miércoles, 30 de abril de 2014

¿CON QUE OJOS DEBO MIRAR?

LEA: Marcos 5:1-20 Y al ver [Jesús] las multitudes, tuvo compasión de ellas… —Mateo 9:36 Estábamos esperando para comprar unos helados cuando lo vi. Su rostro mostraba las marcas de demasiadas peleas: una nariz rota y algunas cicatrices. Tenía la ropa arrugada, pero limpia. Me paré entre él y mis hijos, y usé mi espalda para levantar una pared. La primera vez que habló, no entendí lo que dijo y simplemente asentí con la cabeza, por cortesía. Casi ni lo miré a los ojos. Como mi esposa no estaba, pensó que era padre soltero, y amablemente dijo: «Es difícil criar hijos solo, ¿no?». Algo en su tono de voz hizo que me diera vuelta para mirarlo. Solo entonces, noté que estaba con sus hijos, y me contó que su esposa había muerto hacía mucho tiempo. Sus palabras suaves contrastaban con su tosco aspecto. ¡Fue una lección para mí! De nuevo, no había observado más allá de las apariencias. Jesús también se encontró con personas cuyo aspecto podría haberlo alejado, incluso el endemoniado del que habla el pasaje de hoy (Marcos 5:1-20). Sin embargo, Él veía las necesidades del corazón y las suplía. Cristo siempre nos mira con amor, aunque tengamos cicatrices del pecado y una naturaleza estropeada que afecta nuestra fidelidad. Quiera Dios ayudarnos a reemplazar nuestra arrogancia con el corazón amoroso del Señor. Si miras con los ojos de Cristo, verás un mundo necesitado.

martes, 29 de abril de 2014

SOMOS DUEÑOS DE NUESTRO SILENCIO Y ESCLAVOS DE LO QUE DECIMOS

LEA: Salmo 12 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor… —Salmo 19:14 La diferencia entre el elogio y la adulación suele ser la motivación. Un elogio aprecia de manera genuina una cualidad o una acción de otra persona, mientras que el objetivo de la adulación es, habitualmente, aprovechar la situación al ganarse el favor de otra persona. Los elogios buscan animar; la adulación, manipular. En el Salmo 12, David se lamenta de su entorno social, donde las personas fieles y piadosas habían desaparecido, y en su lugar, había otras que hablaban mentiras «con labios lisonjeros, y con doblez de corazón» (v. 2). Habían declarado: «Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios son nuestros; ¿quién es señor de nosotros?» (v. 4). Sería bueno preguntarnos: ¿de quién son mis labios? cuando somos tentados a elogiar falsamente para conseguir lo que queremos. Si soy dueño de mis labios, puedo decir lo que me plazca. Pero si le pertenecen al Señor, mi vocabulario reflejará sus palabras, las cuales el salmista describe como «limpias, como plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces» (v. 6). Quizá una manera apropiada de mostrar a quién le pertenecen nuestros labios sería empezar cada día con la oración de David, plasmada en otro salmo: «Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Señor, roca mía, y redentor mío» (Salmo 19:14). El que guarda su boca, preserva su vida… —Proverbios 13:3 Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza. (Salmo 51:15)

lunes, 28 de abril de 2014

COMO PODEMOS SABER QUE ES LO PRIMERO DE LO PRIMERO

David H. Roper LEA: 1 Crónicas 28:5-10 … reconoce al Dios de tu padre, y sírvelo con corazón perfecto y con ánimo voluntario… —1 Crónicas 28:9 Cuando nuestra nieta Sara era muy pequeña, nos dijo que quería ser entrenadora de básquetbol cuando creciera, como su papá. Pero que todavía no podía serlo porque, en primer lugar, tenía que ser jugadora, y una jugadora tenía que ser capaz de atarse los cordones de los zapatos, ¡y ella todavía no sabía cómo! Primero lo primero, decimos nosotros. Y lo primero de todo en la vida es conocer a Dios y disfrutar de la comunión con Él. Reconocer y conocer al Señor nos ayuda a convertirnos en aquello para lo que fuimos creados. Este es el consejo del rey David a su hijo Salomón: «… reconoce al Dios de tu padre, y sírvelo con corazón perfecto y con ánimo voluntario… » (1 Crónicas 28:9). Recuerda que es posible conocer a Dios. Es una Persona, no un concepto lógico o teológico. Él piensa, decide, disfruta, siente, ama y desea como cualquier ser humano. A. W. Tozer escribe: «Dios es una persona, y al preparar nuestro corazón para la maravilla que implica conocerlo, pueden alcanzarse diversos niveles de intimidad con Él». Ah, ahí está el problema: debemos «preparar nuestro corazón». Dios nos busca, nos encuentra, se da a conocer con muestras de su amor en un principio y luego nos deja para ver nuestra reacción. El Señor se esconde; los que quieren conocerlo pueden..., buscándolo. No nos presiona, sino que espera con paciencia, porque quiere que cada uno de nosotros lo conozca. Lo primero en la vida es conocerlo a Él. Pensar en Dios asombra la mente, pero conocerlo satisface el corazón.

