jueves, 2 de noviembre de 2017

500 AÑOS DE LA REFORMA PROTESTANTE

EL PROXIMO 15 DE NOVIEMBRE TENDREMOS EL CONCIERTO EN LA SALA SINFÓNICA DEL CCK, Y COMO PARTE DEL CONGRESO DE LA BIBLIA, ORGANIZADO POR SOCIEDADES BÍBLICAS DE ARGENTINA. LOS INVITOA INGRESAR EN LA PAGINA www.congresodelabiblia.org Y AHÍ MISMO USTED SE PUEDE REGISTRAR Y RECIBIRÁ SUS TICKET, SIN COSTO ALGUNO EN SU CORREO ELECTRÓNICO.

sábado, 17 de junio de 2017

ESPERANDO AL SEÑOR JESUCRISTO

45 ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. (Mateo 24:45-46) El Señor Jesús dijo: “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8) y ya sabemos que sin fe es imposible agradar a Dios o sea lo que decimos es que nadie se salvará…, no sé si alguno lo quiere adornar a esto que digo? El va a venir cuando ningún hombre o mujer carnal lo espere… Aquellos hombres y mujeres salvados por la sangre de Jesucristo, nacidos de nuevo, llenos del Espíritu Santo y que estén sirviendo al Señor guiados por el Espíritu Santo y que estén como las cinco vírgenes prudentes serán rescatados de la prueba o bautismo de fuego que se avecina. Se dice que se está predicando el evangelio a toda criatura y que es una de las señales antes del fin…, pero ¿qué evangelio se está predicando? El Apóstol Pablo con todo lo que sabía de la Palabra dijo: Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. ¿Se está predicando a Jesucristo y a éste crucificado? ¿Se está predicando el arrepentimiento, salvación, perdón de pecados, llenura del Espíritu, la segunda obra de la gracia como lo es la santificación…? ¿Se está permitiendo que la manifestación gloriosa del Espíritu sea la condición primaria para comenzar y terminar una reunión en el Señor? ¿Se está orando sin cesar? ¿Se está cumpliendo lo de Lucas 4:18 “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos;”? ¿En las profecías hay discernimiento y los demás dones del Espíritu? Se puede haber empezado a conocer a Dios según cierto evangelio pero es hora de conocerlo por el único camino… que es El Señor Jesucristo…, nadie va al Padre sino es por El.

lunes, 29 de mayo de 2017

¡HIJITOS! ¿TENÉIS ALGO DE COMER?

