación de nuestro corazón tienen que ser el amor de Dios y el procurar agradarle. Cuando amamos a Dios, hacemos que nuestro objetivo sea complacer a Aquel que nos amó primero (1 Juan 4:19) y servirlo con motivaciones puras (Proverbios 16:2; 1 Corintios 4:5). ¡La mejor recompensa será estar con Él! Nuestro deseo de agradar a Dios es lo que más nos motiva a obedecerlo.

miércoles, 25 de diciembre de 2013

CUMPLIMIENTO PROFÉTICO DEL NACIMIENTO DEL MESÍAS/REY DE ISRAEL

Isaías 9:6-7 Dios Habla Hoy 6 Porque nos ha nacido un niño, Dios nos ha dado un hijo, al cual se le ha concedido el poder de gobernar. Y le darán estos nombres: Admirable en sus planes, Dios invencible, Padre eterno, Príncipe de la paz. 7 Se sentará en el trono de David; extenderá su poder real a todas partes y la paz no se acabará; su reinado quedará bien establecido, y sus bases serán la justicia y el derecho desde ahora y para siempre. Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso. Mateo 2:1-3 & 7-12: 1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, 2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. 3 Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. 7 Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; 8 y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore. 9 Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. 10 Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. 11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. 12 Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Algunos detalles a tener en cuenta en su nacimiento: Al margen del anuncio de los ángeles a los pastores (que podemos tildarlo de espiritual), está registrado éste anuncio (que podemos analizarlo como secular) con personajes muy respetados por muchos motivos por el mundo civilizado de ese entonces como los “Magos de Oriente”. Que también tuvieron la revelación del nacimiento de acuerdo a lo que ellos manejaban que supuestamente era la astrología (algo que también hemos visto era condenable por Dios). O sea que Dios realiza sus anuncios dentro de sus e-numerables recursos de todas y cada unas de las formas en las que podemos entenderlo pero con un común denominador en centralización de su mensaje SU HIJO. Seguramente estos magos que dominaban los astros y estrellas los cuales todos tenían su significado, (cosa que ocurrió con la estrella del Rey de los Judíos) observaron no solo que la estrella se movía sino que se trasladaba como guía e iluminación hacia un lugar determinado. Es como si les dijera en su misericordia ustedes saben mucho de los movimientos estelares que marcan de algún modo los movimientos de acá abajo, pero sigan la Estrella, usada en ese momento para que conozcan a la VERDADERA ESTRELLA RESPLANDECIENTE DE LA MAÑANA y quién les va a indicar que deben creer, respetar y porque no adorar a partir de ahora. Muchas veces hemos escuchado que todos los caminos conducen a Roma, pero puntualmente vemos que todos los caminos conducen a JESUCRISTO.

EL HIJO ES DADO

Lucas 1:26-33 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado… —Isaías 9:6 Uno de mis pasajes favoritos del Mesías de Händel es el vibrante movimiento «Porque un Niño nos es nacido», de la primera parte del oratorio. En especial, me encanta cuando el coro aumenta el volumen hasta llegar a la frase: «Hijo nos es dado». Por supuesto, estas palabras están tomadas de Isaías 9:6: «Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado». La majestuosa música de Händel se eleva en adoración por el Hijo que vino a nosotros en forma humana aquella primera Navidad. El Nuevo Testamento aclara aun más quién es este Hijo. En Lucas 1, el mensajero celestial se le apareció a María e identificó al niño Cristo de cuatro maneras: sería el hijo de María, para convertirse totalmente en humano (1:31); sería el Hijo del Altísimo, lo cual lo hacía completamente divino (1:32); también sería el Hijo de David, lo que le otorgaba linaje real (1:32); y llevaría el título de Hijo de Dios (1:35), lo cual lo equiparaba en todo con el Padre. Todos los roles que el Mesías fue llamado a desempeñar son posibles mediante estas distintas expresiones de su condición de Hijo. Cuando lo adoremos durante esta Navidad, que nuestra celebración esté llena de gozo y asombro ante la plenitud de su significado. Nuestro Padre celestial nos ha dado a su Hijo perfecto y suficiente. Como dice la canción: «¡Venid, adoremos a Cristo el Señor! El amor de Dios se encarnó en Belén.