sábado, 26 de abril de 2014

CÓMO ENFRENTAR LOS SUFRIMIENTOS

LEA: 1 Pedro 4:1-8 … Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento… —1 Pedro 4:1 En su batalla contra el cáncer, Steve Jobs, cofundador de la compañía Apple, declaró: «Recordar que pronto estaré muerto es la herramienta más valiosa que he descubierto para ayudarme a tomar las decisiones importantes de la vida. Las expectativas externas, el orgullo, el temor al ridículo o al fracaso y prácticamente todo lo demás se desvanece al enfrentar la muerte, y da lugar a lo que en verdad importa». Su sufrimiento influyó en sus decisiones. En cambio, el apóstol Pedro quería motivar a sus lectores para que utilizaran su sufrimiento para beneficio eterno. Y deseaba que el padecimiento y la muerte de Jesús los inspiraran a aceptar el conflicto y la persecución espiritual que enfrentarían al testificar de Él. Dicho sufrimiento sería la norma porque amaban al Señor, y los motivaría a abandonar las pasiones pecaminosas y a obedecer la voluntad de Dios (1 Pedro 4:1-2). Para que sus vidas tuvieran resultados eternos, debían rechazar con firmeza los placeres efímeros y entregarse por completo a lo que le agradaba al Señor. Recordar que Cristo sufrió y murió para perdonar nuestros pecados es la motivación más importante para tomar decisiones que honren a Dios y que cuenten para la eternidad. La muerte de Cristo perdonó mis pecados pasados y me estimula a obedecer en el presente.

viernes, 25 de abril de 2014

CÓMO PODEMOS TENER ESPERANZA

Lea: Hebreos 10:19-25 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. —Hebreos 10:23 Aunque trato de que lo que veo en la actualidad no me perturbe, me tomó desprevenido el mensaje en la camiseta de una mujer que pasó a mi lado en un centro de compras. Las letras resaltadas declaraban: «Solo los imbéciles tienen esperanza». Sin duda, ser iluso o crédulo puede tornarse insensato y peligroso. La frustración y el quebrantamiento pueden ser el resultado trágico de un optimismo infundado. Pero carecer de esperanza es una perspectiva triste y cínica de la vida. La esperanza bíblica no tiene comparación; es una confianza plena en Dios, y en su obra en el mundo y en nuestra vida. ¡Todos necesitamos algo así! El escritor a los hebreos explicó claramente la importancia de la esperanza: «Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió» (Hebreos 10:23). Tener la clase de esperanza de la que habla la Biblia no es una insensatez, porque tiene un fundamento sólido. Nos aferramos a la esperanza que recibimos en Cristo porque nuestro Dios es fiel. Podemos confiarle todas y cada una de las cosas que enfrentemos, tanto en el presente como para la eternidad. Nuestra esperanza está cimentada en el carácter confiable de Dios, que nos ama con amor eterno. Así que, aquella camisa estaba equivocada. La esperanza no es para los imbéciles, ¡sino para ti y para mí! La esperanza cimentada en Dios no colapsará bajo las presiones de la vida.

jueves, 24 de abril de 2014

¡GRITA ALELUYA!

Lectura: 1 Corintios 15:50-58 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?… —1 Corintios 15:55 Hace unos días, vi a mi viejo amigo Roberto pedaleando con fuerza en una bicicleta de un gimnasio del vecindario y mirando concentrado un monitor de presión sanguínea en uno de sus dedos. —¿Qué estás haciendo? —pregunté. —Viendo si estoy vivo —gruñó. —¿Qué harías si vieras que estás muerto? —le repliqué. —¡Gritaría aleluya!—respondió con una sonrisa radiante. Con los años, he percibido destellos de una gran fortaleza interior en mi amigo: una paciente perseverancia frente al desgaste y las molestias físicas, y fe y esperanza mientras se acerca al final de su vida. En realidad, no solo ha hallado esperanza, sino que la muerte ha perdido su poder tiránico sobre él. ¿Quién puede encontrar paz y esperanza, e incluso gozo, frente a la muerte? Solo los que están unidos por la fe al Dios de la eternidad y saben que tienen vida eterna (1 Corintios 15:52, 54). Para aquellos que tienen esta seguridad, como mi amigo Roberto, la muerte ya no produce terror. ¡Pueden hablar con un gozo inmenso de ver a Jesús cara a cara! ¿Por qué temerle a la muerte? ¿Qué razón hay para no regocijarse? Como escribió el poeta John Donne (1572-1631): «Apenas nos quedamos dormidos, despertamos en la eternidad». —Para el creyente, morir es la última sombra del ocaso terrenal antes del amanecer celestial.