5 Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.(Juan 21:5) Juan 21:1-14 Jesús se aparece a siete de sus discípulos 21 Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: 2 Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. 3 Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. 5 Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. 6 El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. 7 Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro !Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar. 8 Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos. 9 Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan. 10 Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar. 11 Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. 12 Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres? sabiendo que era el Señor. 13 Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. 14 Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos. Hay tres incidentes en este capítulo. El primer incidente es la experiencia de los discípulos pescando en el mar de Galilea (también llamado el mar de Tiberias). Y este incidente revela al Señor como el Señor de nuestras voluntades y quien dirige nuestro servicio. El segundo incidente es el desayuno a la orilla del mar. Éste revela al Señor Jesús como el Señor de nuestros corazones y presenta nuestro amor por Él como motivo para el servicio. El tercer incidente es el anuncio de Jesús acerca de la muerte de Simón Pedro. Y éste revela al Señor Jesús como el Señor de nuestras mentes, y enseña que ni la falta de conocimiento ni la variación de las circunstancias, eximen del servicio. Todo el capítulo 21 nos revela que el Jesús resucitado aún es Dios. Consideremos pues, la experiencia de la pesca en el mar, que revela al Señor de nuestras voluntades. Leamos los primeros tres versículos de este capítulo 21 del evangelio según San Juan: "Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al Mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Dídimo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Salieron, pues, y entraron en una barca; pero aquella noche no pescaron nada." Este pequeño mar de Galilea tuvo mucha relación con el ministerio de nuestro Señor, tanto antes como después de Su resurrección. Era un sitio conocido por estos hombres. Jesús les había pedido que fueran a Galilea, y allí se les aparecería. Habían ido allí y le estaban esperando. Tenemos aquí un grupo interesante de personas problemáticas. Estaba Simón Pedro, ferviente pero que había fracasado en su fe; cariñoso, afectuoso, impetuoso e impulsivo, pero que en momentos difíciles estuvo lejos de Jesús... Tenemos a Tomás, aquel escéptico consumado, que tenía en su mente un signo de interrogación. Natanael, el observador ingenioso, quien fue escéptico en el principio, también está allí. Y luego tenemos a los llamados "hijos del trueno" - Santiago y Juan. Había también otros dos cuyos nombres no se mencionan. Aquellas personas problemáticas seguramente nos representan a usted, a mí y a otros muchos. Muchos buenos comentaristas Bíblicos han criticado a estos hombres por haberse ido a pescar. Bueno, el Señor no les reprochó cuando se les apareció. Estaban esperando al Señor, tal como Él les había ordenado. Era primavera en Galilea, la época de la Pascua, y las colinas aparecían hermosas con las flores y la hierba verde en abundancia. Por tanto, al tener que esperar, Pedro se puso inquieto y después de haber paseado de un lado a otro y contemplar la playa, era la persona más indicada para decirles a los otros: "Voy a pescar". Ahora, trabajaron durante toda la noche sin pescar nada. Alguien llamó a este incidente el fracaso de los expertos. Habían estado inquietos antes, pero en este momento sentían inquietud y frustración. Sabían cómo pescar, pues ése era su medio de vida, pero aquella noche de fracaso estaba incluida en el plan y propósito de Dios para ellos. Luego amaneció y debe haber sido una mañana gloriosa en el mar de Galilea. Leamos el versículo 4: "Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa, pero los discípulos no sabían que era Jesús." Creemos que esta fue una experiencia normal. Estaba en Su cuerpo glorificado y podía ser reconocido. Estaban en el mar, a cierta distancia, y como era temprano por la mañana, resultaba difícil identificar a las personas en la orilla. Leamos ahora el versículo 5: "Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: ¡No!" Ahora, la palabra para "hijitos" aquí, fue casi como decirles, "Señores". No era un término tierno como el de "hijitos" en la primera carta del apóstol Juan. Su breve respuesta fue un "no". Es asombroso cuán enfático uno puede llegar a ser, y cuán poco le gusta a uno hablar sobre el fracaso. Le contestaron, pero no querían hablar del asunto. Si hubieran cogido peces, todos habrían hablado con agrado de su éxito. Creemos que ésta es una pregunta que Él ha de hacernos a cada uno algún día. El querrá que le digamos si hemos pescado algo. Y nos preguntará si hemos hecho algo a favor de los demás aquí en la tierra. Esperamos que su respuesta, no sea la misma que aquellos hombres dieron: "No, no hemos pescado nada". Ahora, leamos el versículo 6 de este capítulo 21 de Juan: "Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces." El sentido aquí, es que El Señor dirige las vidas de los Suyos. Él da las instrucciones precisas, que deben ser obedecidas. Cuando pescaron según Sus instrucciones, las redes se llenaron. La red era fuerte y no se rompió. Era fuerte, tan fuerte como la red del evangelio de la muerte, el entierro y la resurrección de Cristo, de las cuales habían sido testigos. Continuemos leyendo el versículo 7: "Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella) y se tiró al mar." Juan demostró una percepción espiritual, que Simón Pedro no tenía. Tres años antes, Jesús les había llamado, quizás en este mismo sitio. Volvieron a pescar y el Señor les llamó una vez más para pescar las almas de los hombres. Es posible que Pedro no tuviera la sensibilidad espiritual que tenía Juan. Pero, ¿se ha dado usted cuenta que cada vez que tuvo la oportunidad, se acercó al Señor? Los otros se sentaron en la barca y esperando hasta que llegaron a la orilla. A Simón Pedro le resultó imposible esperar. Quiso estar cerca del Señor. Este hombre tenía una gran personalidad. Leamos ahora los versículos 8 hasta el 11 de este capítulo 21 de San Juan: "Los otros discípulos fueron con la barca, arrastrando la red llena de peces, pues no distaban de la orilla sino como cien metros. Al descender a tierra, vieron brasas puestas y un pescado encima de ellas, y pan. Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de sacar. Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió." Éste es el último milagro registrado de nuestro Señor, y el único milagro que se registró después de Su resurrección. Esto es sumamente importante porque usted y yo tenemos interés en el ministerio de Cristo después de Su resurrección. El apóstol Pablo dijo en 2 Corintios 5:16: "Y aun si a Cristo conocimos según los criterios de este mundo, ya no le conocemos así". No estamos unidos al niño en Belén, sino al Cristo resucitado, vivo, y glorificado a la derecha del Padre. Es por eso que Su ministerio después de la resurrección es tan vital para nosotros. Hay varias cosas aquí, a las cuales nos gustaría que usted prestara atención. ¿Ha notado usted que el Señor usa lo que tienen las personas, como la base de Sus milagros? Los discípulos estaban pescando y no tenían éxito. El Señor Jesús les dio entonces una gran cantidad de peces. En la fiesta de bodas de Caná, las tinajas de agua estaban vacías. El Señor ordenó que las llenaran con agua, y luego transformó el agua en vino. En el libro del Éxodo vimos que le preguntó a Moisés que tenía en la mano. Moisés dijo que era una vara, y con aquella vara Dios hizo Sus milagros a favor de Israel. David había sido fiel como pastor con su cayado, y Dios le dio un cetro. Es interesante que lo que uno tiene en la mano, puede ser utilizado por Dios. Tantas personas desean a veces hallarse en otra parte o en otras circunstancias. Pero si Dios no le puede usar allí mismo donde usted se encuentra, no creemos que le pueda utilizar en otra parte. Además, ¿no ha observado usted que lo que Dios hace, lo hace en abundancia? Las tinajas por ejemplo, estaban llenas de vino. Hubo también cestas de comida que sobró después de la alimentación milagrosa de los cinco mil. Las redes en nuestro pasaje de hoy, estaban llenas de peces. Fíjese también en lo siguiente. Aunque Jesús había preparado pescado, que tenía sobre un fuego encendido para ellos, también pidió que le dieran algunos de los peces que habían pescado. Es decir, Él aceptó el trabajo de ellos. Cuando pescaron en respuesta a Su mandato, aceptó lo que traían. ¡Qué bendita comunión y compañerismo se encuentra en este tipo de servicio! Hubo otro tiempo en el que Pedro recogió una maravillosa red llena de peces, hecho registrado por Lucas. Fue en los primeros tiempos del ministerio de Jesús cuando estaba llamando a Pedro para que fuera pescador de hombres. En aquella ocasión, la red se rompió. Creemos que, con el paso del tiempo, Pedro vería que muchos seguirían a Jesús, pero no todos serían creyentes. La red se rompería y muchos peces se escaparían, volviendo a su elemento. Pero, esta vez la red no se rompió sino que fue traída a tierra, llena de grandes peces. Pedro estaba siendo llamado para alimentar las ovejas y los corderos. Ahora, ¿Con qué iba a alimentarlos? Con la Palabra de Dios. Con el evangelio de un Cristo resucitado y glorificado. Este evangelio no sólo salvaría, sino que también guardaría a los que fuesen salvos. Aun en sus fracasos, los creyentes son guardados por el poder de Dios, por medio de la fe. En este incidente vemos que Jesucristo tiene un propósito para los Suyos: quiere dirigir sus vidas. Si le obedecemos, nos bendecirá y tendrá un maravilloso encuentro con nosotros. Él es el Señor de nuestra voluntad. Y pasamos ahora a considerar, el desayuno a la orilla del mar, incidente que revela a Jesús como El Señor de nuestros corazones - un motivo para el servicio Leamos los versículos 12 al 14, de este capítulo 21 del evangelio según San Juan: "Les dijo Jesús: Venid, comed. Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Tú, quién eres?, sabiendo que era el Señor. Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. Esta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos." "Venid, comed" ¡Qué invitación! Más adelante, Jesús les enviaría a todo el mundo a predicar el evangelio (Marcos 16:15). Pero en esta ocasión, prefirió más bien que viniesen y desayunaran con Él antes de salir a cumplir su misión.