martes, 24 de diciembre de 2013

DIOS CON NOSOTROS

Mateo 1:18-25 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. —Mateo 1:23 Su presencia en la sala era evidente. Todos los demás estaban vestidos de manera bastante formal, pero él tenía unos pantalones vaqueros, una camiseta deportiva y una gorra desteñida. No pude evitar notarlo cuando hablé aquel día a los estudiantes en un culto de un seminario de Bucarest, en Rumania. No tengo idea de por qué no respetaba las normas de vestimenta del seminario, pero sí recuerdo su nombre. Cuando terminó la reunión, se acercó para presentarse. Cuando le pregunté cómo se llamaba, contestó: «Emanuel». Su respuesta me sorprendió y le pregunté si sabía qué significaba. Desfachatadamente, respondió: «Sí, “¡Dios con nosotros!”». He pensado en aquel muchacho con frecuencia, y en cómo se levantó en medio de aquel grupo de personas. Tal como Jesús vino a traer la presencia de Dios a nuestro mundo —«Emanuel, […] Dios con nosotros» (Mateo 1:23)—, nosotros también somos llamados a hacer lo mismo en nuestro entorno. Jesús lo dejó claro al expresar: «Como me envió el Padre, así también yo os envío» (Juan 20:21). Esta Navidad, podemos regalar a otros la semejanza de Cristo a través de nuestra vida. Cuando reflejamos al Dios que vive en nosotros, podemos diferenciarnos del mundo, y esa diferencia puede bendecir a otros con la presencia transformadora de su amor y su gracia. El don de la presencia de Dios a través de ti es tu regalo para el mundo.

domingo, 15 de diciembre de 2013

ESE NOMBRE

Filipenses 2:5-11 … Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre. —Filipenses 2:9 Nuestra nietita Maggie y su familia habían vuelto a su casa en Missouri, después de visitarnos en Grand Rapids, Michigan, en Estados Unidos. Su mamá nos contó que durante algunos días, después de haber regresado, Maggie caminaba por la casa repitiendo alegremente: «¡Michigan! ¡Michigan!». Había algo en ese nombre que atraía a nuestra nieta. ¿Habrá sido por la forma en que sonaba? ¿Tal vez porque había disfrutado del tiempo que pasó allí? Es difícil saberlo en el caso de una niña de un año, pero el impacto de ese nombre había sido tal que no podía dejar de repetirlo. Esto me hace pensar en otro nombre: Jesús, el «nombre que es sobre todo nombre» (Filipenses 2:9). Una canción de Bill y Gloria Gaither nos recuerda por qué amamos tanto ese nombre. Él es «Maestro» y «Salvador». Es verdad, ¡qué profundidad de significado tienen los nombres que describen a nuestro Señor! Cuando les mencionamos el gran nombre de Jesús a quienes lo necesitan como Salvador, podemos recordarles lo que hizo por nosotros. Jesús es nuestro Salvador. Nos ha redimido mediante su sangre, y podemos entregar de todo corazón nuestra vida a Él. Jesús… ¡Qué todo el cielo y la Tierra, incluidos nosotros, proclamen su glorioso nombre! ¡Jesús es el nombre más precioso!

sábado, 14 de diciembre de 2013

LUGAR DEL AGUA

… el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. —Juan 4:14 África del Este es uno de los lugares más secos de la Tierra, lo cual hace que «Nairobi» sea un nombre tan significativo para una ciudad de esa región. El término proviene de una frase en masai, que quiere decir «agua fría», y que literalmente significa «el lugar del agua». A lo largo de la historia, la presencia de agua ha sido tanto vivificadora como estratégica. Ya sea que una persona viva en un clima seco o en un bosque tropical, el agua es una necesidad innegociable. En una región seca y árida, saber dónde encontrar el lugar del agua puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. Nuestra vida espiritual también tiene ciertos elementos innegociables. Por eso, al encontrarse con una mujer espiritualmente sedienta junto a un pozo, Jesús le declaró que Él era el único que podía proveerle agua viva: «el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna» (Juan 4:14). Tal como el ciervo del Salmo 42:1-2, que brama en busca de agua, nuestra alma tiene sed de Dios y anhela tener comunión con Él (Salmo 63:1). Necesitamos desesperadamente la provisión que viene solamente de Jesucristo. Él es la fuente de agua viva que renueva nuestro corazón. Jesús es la fuente de agua viva.