lunes, 21 de abril de 2014

LA CREACIÓN ES DE SU CREADOR

Marvin Williams LEA: Génesis 1:26-28 Del Señor es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan. —Salmo 24:1 Cuando Amanda Benavides cursaba el segundo año en la Universidad Nazarena Point Loma, en California, empezó a reconsiderar sus perspectivas sobre la mayordomía cristiana de la Tierra. Había crecido pensando que tomar conciencia del medio ambiente no tenía nada que ver con su relación con Cristo. Todo cambió cuando la desafiaron a considerar el papel del creyente en el cuidado del planeta; en especial, en lo que respecta a alcanzar a los más necesitados. Nuestra mayordomía del hermoso mundo que Dios nos ha dado y el interés en las personas que lo habitan expresan nuestra reverencia al Señor y se fundamentan en dos principios bíblicos. En primer lugar, la Tierra le pertenece a Dios (Salmo 24:1-2). El salmista alaba al Señor por su creación y por ser el dueño de ella. Los cielos, la Tierra y todo lo que hay en ellos le pertenecen. Él creó todo, es el soberano (93:1-2) y se ocupa de cada detalle (Mateo 6:26-30). En segundo lugar, Dios nos delegó la responsabilidad del bienestar de la Tierra (Génesis 1:26-28). Esto incluye valorar y ocuparse de la naturaleza (Levítico 25:2-5, 11; Proverbios 12:10) y de las personas (Romanos 15:2). Este es el mundo de nuestro Padre. Demostrémosle al Señor cuánto lo amamos respetando su creación e interesándonos en la gente que habita esta Tierra. Maltratar la creación de Dios es ofender al Creador.

domingo, 20 de abril de 2014

¿COMO PODEMOS TRIUNFAR SOBRE LA MUERTE?

LEA: Mateo 28:1-10 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?… —1 Corintios 15:55 El anuncio en la radio sobre un seminario sonó intrigante. El presentador dijo: «¡Puedes triunfar sobre la muerte… para siempre! Asiste a mi seminario y te mostraré cómo hacerlo». Por un instante, me pregunté qué método daría el orador para vencer la muerte y qué sugeriría. ¿Quizá algo relacionado con una dieta o ejercicios, o congelar el cuerpo? Sin embargo, después de escuchar un poco más, me di cuenta de que había dicho: «Puedes triunfar con la suerte… para siempre». ¡La noticia más maravillosa es que podemos triunfar sobre la muerte porque Jesús pagó nuestra deuda y no nos dejó librados a la suerte! (1 Corintios 15:55-57). Nuestro pecado nos separa de Dios, pero Cristo entregó voluntariamente su vida y fue crucificado para saldar la deuda que teníamos. Al tercer día, cuando María Magdalena y otra María fueron al sepulcro para ungir el cuerpo del Señor, un ángel les dijo: «No está aquí, pues ha resucitado, como dijo…» (Mateo 28:6). Rebosantes de gozo, corrieron a contarles a los discípulos. Mientras iban, Jesús las encontró y las saludó (v. 9). El Señor había resucitado, y sus seguidores tenían una buena razón para estar alegres. Jesucristo había quitado el aguijón de la muerte (1 Corintios 15:55). Ahora nosotros también tenemos la victoria al creer en la muerte y resurrección del Hijo de Dios. Mediante la obra perfecta de Cristo, ¡podemos triunfar sobre la muerte… para siempre! Teníamos una deuda que no podíamos pagar; Jesús pagó una deuda que no tenía.

sábado, 19 de abril de 2014

DE DONDE VIENEN LOS ENEMIGOS INVISIBLES

Bill Crowder LEA: Santiago 1:13-25 … cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. —Santiago 1:14 Cuando era niño, mi familia estuvo a punto de sufrir una tragedia. La mayoría de los artefactos más importantes de la casa, incluso el horno, funcionaban a gas, y una pequeña pérdida en uno de los caños hizo que nuestra vida corriera peligro. A medida que el gas fue invadiendo nuestra pequeña vivienda, las emanaciones letales nos afectaron y quedamos inconscientes. Si no hubiese sido por un vecino que decidió ir a visitarnos, un enemigo peligroso e invisible nos habría matado a todos. Como seguidores de Cristo, nosotros también podemos estar rodeados de peligros invisibles. La presencia tóxica de la tentación y nuestras debilidades humanas pueden poner en peligro nuestra vida y nuestras relaciones interpersonales. No obstante, a diferencia del gas natural en mi hogar de la niñez, estos peligros invisibles no vienen de afuera, sino que residen en nuestro interior. Santiago escribió: «… cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido» (Santiago 1:14). La tendencia natural a pecar, sumada a los puntos ciegos que nos impiden ver nuestras debilidades, puede llevarnos a tomar decisiones tóxicas que nos arruinarán. La única manera de agradar al Señor es reconocer lo que dice acerca de nuestro corazón en su Palabra (vv. 23-25) y someternos a Él. El invisible Espíritu de Dios es la mayor protección contra los peligros ocultos.

viernes, 18 de abril de 2014

COMO SOMOS LO QUE DIOS QUIERE

Colosenses 3:1-14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. —Colosenses 3:14 Una conocida tienda de venta de ropa exige que sus vendedores se vistan igual que los maniquíes de las vidrieras que exhiben las prendas. Esta práctica se conoce como «proteger la marca». La idea es que hay más probabilidades de que la gente compre la ropa porque quiere parecerse a las personas que la llevan puesta. En una cultura consumista, es fácil caer en la trampa de pensar que podemos «comprar» aceptación si nos vestimos con la ropa que usa la gente guapa. Los vendedores quieren que creamos que una buena apariencia nos hará seductores. A veces, incluso nos convencemos de que podemos ganar seguidores de Cristo si nos volvemos atractivos para el mundo. Pero la Biblia es clara sobre lo que realmente le importa a Dios: quiere que nos parezcamos a Cristo. En cierto modo, Jesús es nuestra «marca», porque estamos siendo conformados a su imagen (Romanos 8:29). Atraemos a otros a Cristo cuando nos vestimos de sus atributos, los cuales incluyen misericordia, benignidad, humildad, mansedumbre, paciencia (Colosenses 3:12), y por encima de todo, amor (v. 14). En lugar de embellecer y proteger nuestra imagen, debemos cuidar y reflejar la de Dios, que está siendo perfeccionada en nosotros por medio de Jesucristo. Una de las funciones del Espíritu es moldearnos a la semejanza de Cristo.