miércoles, 17 de mayo de 2017

EL JUSTO VIVIRÁ POR LA FE EN JESUCRISTO

"He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá." Habacuc 2:4-20 Este texto presenta el tema central de la Biblia; el propósito mismo de la vida y de la muerte se describe aquí. Se nos presentan los dos caminos que están abiertos para la humanidad. Hay varios aspectos que debemos señalar de este versículo que son de suma importancia. El profeta mencionó aquí los dos grupos de personas que existen en el mundo. Ante Dios, la humanidad está dividida en dos grupos. Están los seres humanos "perdidos" y aquellos que son "salvos". Aquellos que han confiado en Dios, que han creído en Dios y aquellos que no han creído en Dios. Para decirlo de una manera más gráfica, de un lado están los santos, los creyentes, y del otro, los que no lo son. Y esto crea una división, o una separación muy marcada entre estos dos grupos de personas. Veamos lo que el pasaje bíblico nos trata de enseñar. Leemos que Habacuc tenía que ir a su torre de vigía, y que allí debía esperar un mensaje, en realidad, sería el gran mensaje de Dios para el profeta. Ese mensaje explicaría Su trato, es decir, el trato, o la manera de obrar de Dios con los individuos; el mensaje explicaría la forma que tiene Dios de tratar con las naciones. Éste es uno de los grandes principios que Dios señaló en este pasaje. "He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece" Aquí el profeta habló de un grupo de personas. Este es el grupo de los orgulloso, aquellos que tratan de lograr su propia salvación. Estas personas viven nada más que para el día de hoy. "Comamos y bebamos que mañana moriremos", es su lema de vida. Ellos piensan que la vida se acaba aquí, en la Tierra y por eso no tienen ningún propósito trascendente, no tienen ningún objetivo en la vida. Así es como se nos presenta esto aquí: "He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece". Esta persona auto-suficiente y orgullosa está equivocada. Esta persona se encuentra en el camino equivocado; está siguiendo un sendero erróneo. "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte", nos dice Proverbios 14:12. Las Escrituras, la Biblia, nunca habla mucho en cuanto a "los perdidos", como usted ya habrá notado. Recordemos que el Señor Jesucristo mencionó una historia que hablaba de un hombre rico y a un hombre pobre, llamado Lázaro. Él habló acerca de la muerte de ambas personas. El Señor Jesucristo dijo: "Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado". (Lucas 16:22). En cuanto a la muerte de Judas, el discípulo que le traicionó y más tarde se suicidó, se nos dice que se fue a su propio lugar. La clase de vida, amigo oyente, que conduce a una eternidad sin Dios, sin perdón, ni esperanza, es una vida vivida alejada de Dios, despreocupada y superficial, y ésa es la que lleva a la condenación eterna. Ahora, el otro grupo está formado por aquellos que han sido salvos por la fe en Jesucristo, el Hijo de Dios que vino a morir en una cruz, para expiar, para "pagar", la deuda que teníamos con Dios. Estos hijos de Dios, renacidos y redimidos viven sus vidas como si de una carrera se tratara. Una carrera con muchos obstáculos, privaciones, dura y difícil muchas veces, pero con las expectativas de llegar a la meta, que es el encuentro con Dios, en los Cielos, y estar con Él por toda la Eternidad. Los creyentes vamos transitando por el camino de la vida hacia el encuentro con el Padre Celestial, en la esperanza de llegar a un conocimiento completo de Cristo. El Apóstol Pablo escribió en su Primera Epístola a los Corintios, capítulo 13, versículo 12: "Ahora, vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como fui conocido". Nosotros hoy no tenemos todas las respuestas, pero "andamos por la fe", es decir, que vivimos por la fe. Entre el momento de la salvación y ese "entonces", en la presencia de Dios, los que hemos sido salvos por la Gracia y el perdón de Dios, "andamos por la fe". Hemos sido salvos por la fe, y vamos a vivir por la fe. Así es que aquí, en nuestro pasaje bíblico, tenemos a aquellos que tienen un alma llena de orgullo, son soberbios, y actúan de manera auto-suficiente y auto-complaciente. A éstos se les debía juzgar por ciertos pecados que se mencionan, de cinco maneras. Vamos a ver lo que nos dijo el profeta en esta parábola que comienza en el versículo 5. Pero, permanezcamos un momento más en nuestro estudio del versículo 4, del capítulo 2 de Habacuc, porque siglos más tarde es citado en la epístola a los Romanos, como también en la epístola a los Gálatas y, después, en la epístola a los Hebreos. Este versículo tan profundo resulta ser la clave para esas tres epístolas. En primer lugar, queremos observar lo que nos dijo el apóstol Pablo en su epístola a los Romanos, en el capítulo 1, versículos 16 y 17: "Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe como está escrito: mas el justo por la fe vivirá". El énfasis en la epístola a los Romanos está en "la justificación por la fe", en la salvación. Y nosotros podríamos leerlo de esta manera: "El justo, aquel que ha sido justificado por la fe, también vivirá por la fe". Éste es el mensaje más profundo y claro que encontramos en la