viernes, 13 de diciembre de 2013

DIOS ESTA ESPERANDO

El Señor no retarda su promesa, […] sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca… —2 Pedro 3:9 Durante la época de Navidad, esperamos. Esperamos en medio del tránsito. Esperamos en las filas de las tiendas para comprar regalos. Esperamos que lleguen los familiares. Esperamos reunirnos alrededor de una mesa repleta de nuestra comida favorita. Esperamos para abrir los regalos elegidos con amor. Todas estas esperas pueden recordarles a los creyentes que la Navidad celebra la anticipación de algo mucho más importante que las tradiciones de esta fiesta. Tal como los israelitas en la antigüedad, nosotros también esperamos a Jesús. Aunque Él ya vino como el tan esperado Mesías, todavía no ha vuelto para reinar sobre toda la Tierra. Por eso, hoy esperamos la segunda venida de Cristo. La Navidad nos recuerda que Dios también espera… espera que los seres humanos vean su gloria, admitan que están perdidos sin Él, respondan afirmativamente a su amor, reciban el perdón divino, se aparten del pecado. Mientras aguardamos su segunda venida, el Señor espera que todos se arrepientan. A nosotros puede parecernos un retraso en cuanto a su regreso, pero en realidad, está esperando con paciencia (2 Pedro 3:9). El Señor espera tener una relación personal con aquellos a quienes ama. Él dio el primer paso cuando vino como el niño Jesús y el Cordero para el sacrificio. Ahora espera que nosotros lo recibamos en nuestra vida como Salvador y Señor. Pacientemente, Dios cumple sus promesas.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

UNA ELONGACIÓN

Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios… —1 Juan 3:1 Durante años, Sara tuvo un dolor lumbar que iba empeorando. Su médico le sugirió hacer fisioterapia, y le indicaron 25 elongaciones para realizar todos los días. El dolor disminuyó, pero no desapareció por completo. Entonces, el doctor le indicó tomarse unas radiografías y la envió a otro kinesiólogo, el cual le dijo que suspendiera las elongaciones que le había dado el otro profesional y que hiciera una sola por día. Sorprendentemente, esa única elongación dio mejor resultado. A veces, las verdades simples son las mejores. Cuando le pidieron a Karl Barth que resumiera en una frase la conclusión de toda una vida dedicada a la teología, respondió: «¡Cristo me ama!». Algunos dicen que agregó: «Su Palabra dice así». Es evidente que Dios nos ama, ya que entregó a su Hijo para rescatarnos. Cristo murió en la cruz para quitar la carga de nuestro pecado. Después, resucitó para darnos nueva vida en Él. ¡Qué amor asombroso! Como declara Juan: «Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios…» (1 Juan 3:1). Desde luego, el amor de Jesús por nosotros no es un apósito ni una cura mágica para todos los problemas de la vida, sino la verdad sin igual de la que podemos depender siempre para disfrutar de la paz de Dios y tener una vida con propósito. Lo más maravilloso de todo: Pensar que Jesús me ama.

martes, 10 de diciembre de 2013

TEMOR GRAVE

… No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo… —Lucas 2:10 Después de semanas de ensayos con el coro de niños, finalmente llegó la noche del musical navideño anual, en 1983. Los pequeños, con sus disfraces, empezaron a entrar en el auditorio, cuando repentinamente se oyó un alboroto en la puerta trasera del salón. Mi esposa y yo nos dimos vuelta y vimos a nuestro hijito Mateo. Llorando desconsoladamente y con terror en el rostro, se había aferrado con todas sus fuerzas al picaporte de aquella puerta. Se negaba a entrar. Después de negociar bastante, el director finalmente le dijo que no tenía que subir al escenario. Así que, Mateo se sentó con nosotros y, al rato, el miedo se le había ido. Aunque, por lo general, no relacionamos la Navidad con el miedo, la noche del nacimiento de Cristo estuvo repleta de sentimientos de temor. Lucas declara: «Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor» (Lucas 2:9). La visión del mensajero celestial superó la capacidad de comprensión de los pastores. Pero el ángel los tranquilizó: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo» (v. 10). En un mundo lleno de miedos, debemos recordar que Jesús vino para ser el Príncipe de paz (Isaías 9:6). Desesperadamente, necesitamos su paz. En la medida en que lo miremos, Él disipará nuestros temores y calmará nuestro corazón. «Dios encarnado pone fin al temor». —F. B. Meyer

domingo, 8 de diciembre de 2013

¡LAS BIENAVENTURANZAS SON SIMPLEMENTE LO QUE NUESTRA ACTITUD DEBE SER!