jueves, 17 de abril de 2014

NO HAY QUE COMPLICARLO TANTO

LEA: 2 Corintios 1:12-14 Porque no os escribimos otras cosas de las que leéis, o también entendéis… —2 Corintios 1:13 James Madison, el cuarto presidente de Estados Unidos, tuvo un papel decisivo en la redacción de la constitución de ese país. Advirtió sobre no elaborar leyes «tan extensas que no puedan leerse o tan incoherentes que no se entiendan». En vista de algunos complicados formularios gubernamentales que he leído, ¡sería necesario que esa advertencia se tuviera en cuenta más a menudo! A veces, cuando compartimos el evangelio, lo complicamos más de lo necesario. Gracias a Dios, la Biblia presenta la buena noticia de la salvación con un lenguaje claro y fácil de entender. Jesús le dijo a Nicodemo, un fariseo instruido, que «… de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna» (Juan 3:16). Más tarde, agregó: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí» (14:6). Con un lenguaje sencillo, el apóstol Pablo le respondió al carcelero de Filipo, quien había preguntado qué hacer para ser salvo: «Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo…» (Hechos 16:31). La preciosa historia del amor de Dios es sencilla: Él envió a su Hijo a rescatarnos del pecado y de la muerte. Esta es una noticia maravillosa que aun los niños pueden entenderla. Por la fe en Cristo, recibimos el perdón de Dios y evitamos la condena por el pecado.

miércoles, 16 de abril de 2014

QUE SIGNIFICA SER UNA PERSONA HONESTA

Cindy Hess Kasper LEA: Lucas 16:1-10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. —Lucas 16:10 Muchas casas cerca de la nuestra ponen a la venta junto al camino alimentos frescos y plantas perennes. A veces, vamos en el automóvil hasta un puesto donde nadie atiende y que funciona bajo el «código de honestidad». Cuando elegimos lo que queremos, ponemos el dinero en una alcancía o en una vieja lata de café. Después, nos vamos a casa a disfrutar de las frutas y las verduras recién cosechadas. Pero este sistema no siempre funciona. Mi amiga Jackie tiene un puesto de flores frente a su casa. Un día, mientras observaba por la ventana, vio a una mujer bien vestida y con un gran sombrero, que llenaba de plantas perennes la cajuela de su automóvil. Jackie sonreía mientras calculaba que ganaría 50 dólares por su trabajo en el jardín. Sin embargo, cuando más tarde revisó la alcancía, ¡estaba vacía! El código de honestidad reveló que esa mujer era deshonesta. Tal vez a ella le parecía que robar flores no era algo tan grave. Pero ser honestos en las pequeñeces indica cómo actuaremos en las cosas mayores (Lucas 16:10). La honestidad aplicada a todas las áreas de nuestra vida es una manera de honrar a Jesucristo, nuestro Salvador. Para un seguidor de Cristo, el mejor «código de honestidad» es Colosenses 3:17: «Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús…». Honestidad significa no tener nada que esconder.

martes, 15 de abril de 2014

LA ESPERANZA NO AVERGUENZA

David C. McCasland Isaías 35:3-10 … Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. —Isaías 35:4 En el funeral de David Schumm, elogiamos el optimismo, la perseverancia y la fe de un hombre que había padecido una grave parálisis cerebral. Durante sus 74 años de vida, las simples actividades cotidianas le habían requerido un gran esfuerzo. A pesar de todo, él seguía sonriendo y ayudando a otros, y dedicó más de 23.000 horas como voluntario en un hospital y aconsejó a jóvenes en situación de riesgo. David escogió Isaías 35:3-10 para que se leyera en su funeral: «Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. […]. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad» (vv. 3-4, 6). Esta promesa que se le hizo al pueblo de Israel mientras estaba cautivo nos recuerda la esperanza que tenemos en que Cristo volverá a buscar a aquellos que confían en Él y lo siguen. Durante sus últimas semanas de vida, David solía mostrarles a quienes lo visitaban un cuadro grande de Jesús que tenía cerca de su cama, y decía: «Pronto vendrá a buscarme». ¡Esta es la esperanza que Jesucristo da a todos sus hijos, lo cual nos llena de gratitud y alabanza a su nombre! Vive como si Cristo hubiese muerto ayer y volviera hoy.