epístola a los Romanos. Cuando leemos la epístola a los Gálatas, encontramos que allí también es citado este versículo, en el capítulo 3, versículo 11, y que dice: "Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: el justo por la fe vivirá". Nuevamente, Habacuc fue citado aquí. El énfasis aquí es algo diferente. Y la razón es, porque si volvemos a leer lo que Pablo escribió anteriormente, en el capítulo 2 de Gálatas, versículo 20, veremos que dice: "Con Cristo estoy juntamente crucificado". Pero, ¿cuándo fue crucificado Pablo con Cristo? ¡Cuando Cristo murió hace más de 2.000 años! "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a Sí mismo por mí". El énfasis en la epístola a los Romanos era la justificación por la fe; salvación por la fe. Ahora, el énfasis en esta epístola a los Gálatas, es en la fe, y no sólo en la fe que salva, sino la fe en la cual uno vive a lo largo de toda esta vida. Ése es el énfasis aquí. Pasemos ahora a la epístola a los Hebreos. Y en esa epístola, capítulo 10, versículo 38, leemos esto: "Mas el justo vivirá por fe". Ahora, el escritor de esta epístola a los Hebreos estaba citando del libro de Habacuc, y dijo: "mas el justo vivirá por la fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma". Y el énfasis aquí es en la palabra "vivirá." Ahora, vamos a analizar más de cerca estas significativas palabras: "mas el justo por su fe vivirá". El apóstol Pablo, en su epístola a los Romanos, hizo un gran énfasis sobre el "justo", y sobre la justificación por la fe, para salvación. En su epístola a los Gálatas, Pablo enfatizó la "fe", porque escribió que "el justo vivirá por la fe". Esto significa que nosotros no vivimos gracias a la ley. Pablo estaba diciendo que por la ley ninguno, nadie, se justifica ante Dios, sino que "el justo por la fe vivirá". Y cuando llegamos a la epístola a los Hebreos, allí el énfasis es en "vivirá". Después de citar el versículo 38 en el capítulo 10, el escritor de esta carta, en el capítulo 11 de esa misma epístola Hebreos, presentó una lista de hombres y mujeres que vivieron por la fe, y de nuevo, el énfasis era sobre el vivir. Así es que en las tres grandes epístolas doctrinales, se nos presentan tres grandes temas importantísimos. Por lo tanto, volviendo a nuestro estudio sobre el libro de Habacuc, podemos ahora comprender un poco más la profundidad de este versículo 4, del capítulo 2. Habacuc miraba hacia el futuro, y su pregunta fue: "¿por qué?" Veamos la respuesta que recibió Habacuc de Dios. Dios envió a Su pueblo a la cautividad. Este hecho tan dramático sirvió a un gran propósito, el propósito de Dios, porque le permitió traer al Salvador al mundo, en el cumplimiento del tiempo. Cuando el apóstol Pablo se encontraba en Antioquía de Pisidia, predicó lo que se ha considerado como uno de sus mejores sermones. En el capítulo 13 del libro de los Hechos de los Apóstoles, versículos 37 al 41, leemos algo que es de suma importancia. Pablo escribió: "Mas aquel a quien Dios levantó, no vio corrupción. Sabed, pues, varones hermanos: que por medio de Él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en Él es justificado todo aquel que cree. Mirad, pues, que no venga sobre nosotros lo que está dicho en los profetas: mirad, oh menospreciadores, y asombraos, y desapareced; porque yo hago una obra en vuestros días, obra que no creeréis, si alguien os la contare". Por tanto, el apóstol Pablo les mostró a sus lectores el único camino a Dios, es decir, que sólo se llega a Dios por medio de la fe. Éste es el único camino. Y el mensaje es que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras. Él fue sepultado, y resucitó al tercer día. ¿Qué significado tiene este hecho para los perdidos? ¿Cómo reaccionar ante tal oferta de perdón y de vida eterna? A los perdidos sólo le queda aceptarle a Él, a Jesucristo como su Salvador personal. Al confíar en Él, y como un hijo de Dios, comienza a caminar, a vivir y actuar por fe, no por la ley. Hay tantos que intentan colocarnos no sólo bajo los 10 mandamientos, sino que nos someten bajo un sistema legal del Antiguo Testamento. Se han establecidos tantas reglas y normas para la familia, para el esposo, para la esposa, y para todo lo demás. Si usted ha sido salvo por fe en el Señor Jesucristo, entonces usted Le ama, ama a Jesucristo. Y la pregunta que Él le hace, si usted es un hijo nacido dentro de la familia de Dios, es: "¿Me amas?" Y si uno le ama, eso resuelve todo el problema. El amor va a ayudarle a andar, a vivir, es decir, a vivir en el Espíritu, que es el Espíritu de Dios; y para vivir en el Espíritu, usted tendrá que ser lleno con el Espíritu Santo, lo cual significa, estar controlado por Él. Y eso producirá gozo, paz y más amor en su corazón. Hará de usted un esposo mejor, una esposa mejor; hará de usted un hijo mejor, un mejor trabajador, un mejor profesional, o sea, que hará de usted una persona mejor, donde quiera que se encuentre. De esta manera, quien quiera que sea, usted "caminará por la fe". Y un día, cuando Dios así lo disponga, usted, y todos los que hemos creído y aceptado el amor y el perdón de Dios, por medio de la fe, entraremos a Su propia presencia, a la presencia del Dios Santo, y