BIENAVENTURANZAS EN LA BIBLIA – BIENAVENTURADOS LOS POBRES EN ESPÍRITU “BIENAVENTURADOS LOS POBRES EN ESPÍRITU, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS” (Mateo 5:3) ¡Las bienaventuranzas son simplemente lo que nuestra actitud debe ser! Consideramos la pobreza como la escasez de bienes materiales, pero Jesús dice: “Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mateo 5:3). ¿Qué quería decir? Que la autosuficiencia puede impedir que experimentemos la suficiencia de Dios. Una vez, John B. Rockefeller padre -un multimillonario creyente- dijo: “He acumulado muchos millones, pero no me han aportado felicidad verdadera. Los cambiaría todos por aquellos días en que estaba sentado en un taburete de una oficina en Cleveland y me creía rico con un salario de tres dólares semanales”. W. H. Vanderbilt dijo: “Dedicarse al cuidado de doscientos millones de dólares es una carga demasiado pesada para cualquier cabeza o espalda. Es suficiente para consumir a cualquiera. No hay absolutamente nada placentero en ello”. John Jacob Astor, un afamado multimillonario que pasó su vida sufriendo de úlceras y depresión, dijo: “Soy el hombre más miserable de la Tierra”. Henry Ford, el “rey del automóvil”, dijo: “El trabajo es el único placer que tengo. Me mantiene vivo y hace que la vida merezca la pena vivirla. Yo era más feliz cuando era mecánico”. Y otro conocido multimillonario, Andrew Carnegie, advirtió: “Los millonarios casi nunca sonríen”. De modo que cuando Jesús dice: “…es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino…” (Mateo 19.24), ¿significa esto que está en contra de que tengamos éxito? No, Él nos dice sencillamente: “Ten mucho cuidado con tus prioridades. No permitas que tus posesiones enturbien tu relación conmigo, o que te impidan alcanzar el propósito para el cual te puse en la Tierra”. Fuente: www.devocionalescristianos.com

viernes, 6 de diciembre de 2013

QUERÍA CONOCER A JESÚS

Lucas 19:1-10 Jesús entró en Jericó y comenzó a atravesar la ciudad. 2 Vivía allí un hombre rico llamado Zaqueo, jefe de los que cobraban impuestos para Roma. 3 Éste quería conocer a Jesús, pero no conseguía verlo porque había mucha gente y Zaqueo era pequeño de estatura. 4 Por eso corrió adelante y, para alcanzar a verlo, se subió a un árbol cerca de donde Jesús tenía que pasar. 5 Cuando Jesús pasaba por allí, miró hacia arriba y le dijo: —Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que quedarme en tu casa. 6 Zaqueo bajó aprisa, y con gusto recibió a Jesús. 7 Al ver esto, todos comenzaron a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en la casa de un pecador. 8 Zaqueo se levantó entonces y le dijo al Señor: —Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo; y si le he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más. 9 Jesús le dijo: —Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. 10 Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido. Otro encuentro del Salvador del Mundo, aunque en ésta oportunidad lo tiene con un personaje muy especial como lo son todos y cada uno en su ambiente o lugar de estadía. A veces pensamos que todos tendremos un encuentro con el Señor y si bien esa es la idea de Dios, no siempre ocurre así porque como vemos hay algunos detalles a tener en cuenta…, éste hombrecito como se lo podía ver a simple vista interiormente tenía un potencial gigante en su personalidad ya que quería conocer a Jesús como complemento fundamental y necesario para ser un Hijo de Dios (no tenemos ninguna duda de que era un hijo de Abraham al guardar la ley y sobre todo la de la restitución) Pero acá toma una actitud reveladora de su interés en disponer de un recurso natural (subiéndose al árbol) no sé si era para llamar la atención del Señor como interpretan algunos… pero lo que más nos interesa es que el Gran Maestro se da cuenta de su idea y como siempre la bendición va más allá de sus expectativas. Ahora, ¿qué podemos observar en éste texto? Qué Saqueo de acuerdo a lo que él sabía que tenía que hacer lo hacía, esa misma predisposición lo lleva a querer conocer al Señor demostrándoselo a Jesús y no a los hombres de su intensión ya que no busca meterse entre las personas empujando y pisoteando a los demás para ubicarse en los primeros lugares sino utilizando recursos naturales y esfuerzo propio y por qué no divinos también como ocurre siempre en estos casos. Sería muy saludable espiritualmente hablando, tener en cuenta estos datos que vemos en Zaqueo para tener un encuentro con el Señor: Querer conocer al Señor. Guardar su palabra y demostrarle nuestro interés. Ya que sabemos que Dios no hace acepción de personas si ocurrió con Zaqueo o tantos otros que demostraron a Dios su interés Él los sorprendió maravillosamente.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