lunes, 14 de abril de 2014

CABO TRIBULACIÓN

Santiago 1:1-8 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. —Santiago 1:2-3 El 10 de junio de 1770, el barco del navegante británico James Cook golpeó contra un arrecife en la costa noreste de Australia. Cook alejó la nave de la costa hacia aguas profundas, pero volvió a chocar contra las rocas, tras lo cual, casi naufraga. Esta experiencia lo llevó a escribir en su cuaderno de bitácora: «El extremo norte [fue llamado] Cabo Tribulación, porque allí empezaron todos nuestros problemas». Casi todos hemos experimentado alguna prueba que aparentemente desencadenó muchas otras. La pérdida de un trabajo, la muerte de un ser amado, un divorcio indeseado o algún problema de salud pueden formar parte de la lista. Aunque una crisis pueda parecer nuestro «Cabo Tribulación», Dios sigue siendo soberano y, sin ninguna duda, tiene el control. Su propósito es usar las dificultades para que nos volvamos más tenaces. Santiago escribió: «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia» (Santiago 1:2-3). La palabra traducida «paciencia» significa tener poder de permanencia o habilidad para soportar. En medio de la prueba que afecta tu vida, recuerda que Dios sigue obrando. Desea utilizar tu experiencia de «Cabo Tribulación» para fortalecer tu carácter. Ha prometido darte la gracia necesaria para atravesarla (2 Corintios 12:9). «La fe crece mejor en el invierno de la prueba». —Rutherford

domingo, 13 de abril de 2014

DE DEPRIMENTE A HERMOSO

Job 42:10-17 Y bendijo el Señor el postrer estado de Job más que el primero… —Job 42:12 La primavera es la época del año en que Dios nos muestra que las cosas no siempre son como parecen. En pocas semanas, lo que aparenta estar inevitablemente muerto recobra vida. Bosques sombríos se transforman en paisajes coloridos. Árboles cuyas ramas desnudas se elevaban hacia el cielo durante todo el invierno, como si rogaran ser vestidas, de pronto se adornan con verdes mantos de encaje. Las flores que se marchitaron y cayeron rendidas ante el frío se levantan lentamente del suelo, desafiando la muerte. Las Escrituras nos hablan de algunas situaciones aparentemente irremediables. Un ejemplo es Job, un hombre rico al cual Dios describió como íntegro (Job 2:3). Una catástrofe lo alcanzó y perdió todo lo que valoraba. En su angustia, declaró: «mis días […] fenecieron sin esperanza» (7:6). Lo que a Job y sus amigos les parecía una muestra de que Dios se había vuelto contra él era exactamente lo opuesto. El Señor confiaba tanto en la integridad de Job que sabía que triunfaría en su batalla contra Satanás. Más tarde, resurgieron la esperanza y la vida de este hombre. La fiel llegada de la primavera me consuela cuando atravieso alguna situación desesperante. Con Dios, no es así. No importa cuán deprimente pueda parecer el paisaje de la vida, el Señor puede transformarlo en un glorioso jardín lleno de colores y fragancias. Con Dios, hay esperanza aun en las situaciones más desesperantes.

sábado, 12 de abril de 2014

NUEVOS COMIENZOS

Isaías 43:14-21 He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis?… —Isaías 43:19 Es posible tener un nuevo comienzo. Solo pregúntale a Bernardo, un joven que se unió a una pandilla en la escuela primaria. A los doce años, se fue de la casa, y hasta los quince, estuvo perdido en robos y drogadicción. Aunque dejó la pandilla y volvió a su casa, le resultó difícil porque lo habían expulsado de la escuela por vender drogas. Sin embargo, cuando se inscribió en otra escuela secundaria, un profesor lo alentó para que escribiera sobre sus experiencias, en lugar de repetirlas. El muchacho aceptó el desafío y ahora está experimentando un nuevo comienzo. A través del profeta Isaías, Dios también alentó a los exiliados judíos a empezar de nuevo: «No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas» (Isaías 43:18). Les dijo que dejaran de pensar en su castigo e incluso en su despliegue de poder en el primer éxodo de Egipto, ya que deseaba que se concentraran en Él, quien les daría un nuevo comienzo al llevarlos de regreso de Babilonia a su tierra en un nuevo éxodo (v. 19). Con Dios, los nuevos comienzos son posibles en nuestro corazón. El Señor puede ayudarnos a dejar atrás el pasado y empezar a aferrarnos a Él. La comunión con Dios brinda una esperanza renovada a todos los que confían en Él. Dios produce un nuevo comienzo desde adentro.

viernes, 11 de abril de 2014

¿PUEDO HACER TODO LO QUE ME PARECE BIEN?

1 corintios 6:12 Todas las cosas me son licitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son licitas, mas yo no me dejare dominar de ninguna. Dios nos ha dado libre albedrío, nosotros somos libres de elegir, de tomar decisiones, pero la palabra de Dios nos advierte que no todo nos conviene, debemos tener cuidado y poner mucha atención sobre esas cosas que nosotros mismos sabemos que nos hacen daño, que no nos edifican que no nos convienen para no dejarnos dominar de ellas, no dejarnos influenciar, no dejarnos llevar pues eso afectara nuestra vida de manera negativa y luego lo único que quedan son los lamentos que sinceramente no sirven para nada cuando uno mismo lo pudo haber evitado. ¿Qué es eso que en estos momentos no te conviene? ¿Será una amistad? ¿Será alguna circunstancia en la que te encuentras? Piensa y medita. Sé que es difícil dejar eso que no nos conviene, pero lo importante es tomar la decisión de dejar eso, ser valiente y tomar la determinación de dejarlo por muy tentador que esto parezca, o por muy bueno que eso te parezca, pues hay cosas que pensamos que no son malas pero que al final nos traerán problemas. Recuerda lo que dice Proverbios 16:25 “Hay caminos que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte” "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen." (Mateo 7:6) Tú decides.