allí estaremos en Su presencia para y por toda la Eternidad. ¡Qué maravilloso plan tiene Dios preparado para Sus hijos! El profeta Habacuc, por medio de la fe en Dios pudo decir: "Yo he ido a la torre de vigía y allí esperaré. Yo confío en Aquel que sí tiene todas las respuestas a mis preguntas". Es que, Sin fe - es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios tiene que creer que Él existe, y que recompensa a quienes Le buscan. Estas palabras tan firmes, llenas de convicción y fe las encontramos en la epístola a los Hebreos, en el capítulo 11, versículo 6. Ahora, observemos, que Habacuc, muchos siglos antes profetizó que el justo por su fe vivirá. Dios le está llamando a los perdidos, para que vayan a Él. Y la única manera por la cual se puede llegar a Él, no es por medio de buenas obras, ni ninguna otra práctica, rito o ceremonia, si no que es por medio de la fe. Hablábamos de dos grupos de personas: de los justos que vivirán por fe, y de aquellos cuya alma no es recta, se enorgullece. Para ilustrar esta afirmación el profeta señaló cinco características diferentes. La primera la encontramos en el versículo 5, donde se habló de la embriaguez. En el versículo 9, podemos leer: "Ay del que codicia injusta ganancia para su casa". La codicia era uno de los grandes pecados de Babilonia, así como también lo era la embriaguez. Luego, en el versículo 12, vemos: "¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, del que funda una ciudad con iniquidad!" Por la historia se ha sabido que esta gente trató de manera sanguinaria y cruel a los cautivos que caían en sus manos. Este pueblo era conocido y famoso por su brutalidad; por ejemplo, en el Salmo 137, y ver cómo trataron a los hijos de Israel. Ahora, en el versículo 19, de éste mismo capítulo 2, se nos dice: "¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la piedra muda: Levántate!" La idolatría también era uno de los grandes pecados de Babilonia. Tenían cinco grandes pecados. El orgullo hace que los seres humanos se desvíen en estas direcciones. Los lleva a la embriaguez, los impulsa a la codicia y a muchas otras costumbres y hábitos destructivos. Hace de ellos personas crueles, brutales, en la forma en que tratan a los demás. También los transforma en idólatras. Alguien podría opinar que ya no existen personas que adoren a los ídolos. Quizá no sean los mismos ídolos que adoraban las personas de hace muchos siglos, pero hay muchos que adoran a ídolos de este presente siglo 21. El dinero es uno de los ídolos más adorados. ¿Y cuántos hombres y mujeres en el presente están adorando el sexo? ¿Cuántos hoy en día adoran al placer? Todos están tratando de adorar a una u otra cosa. Muchas mujeres entregan sus cuerpos, y muchos hombres entregan su vida y su honor. ¿Qué es lo que les ha sucedido a estas personas? Bueno, creemos que su alma está llena de auto-suficiencia, orgullo, que sólo buscan el ahora y el hoy de su existencia, sin más valores que la auto-satisfacción presente de todos sus apetitos y deseos. Y el balance de una vida que rechaza, relega o reniega de Dios, tendrá un resultado triste. Su destino y meta final serán una eternidad perdida, sin Dios, sin esperanzas, apartada de la Luz, y condenada a la oscuridad total. Volvamos a la frase "El justo por su fe vivirá". Nosotros podemos vivir con la esperanza de las promesas fieles de Dios. Permanezcamos entonces, como el profeta, en nuestra torre de vigía. Dios tiene todas las respuestas; tengamos paciencia y confiemos. Cuando observamos nuestra sociedad, las distintas culturas y razas que pueblan este mundo, con tantos problemas e injusticias económicas, sociales y políticas, podríamos considerar que los habitantes de esta Tierra han perdido la razón. Hay muchas personas que se preguntan sobre cuál será el resultado final de nuestra civilización. Bueno, nosotros sí sabemos cuál será el resultado de esta situación caótica. Nosotros creemos que tenemos por delante días terribles. No queremos presentar un cuadro demasiado deprimente, pero, quisiéramos ser realistas. ¿A qué otra conclusión podríamos llegar al mirar a nuestro alrededor? Los perdidos podrían decir: "Bueno, son ustedes unos pesimistas". No, somos optimistas, porque un día glorioso se acerca. Nosotros vivimos por fe, no por vista. Por todas partes podemos ver situaciones que no cambian; pero nosotros, los hijos de Dios, tenemos fe y confianza en Uno que cambiará todas las cosas. El Señor Jesucristo vendrá a la Tierra a establecer Su Reino. Él va a cambiar y transformar las cosas. Pero antes, Él vendrá a recoger a Su iglesia. ¿Cuándo? ¿Cómo? No lo sabemos. Permanezcamos simplemente, en la torre del vigía, velando, viviendo nuestra vida cristiana por la fe. Ojala los que se enteren de estas Buenas Nuevas hallan emprendido el camino hacia Dios, reconociendo que Cristo es la única senda que le conduce a Él? ¿Sería bueno ya estar experimentando lo que es vivir por la fe? Si es así, toda nuestra vida habrá adquirido otra perspectiva. Es nuestra oración que el Espíritu de Dios le revele la majestad, el poder, el amor y el perdón de Dios, para que quienes lean tenga más sed por conocerle a Él, a Jesucristo, nuestro Salvador y Señor.

