viernes, 24 de febrero de 2017

GRACIAS DIOS PORQUE EL DESTINO DE MIS SERES QUERIDOS QUE HAN PARTIDO O LOS QUE ESTEMOS CON VIDA CUANDO VENGAS ESTA BAJO TU TOTAL CONTROL…

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis… (1 Tesalonicenses 4:13)… Salmo 46:1-7 A un después de años de haber perdido a nuestra hija de 17 años en un accidente automovilístico en 2002, me encuentro a veces sumido en el mundo del «si hubiese…». En medio del dolor, es fácil imaginar cambios en los sucesos de aquella trágica tarde de junio, que habrían traído a mi hija de vuelta a casa sana y salva. Sin embargo, la tierra del «si hubiese…» no es un buen lugar para nadie. Allí hay remordimiento, sentimientos encontrados y desesperanza. Aunque el dolor es verdadero y la tristeza no termina, la vida es mejor y Dios es honrado si permanecemos en el mundo de «esta es la realidad». En esta realidad, podemos encontrar esperanza, ánimo y consuelo. Tenemos la esperanza segura (1 Tesalonicenses 4:13) y la certeza de que, como Melissa había aceptado a Cristo como Salvador, está en un lugar «muchísimo mejor» (Filipenses 1:23). También disfrutamos de la presencia del Dios de toda consolación (2 Corintios 1:3) y de su «pronto auxilio en las tribulaciones» (Salmo 46:1). Además, solemos recibir ánimo de parte de otros creyentes. Nadie desea experimentar tragedias en la vida, pero, cuando estas aparecen, nuestra mayor ayuda es confiar en Dios, la esperanza segura en la tierra de «esta es la realidad». 13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. (1 Tesalonicenses 4:13-18) Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; 9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, 10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; 11 porque no hay acepción de personas para con Dios. 12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. (Romanos 2:1-16) Señor, consuela mi corazón con la esperanza en ti. Nuestra mayor esperanza viene de confiar en Dios.

jueves, 16 de febrero de 2017

EL QUE ESTA EN CRISTO NUEVA CRIATURA ES

… una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo (v. 25). Juan 9:1-11 Noah Purifoy empezó como artista de «recolección» con tres toneladas de escombros de los vandalismos de 1965 en una zona de Los Ángeles, Estados Unidos. Desde ruedas de bicicletas rotas y bolas de boliche hasta llantas desechadas y televisores dañados —cosas ya inservibles—, él y un colega crearon esculturas que transmitían un enérgico mensaje sobre cómo la sociedad moderna «descarta» a las personas. Un periodista se refirió a Purifoy como «el genio de la basura». En la época de Jesús, muchos consideraban que quienes tenían enfermedades y problemas físicos eran pecadores a quien Dios estaba castigando. Entonces, los evitaban e ignoraban. Pero, cuando Jesús y sus discípulos se encontraron con un hombre que había nacido ciego, el Señor explicó que su estado no se debía al pecado, sino que era una ocasión para ver el poder de Dios: «Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo» (Juan 9:5). El ciego siguió las indicaciones de Jesús y pudo ver. Cuando las autoridades religiosas le preguntaron, él simplemente contestó: «una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo» (v. 25). Jesús sigue siendo el gran «genio de la basura» del mundo. El pecado nos dañó a todos, pero Él toma nuestras vidas rotas y crea una nueva. Señor, te agradezco por tu gracia asombrosa. Jesús es el restaurador de la vida.

miércoles, 8 de febrero de 2017

SEÑOR, GRACIAS POR LOS AMIGOS

… No te desampararé, ni te dejaré (Hebreos 13:5). 1 Samuel 20:35-42 Un amigo querido me mandó un mensaje de texto que decía: « ¡Me alegra tanto que podamos contarnos lo bueno, lo malo y lo feo!». Somos amigos desde hace muchos años y hemos aprendido a compartir nuestras alegrías y fracasos. Reconocemos que estamos lejos de ser perfectos, por eso hablamos de nuestras luchas, pero también nos regocijamos en las victorias del otro. David y Jonatán también tenían una amistad sólida, la cual comenzó en los días buenos, cuando David derrotó a Goliat (1 Samuel 18:1-4). Compartieron sus temores durante los tiempos malos de celos del padre de Jonatán (18:6-11; 20:1-2). Finalmente, sufrieron juntos en la época fea en que Saúl planeaba matar a David (20:42). Los buenos amigos no nos abandonan cuando las circunstancias externas cambian. Permanecen a nuestro lado en las buenas y en las malas. También nos aconsejan acudir a Dios en los momentos feos, cuando quizá nos sintamos tentados a alejarnos de Él. Los amigos auténticos son un regalo de Dios porque ejemplifican al Amigo perfecto, el cual permanece fiel en días buenos, malos y feos. Tal como nos recuerda el Señor: «No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos 13:5). Señor, gracias por lo buenos amigos que has colocado en mi vida; pero, por sobre todo, te agradezco por ser tú mi amigo. Un amigo es aquel que aparece cuando todo el mundo desaparece.

miércoles, 1 de febrero de 2017

SOMOS LA NIÑA DE SUS OJOS

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos (v. 8). Salmo 32:1-11 El día en que mi hija menor volaba de Múnich a Barcelona, abrí mi página favorita de seguimiento de vuelos, para ver por dónde iba. Después de ingresar el número de vuelo, la pantalla de mi computador mostró que su avión había cruzado Austria y bordeaba la parte norte de Italia. De allí, sobrevolaría el Mediterráneo, al sur de la costa francesa, en dirección a España, y llegaría puntualmente. ¡Solo faltaba que me dijeran qué estaban sirviendo para comer las aeromozas! ¿Por qué me interesaba dónde y cómo estaba mi hija? Porque la amo. Me importa quién es, qué hace y hacia dónde se proyecta su vida. En el Salmo 32, David celebra la maravilla del perdón, la guía y el interés de Dios para con nosotros. A diferencia de un padre humano, el Señor conoce cada detalle de nuestra vida y las necesidades más profundas de nuestro ser. Nos promete: «Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos» (v. 8). Independientemente de cuáles sean las circunstancias hoy, podemos descansar tranquilos en la presencia y el cuidado de Dios porque «al que espera en el Señor, le rodea la misericordia» (v. 10). Deu 32:10 »Cuando Dios los encontró, ustedes andaban por el desierto, por tierras barridas por el viento. Pero él los tomó en sus brazos y los cuidó como a sus propios ojos. Pro 7:2 Cumple con mis mandatos, y vivirás; cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos. Pro 7:2 ¡Obedece mis mandatos y vive! Guarda mis instrucciones tal como cuidas tus ojos. Querido Señor, gracias porque, en tu amor, me cuidas y me guías cada día por tus caminos. Nunca estamos fuera de la mirada y el cuidado amoroso de Dios.