jueves, 10 de abril de 2014

UNO POR UNO

Hechos 8:26-35 Entonces Felipe […] le anunció el evangelio de Jesús. —Hechos 8:35 Edward Payson fue un famoso predicador. Un lluvioso domingo, su audiencia era una sola persona. Meses más tarde, ese asistente solitario lo llamó y le dijo: «En aquel culto, acepté a Cristo como Salvador, porque cada vez que hablaba del pecado y de la salvación, yo miraba alrededor para ver a quién se refería, pero como no había nadie más, ¡no me quedaba otra opción que aplicar cada palabra a mi corazón y a mi conciencia!». Dios nos salva uno por uno. Si tienes acceso a una sola persona, ese es tu campo misionero. Un dicho expresa: «Toda alma que tiene a Cristo es un misionero; toda alma que no lo tiene, es un campo misionero». Una sola persona no puede alcanzar a todo el mundo, pero podemos amar a nuestro prójimo. «¿Quién es nuestro prójimo?», preguntamos. La próxima persona con la que te cruces en el camino. El Espíritu guió a Felipe para que se encontrara con el etíope eunuco, el cual estaba leyendo las Escrituras y necesitaba que alguien le explicara (Hechos 8:26-35). Después, el mismo Espíritu le dio al apóstol las palabras apropiadas, y el eunuco confesó su fe en Cristo (v. 37). Pídele a Dios que te lleve ante la persona que Él ha preparado. Te colocará en el lugar y el momento precisos para hablar con ese individuo. El Señor hablará a través de tus labios y obrará por medio de tus manos, y cumplirá en ti el gran propósito de su voluntad. Triunfas en el reino de Dios si eres fiel donde Él te ha colocado.

miércoles, 9 de abril de 2014

AHORA VEO

Juan 14:15-27 Mas el Consolador, el Espíritu Santo, […] él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. —Juan 14:26 Aunque es ciega y le cuesta entender la ambientación y los movimientos de los personajes en el escenario, a Débora Kendrick le encanta asistir a los musicales de Broadway. Sin embargo, hace poco, asistió a una obra que usaba la nueva tecnología D-Scriptive, que transmite los elementos visuales de la representación en escena a través de un pequeño receptor de FM. La narración grabada, coordinada con las luces y los sonidos del tablero de control, describe la escena y la acción a medida que se desarrolla. En un artículo del periódico The Columbus Dispatch, Débora declaró: «Si me preguntan si vi un espectáculo la semana pasada en Nueva York, mi respuesta es que sí… De manera genuina e inequívoca, siento que vi el espectáculo». Su experiencia me impactó al considerarla una ilustración vívida del papel del Espíritu Santo en nosotros para que entendamos la Palabra de Dios. Justo antes de que Jesús fuera a la cruz, les dijo a sus seguidores que «el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho» (Juan 14:26). Cuando abrimos la Biblia para leerla o estudiarla, el Espíritu de verdad que mora en nosotros nos guía a toda verdad (16:13). Sin su ayuda, estamos ciegos, pero con su guía, podemos ver. El Padre dio el Espíritu para que nos enseñe la Palabra.

martes, 8 de abril de 2014

DIFÍCIL DE AMAR

Dennis Fisher LEA: Hechos 13:13-23 Y por un tiempo como de cuarenta años [Dios] los soportó en el desierto. —Hechos 13:18 Hace años, fui consejero en un campamento donde había jóvenes rebeldes. Su conducta me resultaba un desafío interesante, ya que maltrataban a los animales en el zoológico de mascotas y, en ocasiones, se peleaban entre ellos. Por eso, adopté un método tranquilo, pero firme, para liderarlos. Aunque a veces me exasperaban, siempre me aseguraba de que materialmente no les faltara nada. A pesar de que por fuera me mostraba amable y amoroso, solía sentir que solo estaba «soportándolos». Eso me llevó a orar y a reflexionar sobre cómo el Padre celestial provee para sus hijos rebeldes. Al relatar la historia del éxodo de los israelitas, Pablo declaró: «Y por un tiempo como de cuarenta años [Dios] los soportó en el desierto» (Hechos 13:18). En griego, una de las connotaciones de la palabra «soportó» se refiere a proveer pacientemente para suplir las necesidades de las personas aunque estas no demuestren agradecimiento. Algunos no reaccionan de manera favorable ante nuestros esfuerzos por mostrarles interés y dedicación. Cuando esto sucede, sería útil recordar que Dios es paciente con nosotros y que nos ha dado su Espíritu para que demostremos amor a aquellos que son difíciles de amar o desagradecidos (Gálatas 5:22-23). Señor, danos tu paciencia para tratar con aquellos que son difíciles de amar. Sé tan paciente con los demás como Dios lo ha sido contigo.