sábado, 6 de mayo de 2017

…”Y PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, COMO TAMBIÉN NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES”…

Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete. Mateo 18:21-22 “¿Recuerda cuando…?” Esas palabras se oyen a menudo durante la Navidad. Entre familia o con amigos traemos a la memoria recuerdos agradables de navidades pasadas. Pero también nos vienen a la memoria experiencias que no quisiéramos recordar: el dolor de algo que pasó, el aguijón de las críticas negativas, la decepción de alguna promesa incumplida, el rechazo, las aflicciones. ¿Qué hemos de hacer con esa clase de recuerdos? ¿Hemos de arrastrarlos por el resto de nuestra vida, junto con el resto de nuestras cargas? No tiene que ser así, podemos deshacernos de esos recuerdos; es más, tenemos que deshacernos de ellos. Pero hay solo una forma de hacerlo: por medio del perdón. Perdonar a otros parece algo fácil de hacer, sin embargo, muy pocos lo hacemos. Miramos el perdón como si fuera una alternativa que tenemos en la vida, como algo que podemos aceptar o descartar. Pero la verdad es que el perdón es un requisito fundamental en la vida del creyente. Desde el punto de vista de Dios, el rencor – o la falta de perdón – es una maldad. En Mateo 18, Jesús relata una parábola que ilustra las consecuencias del rencor. La parábola habla de un siervo que debía a su señor una deuda equivalente a millones de dólares. Cuando llegó el día en que debía pagarla, el siervo dijo a su amo: “Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo”. El amo se conmovió tanto que le perdonó toda la deuda. Poco después, ese siervo buscó a un amigo que le debía el equivalente a $15 dólares. Al enterarse de que el amigo no podía pagarle, hizo que lo echaran en la cárcel y no le importó los ruegos que este le hizo. Cuando el amo del siervo oyó lo que pasó, se indignó y dijo que era un siervo malvado, y lo entregó a los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Note el monto de la deuda que no fue perdonada: quince dólares. Las deudas pequeñas son las que por lo general nos causan más problemas: los resentimientos insignificantes entre cónyuges o entre hermanos, los rencores que no parecen importantes como para afrontarlos. Tenga cuidado, esa es la clase de deudas de las que Satanás se vale para atormentarnos. Jesucristo pagó una montaña de deudas por usted. Sin duda, usted puede ser generoso con las deudas de centavos que otros le deben. Busque al Espíritu Santo y pídale que le muestre cualquier rencor que usted esté albergando. Luego, arrepiéntase y deshágase de ese rencor. Hagamos no sólo de la Navidad sino en todo momento de un tiempo para recordar, sino también para perdonar y olvidar. Debemos estar a cuentas con Dios, hermanos, amigos y prójimos.

sábado, 29 de abril de 2017

LAS COSAS FUERON HECHAS Y EXISTEN POR LA FE DE DIOS

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (v. 1). Hebreos 11:1-8 Era tarde cuando paramos a pasar la noche en una hostería a las afueras de Múnich. Nuestra cómoda habitación tenía balcón, aunque una densa niebla no nos permitía ver en la oscuridad. Pero, cuando salió el sol, la neblina empezó a desaparecer. Entonces, pudimos ver lo que había estado lúgubremente escondido la noche anterior: una pradera tranquila e idílica de un verde exuberante, ovejas pastando con campanillas en sus cuellos, y grandes nubes blancas en el cielo, que parecían más ovejas… ¡ovejas mullidas y gigantes! A veces, la vida puede enturbiarse en una densa niebla de desesperación. Nuestra situación puede parecer tan oscura que empezamos a perder la esperanza. Pero, así como el sol levanta la neblina, nuestra fe en Dios puede disipar la niebla de la duda. Hebreos 11 define la fe como «la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve» (v. 1). Luego, el pasaje nos recuerda la fe de Noé, que «fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían», y aun así, obedeció (v. 7). También habla de Abraham, quien fue donde Dios le indicó, aunque no sabía adónde iba (v. 8). Aunque no lo vemos y a veces no podemos sentir su presencia, Dios está siempre presente y nos ayudará a atravesar nuestras noches más oscuras. Padre, gracias por tu promesa de caminar con nosotros toda la vida. Tú fe Señor da por hecho lo que todavía no vemos.