DIOS ESTA ESPERANDO

Juan 14:1-6 El Señor no retarda su promesa, […] sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca… —2 Pedro 3:9 Durante la época de Navidad, esperamos. Esperamos en medio del tránsito. Esperamos en las filas de las tiendas para comprar regalos. Esperamos que lleguen los familiares. Esperamos reunirnos alrededor de una mesa repleta de nuestra comida favorita. Esperamos para abrir los regalos elegidos con amor. Todas estas esperas pueden recordarles a los creyentes que la Navidad celebra la anticipación de algo mucho más importante que las tradiciones de esta fiesta. Tal como los israelitas en la antigüedad, nosotros también esperamos a Jesús. Aunque Él ya vino como el tan esperado Mesías, todavía no ha vuelto para reinar sobre toda la Tierra. Por eso, hoy esperamos la segunda venida de Cristo. La Navidad nos recuerda que Dios también espera… espera que los seres humanos vean su gloria, admitan que están perdidos sin Él, respondan afirmativamente a su amor, reciban el perdón divino, se aparten del pecado. Mientras aguardamos su segunda venida, el Señor espera que todos se arrepientan. A nosotros puede parecernos un retraso en cuanto a su regreso, pero en realidad, está esperando con paciencia (2 Pedro 3:9). El Señor espera tener una relación personal con aquellos a quienes ama. Él dio el primer paso cuando vino como el niño Jesús y el Cordero para el sacrificio. Ahora espera que nosotros lo recibamos en nuestra vida como Salvador y Señor. Pacientemente, Dios cumple sus promesas.

lunes, 2 de diciembre de 2013

CRISTIANO ERES ELEGIDO SEGÚN LA BIBLIA - Parte II

“…SEGÚN NOS ESCOGIÓ EN ÉL ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO…” (Efesios 1:4) Mientras no tengas una comprensión clara de cuándo Dios te escogió, no puedes apreciar completamente tu posición. Una vez que lo captes, muchas de tus preguntas sin respuesta cobrarán sentido, como por qué ves las cosas de manera tan distinta o te sientes obligado a seguir adelante mientras los demás parecen contentos de continuar donde están. Escucha: “…según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo (Efesios 1:11,12). Fuiste escogido individualmente porque Dios tiene un propósito para que lo cumplas. Esta es la razón por la que has sobrevivido. Es por esto que te recobras cada vez que el enemigo intenta destruirte. Es importante entenderlo por dos razones: (1) Si piensas que Dios te eligió porque eres un poderoso guerrero de oración o lees la Biblia diariamente durante horas o tienes un carácter genuino, entonces, en el momento en el que decaigas, o falles, el enemigo se avalanchará sobre ti y te convencerá de que ya no eres aceptado. (2) Saber tu posición con Dios te permite decir: “Tanto si lo hago bien como si no, puedo ir a Él en cualquier momento, porque Él me escogió”. ¡Eso es muy grande! Es información que el enemigo no quiere que tengas, porque ¡esto cambiará tu forma de pensar, tu manera de ver las cosas y tus niveles de confianza! El Hijo Pródigo la tuvo. Por eso dijo: “Puede que esté en un barrio ‘bajo’ y que huela a cerdo ahora mismo, pero voy a volver a mi padre, a casa. Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: ‘Padre, he pecado contra el Cielo y contra ti’. Aunque me haya metido en líos y haya tomado decisiones equivocadas, él sigue siendo mi padre – y me quiere” (ver Lucas 15:11-27). ¡Lo mismo va también por ti! “YO… OS HE PUESTO PARA QUE VAYÁIS Y LLEVÉIS FRUTO…” (Juan 15:16) La palabra “puesto” viene del verbo ‘poner’. Dios dice: “…te he puesto [‘diseñado’] para que lleves fruto”. Es por ello que te apartó y escogió tu trayectoria. Él te sostuvo cuando pensabas que habías perdido la batalla. Él te empujó cuando ya no tenías más fuerzas porque “Por el Señor son ordenados los pasos del hombre y Él aprueba su camino” (Salmo 37:23). Él quiere que lleves fruto: “Ninguna arma forjada contra ti, prosperará…Esta es la herencia de los siervos del Señor…”. (Isaías 54:17). ¿Estás sirviendo a Dios lo mejor que puedas? Entonces el ataque que te sobrevendrá no tendrá éxito. ¡El Señor lo garantiza! Ahora bien, ser elegido no significa que “Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde” (Romanos 6:1). Pero sí significa que tienes seguridad sobre tu posición con Dios. También es por esto que Él permite las luchas, las pruebas y las tentaciones; Él sabe lo que cuesta atraer tu atención, mantenerte dependiente de Él, y ayudarte a desarrollar unas raíces más fuertes. La primera cosa que el Señor dijo al hombre y a la mujer fue: “Fructificad…” (Génesis 1:28). Dios quiere que tengas éxito en tus relaciones, tu familia, tu trabajo y en todos los aspectos de tu vida. Su Palabra dice: “…a vuestro Padre le ha placido daros el Reino” (Lucas 12:32). Cuando este concepto penetre en tu corazón, ¡cambiará tu vida! Fuente: www.devocionalesCristianos.org