lunes, 7 de abril de 2014

MOMENTOS ATERRADORES

Bill Crowder LEA: Salmo 23 Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo… —Salmo 23:4 Cuando nació nuestro primer hijo, mi esposa Marlene estuvo en trabajo de parto durante más de 30 horas, lo cual les generó un estrés tremendo a ella y al bebé. El doctor, que reemplazaba a su médico habitual, no estaba familiarizado ni con ella ni con el embarazo. Por eso, esperó demasiado para hacer una cesárea de emergencia, y el trauma resultante hizo que mi hijo quedara internado en la unidad neonatal de cuidados intensivos. No se podía hacer nada para ayudar a nuestro bebé a superar su estado innecesariamente provocado. Por la gracia de Dios, Mateo se recuperó… pero no recuerdo otro momento de mi vida tan aterrador como aquel, cuando me paré junto a su cuna en la unidad de terapia intensiva. No obstante, sabía que el Señor estaba cerca mientras hablaba con Él en oración. En los momentos aterradores de la vida (y en todos los otros también), nada puede brindar mayor consuelo a un corazón angustiado que la realidad de la presencia y el cuidado del Señor. El salmista David escribió: «Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento» (Salmo 23:4). Cuando el miedo nos abruma, el Señor está con nosotros. Su presencia consoladora nos ayudará a atravesar las pruebas más tremendas. La presencia de Dios es sinónimo de paz.

domingo, 6 de abril de 2014

SOBRELLEVAR LAS MALAS NOTICIAS

Salmo 4 … Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro. —Salmo 4:6 Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará el bien?» (Salmo 4:6). Estas palabras de David parecen describir la perspectiva pesimista que tan fácilmente desarrollamos en nuestro mundo actual. La primera página de los periódicos y las historias más importantes en Internet o en la televisión se centran en delitos, accidentes, política, economía y la mala conducta de personas destacadas. Nuestras conversaciones en el trabajo y en casa empiezan a enfocarse en los problemas, y todo se suma para desanimar a cualquiera. ¿Adónde podemos recurrir para tener mejores noticias? En medio de sus dificultades, David acudió al Señor, quien alivió su angustia (v. 1) y oyó su oración (v. 3). En lugar de esperar un cambio beneficioso y temporal de las circunstancias, encontró un estímulo permanente en Dios. «Alza sobre nosotros, oh Señor, la luz de tu rostro» (v. 6). El resultado fue una alegría de corazón que superaba toda prosperidad o éxito terrenal (v. 7). Durante toda su vida, tanto antes como después de convertirse en rey de Israel, David experimentó oposición. Pero al final del día, podía decir: «En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado» (v. 8). Reflexionar en las verdades del Salmo 4 sobre el cuidado de Dios para con nosotros es una buena manera de empezar y terminar cada día. Dios es un refugio seguro en las tormentas de la vida.

sábado, 5 de abril de 2014

TODO LO DE VALOR

1 Pedro 2:1-10 Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa. —1 Pedro 2:4 He acumulado muchas cosas durante toda mi vida. Tengo cajas con artículos que, en cierto momento, fueron importantes, pero que ya no me interesan. Sin embargo, como coleccionista porfiado, me he dado cuenta de que me encanta buscar y adquirir cosas nuevas para agregar al montón, y me concentro en encontrar otro artículo. Aunque apilamos muchas cosas que consideramos importantes, muy pocas son realmente valiosas. Es más, con el tiempo, he aprendido que lo más precioso en la vida no es lo material, sino las personas que hemos amado y que forman parte de nuestra existencia. Cuando pienso: No sé qué haría sin ellos, descubro que son verdaderamente preciosos para mí. Por eso, cuando Pedro habla de Jesús como «la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa» (1 Pedro 2:6), debería resonar en nuestro corazón que Él es ciertamente precioso; nuestro tesoro valorado por encima de todo y de todos. ¿Dónde estaríamos hoy sin la compañía fiel y constante de su presencia, su guía sabia y perfecta, su paciencia misericordiosa, su consuelo y su reprensión transformadora? ¿Qué haríamos sin Él? ¡Ni siquiera puedo imaginarlo! De todo lo precioso, Jesucristo encabeza la lista.

viernes, 4 de abril de 2014

LAS REGLAS DE MAMÁ

Efesios 4:17-32 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos. —Efesios 4:22 Conocí a una mujer encantadora llamada «Mamá Charlie», quien había criado alrededor de una docena de niños adoptados. La justicia se los había asignado, y ella les brindaba un hogar con estabilidad, orientación y amor. Me contó que, cada vez que llegaba un niño nuevo, lo primero era explicar «las reglas de Mamá», las cuales incluían la manera de comportarse más una serie de tareas que beneficiarían enormemente a la ocupada familia y, al mismo tiempo, les enseñarían a ser responsables a pesar de su escasa capacitación previa. Quizá algunos de los niños se mostraban reacios ante las «reglas de Mamá», porque pensaban que los privaba de divertirse y disfrutar. Sin embargo, nada de eso era verdad, porque esos patrones de conducta permitían que el hogar funcionara en orden, y que todos pudieran vivir en paz y gozosos. Asimismo, algunos consideran que los estándares que Dios establece en la Biblia son obstáculos para disfrutar de la vida. No obstante, estos límites sin duda nos protegen de nuestras peores inclinaciones y promueven respuestas saludables para con Él. Por ejemplo, en Efesios 4, Pablo nos da algunas instrucciones sobre cómo vivir. Si obedecemos estas y otras indicaciones amorosas del Señor, estaremos protegidos y tendremos la oportunidad de disfrutar de verdad y permanentemente. La Palabra de Dios es la brújula que nos mantiene en curso.