miércoles, 19 de abril de 2017

DIOS ES EL ÚNICO DIGNO DE SER ALABADO

Alabadle, sol y luna; Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas (v. 3). Salmo 148:1-6 Las puestas de sol. Las personas suelen dejar lo que están haciendo para observarlas… les sacan fotos… disfrutan de la hermosa vista. Hace poco, mi esposa y yo miramos cómo el sol se ponía sobre el Golfo de México. Estábamos rodeados de una multitud que se había reunido en la playa para observar este fenómeno nocturno. Cuando el sol desapareció por completo en el horizonte, todos empezaron a aplaudir. ¿Por qué la gente responde de esa manera? El libro de los Salmos nos ofrece un indicio. El salmista escribió cómo Dios le ordena al sol que alabe a su Creador (Salmo 148:3). Y, dondequiera que los rayos del sol brillan sobre la Tierra, las personas se sienten inspiradas a alabar junto a ellos. La belleza de la naturaleza habla a nuestra alma como pocas otras cosas. No solo puede hacernos parar en seco y captar nuestra atención, sino que también tiene el poder de hacernos mirar al Creador de esa belleza. La maravilla de la vasta creación de Dios puede llevarnos a hacer una pausa y recordar lo que es verdaderamente importante. En última instancia, nos recuerda que, detrás de la espectacular entrada y salida del día, hay un Creador que amó de tal manera al mundo que hizo que entrara en él para redimirlo y restaurarlo. Disfruto del mundo que creaste, con su variedad y su color. ¡Me asombras, Señor! Únete a Dios y deléitate en todo lo que Él ha hecho.

sábado, 15 de abril de 2017

JESÚS NACIÓ POR AMOR VIVIÓ POR AMOR Y MURIÓ POR AMOR

… por cuanto derramó su vida hasta la muerte… (v. 12). Isaías 53:9-12 Mientras nos despedíamos de mis padres, mi hija rompió en llanto. Después de visitarnos en Inglaterra, ellos regresaban a Estados Unidos. «No quiero que se vayan», dijo ella. Comencé a consolarla, y mi esposo señaló: «Me temo que ese es el precio del amor». Quizá sintamos dolor al separarnos de nuestros seres queridos, pero Jesús sintió la separación suprema cuando pagó el precio del amor en la cruz. Él, que era tanto humano como Dios, cumplió la profecía que Isaías había pronunciado 700 años antes, cuando llevó «el pecado de muchos» (Isaías 53:12). En este capítulo, vemos profundos indicadores que señalan a Jesús como el Siervo sufriente. Por ejemplo, cuando dice que él «herido fue por nuestras rebeliones» (v. 5) —lo cual se cumplió cuando lo clavaron en la cruz y cuando un soldado le abrió el costado (Juan 19:34) — y al declarar que «por su llaga fuimos nosotros curados» (Isaías 53:5). Por amor, Jesús vino a la Tierra como un bebé. Por amor, soportó el maltrato de los maestros de la ley, las multitudes y los soldados. Por amor, sufrió y murió para ser el sacrificio perfecto, al ocupar nuestro lugar ante el Padre. Vivimos gracias al amor. Señor Jesús, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos a ser misericordiosos con los demás. Muéstranos cómo podemos compartir tu amor con otros hoy. Jesús fue el sacrificio perfecto que murió para darnos vida.

sábado, 8 de abril de 2017

NUESTRA LUCHA NO ES CONTRA CARNE NI SANGRE

De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? Satanás ha enviado el mismo espíritu de disensión entre nosotros hoy. Porque sabe que una casa dividida contra sí no permanecerá. También sabe que si todos nos unimos en la fe, llegaremos a la estatura de la plenitud de Cristo Jesús (Efesios 4:13). Por ese motivo él ha encargado a un espíritu de disensión que opere en nuestra vida social y en nuestros hogares. Él se propone hacer lo mismo que hizo en Corinto: despertar celo, contiendas y disensiones para impedir nuestro crecimiento espiritual. Pero no tenemos de dejarnos llevar por ese espíritu. Al contrario, dice Pablo: “sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo” (Efesios 4:15). Comparemos “siguiendo la verdad en amor” con “celos, contiendas y disensiones”. Nada que ver… ¿no es así? No podemos hacer ambas cosas a la vez. Hablar la verdad en amor nos hará crecer; pero pelear, tener envidia y separarse nos hará volver a la inmadurez. No hay que obedecer al espíritu de disensión para que Satanás no pueda impedir nuestro crecimiento espiritual, sino hablemos la verdad en amor y “crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”.