jueves, 3 de abril de 2014

DIGERIR LA PALABRA

Jeremías 15:15-21 … tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón… —Jeremías 15:16 El Rey Jaime es famoso en el mundo de habla inglesa por la traducción de la Biblia que lleva su nombre: King James. Pero alrededor de la misma época en que se imprimió la primera Biblia, él también encargó que se hiciera El libro de oración común. Utilizada hasta hoy, esta guía para la intercesión y la adoración contiene una oración maravillosa para internalizar la Palabra de Dios: «Bendito Señor, tú que inspiraste las Sagradas Escrituras para nuestra enseñanza: Concede que […] las oigamos, las leamos, las consideremos, las aprendamos e interiormente las asimilemos, que podamos abrazar y siempre mantener la esperanza bendita de la vida eterna…». Muchos siglos antes, el profeta Jeremías expresó una manera similar de permitir que las Escrituras alimenten nuestro corazón: «Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Señor Dios de los ejércitos» (Jeremías 15:16). Internalizamos las Escrituras en la medida en que «las leamos, las consideremos, las aprendamos e interiormente las asimilemos», y meditemos en oración en cada pasaje bíblico. Pídele al Señor que te ayude a aplicar la Biblia hoy. Dedica tiempo para reflexionar en la carne y la leche de la Palabra (Hebreos 5:12). Al aquietar tu interior, Dios te enseñará sobre Él mediante su Palabra. «Algunos libros deben ser probados; otros, tragados; y unos pocos, masticados y digeridos». —Bacon

miércoles, 2 de abril de 2014

PODEMOS CONFIAR EN ÉL.

Julie Ackerman Link Mateo 10:32-38 … bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os […] persiguen. —Mateo 5:44 No sé mucho sobre ser perseguida. Mi bienestar físico nunca se vio amenazado por lo que creo ni por lo que digo. Lo poco que «sé» sobre el tema proviene de lo que escucho o leo. Pero no es así para muchos hermanos en Cristo alrededor del mundo. La vida de algunos peligra todos los días porque aman a Jesús y desean que otros también lo conozcan. Hay otra forma de persecución que tal vez no sea amenazante, pero que destroza el corazón: la que surge de los miembros de la familia que no son creyentes. Cuando los seres queridos ridiculizan nuestra fe o se burlan de lo que creemos y de cómo demostramos nuestro amor a Dios, nos sentimos rechazados y despreciados. Pablo les advierte a los creyentes que seguir a Cristo generará persecución: «… todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución» (2 Timoteo 3:12), y sabemos que el rechazo a veces vendrá de parte de aquellos a quienes amamos (Mateo 10:34-36). Pero cuando nuestros seres queridos rechazan el amor de Dios, lo tomamos en forma personal. Jesús nos dijo que oráramos por quienes nos persiguen (Mateo 5:44), y esto incluye a otros aparte de los desconocidos que nos odian. Dios puede darnos gracia para perseverar en medio de la persecución, aun cuando esta provenga de aquellos a quienes amamos. La gente puede burlarse de nuestro mensaje, pero no puede detener nuestras oraciones.

martes, 1 de abril de 2014

CON ANSIAS DE ANIMAR

Efesios 3:14-21 Y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. —Efesios 3:19 La primera vez que jugaba en la liga de béisbol juvenil, un muchachito del equipo al que yo entrenaba recibió un golpe en la cara con la pelota. No se lastimó, pero quedó comprensiblemente afectado. Durante el resto de la temporada, le tuvo miedo al balón. Partido tras partido, intentaba jugar con valentía, pero parecía no poder pegarle a la bola. En nuestro último juego, ya sin esperanzas, íbamos perdiendo, y no había nada que aclamar. Entonces, aquel jovencito se levantó para batear. ¡Paf! Para sorpresa de todos, ¡le pegó a la pelota perfectamente! Sus compañeros de equipo se pusieron eufóricos; sus padres y los padres de sus compañeros animaban a viva voz y aplaudían. Aunque todavía perdíamos, ¡yo no dejaba de saltar! Todos amábamos a este muchachito y no parábamos de vitorear. Me imagino que el Señor también nos alienta en la vida. Nos ama profundamente y desea que seamos «plenamente capaces de comprender […] la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento» (Efesios 3:18-19). Algunos piensan que el Señor no nos ama y que está esperando que fallemos para castigarnos. Por eso, tenemos el privilegio de contarles sobre su gran amor. ¡Imagina su gozo cuando escuchen que Dios los ama tanto que envió a su Hijo a morir en la cruz por sus pecados y que desea animarlos! Las manos clavadas de Jesús revelan el corazón amoroso de Dios.