domingo, 2 de abril de 2017

PORQUE LOS OJOS DEL SEÑOR ESTÁN SOBRE LOS JUSTOS, Y SUS OÍDOS ATENTOS A SUS ORACIONES

… fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido (v. 12). Daniel 10:1-14 Mi hija le envió un mensaje de texto a una amiga, esperando que le respondiera pronto. Apenas momentos después, empezó a disgustarse y a quejarse molesta por la demora. La irritación dio lugar a la preocupación, y mi hija se preguntó si la falta de respuesta indicaría un problema entre ella y su amiga. Al rato, llegó la respuesta, y mi hija se sintió aliviada. Simplemente, su amiga había estado resolviendo los detalles necesarios para responder. El profeta Daniel también esperaba con ansias una respuesta. Después de recibir una visión espantosa de una gran guerra, ayunó y buscó a Dios en humilde oración (10:3, 12). Durante tres semanas, no hubo respuesta (vv. 2, 13). Por fin, apareció un ángel y le aseguró que sus oraciones habían sido escuchadas «desde el primer día». Desde entonces, el ángel había estado batallando a favor de esas oraciones. Aunque Daniel no lo sabía, Dios había estado obrando cada día desde su primera oración hasta la llegada del ángel. Saber que Dios oye nuestras oraciones (Salmo 40:1) puede ponernos ansiosos si su respuesta no llega rápido. Solemos preguntarnos si le importará lo que nos pasa. Sin embargo, la experiencia de Daniel nos recuerda que Dios obra a favor de aquellos que ama, aunque no podamos verlo. Señor, ayúdame a confiar en tu cuidado por mí aunque no pueda verlo. Dios siempre está obrando a favor de su pueblo.

sábado, 25 de marzo de 2017

A MI TEMPLO NO LO VAS A HACER VOS SINO UN HIJO TUYO… QUE TAMPOCO ES SALOMÓN…

… haz como has dicho. Permanezca, pues, y sea engrandecido tu nombre para siempre… (vv. 23-24). 1 Crón 17:1-4, 16-25 David había hecho los planos. Diseñó el mobiliario, reunió los materiales, organizó todo (ver 1 Crónicas 28:11-19), pero el primer templo que se construyó en Jerusalén se conoce como el templo de Salomón, no de David. El Señor había dicho: «Tú no» (1 Crónicas 17:4). Había decidido que Salomón, el hijo de David, construyera el templo. La reacción de David ante esta negativa fue ejemplar. Se enfocó en lo que Dios haría, no en lo que él no podría hacer (1 Crónicas 17:16-25). Mantuvo un espíritu de gratitud, hizo todo lo que pudo y consiguió hombres talentosos para que ayudaran a Salomón en la construcción (ver 1 Crónicas 22). Un comentarista bíblico escribió: «Tal vez tengamos que aceptar que el servicio que anhelamos no es aquello para lo que Dios nos ha llamado […]. Como David, quizá nos espere algo más grandioso». David deseaba que el Señor fuera glorificado, no él. Con fidelidad, hizo todo lo que pudo por el templo de Dios, colocando un fundamento sólido para aquel que viniera después de él para concluir la obra. ¡Que nosotros, del mismo modo, aceptemos la tarea que el Señor ha elegido para darnos y que lo sirvamos con un corazón agradecido! Nuestro Dios amoroso está haciendo algo «más grandioso». Pero los seguidores del trayecto del Señor en toda nuestra historia podemos “ver” que Dios quería hacer su Templo con un hijo de David pero que no fue Salomón sino ni más ni menos que El Señor Jesucristo un descendiente de David, Gloria a Dios; Quién dijo: “Destruyan este templo y en tres días lo levantaré…” Ese es Dios, ese es el Maestro, Admirable, Consejero, Dios Fuerte y Padre Eterno. A su Templo no lo hacen manos humanas sino Dios mismo. Señor, que nuestras esperanzas y sueños más íntimos coincidan con los tuyos. Dios tal vez esconda el propósito de sus caminos, pero sus caminos siempre tienen sus propósitos.

lunes, 20 de marzo de 2017

EN EL LUGAR DONDE LA NUBE SE DETENÍA, ALLÍ ACAMPABAN LOS HIJOS DE ISRAEL

[Jesús] les dijo: Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco… (v. 31). Marcos 6:30-46 El titular me llamó la atención: «El descanso es importante para los corredores». El artículo de un ex miembro de una selección nacional de corredores de montaña enfatizaba un principio que, a veces, los atletas dedicados ignoran: el cuerpo necesita descansar y recuperarse después del ejercicio. Y agregaba: «Fisiológicamente, las adaptaciones que ocurren como resultado del entrenamiento solo se producen durante el descanso. Esto significa que descansar es tan importante como los ejercicios». Lo mismo sucede con la fe y el servicio. Es esencial descansar con regularidad para evitar el agotamiento y el desánimo. Jesús buscó el equilibrio espiritual durante su vida en la Tierra, aun frente a demandas importantes. Cuando sus discípulos volvieron de un extenuante viaje de enseñanza y sanidades, Jesús les dijo: «Venid vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco» (Marcos 6:31). Pero una gran multitud los siguió; entonces, Jesús les enseñó y les dio de comer (vv. 32-44). Cuando se retiraron todos, Él «fue al monte a orar» (v. 46). Si lo que define nuestra vida es el trabajo, lo que hacemos se torna cada vez más ineficaz. Jesús nos invita a reunirnos con Él en un lugar tranquilo para orar y descansar. Señor, gracias por tu ejemplo en la oración y el descanso. Ayúdame a imitarte. En nuestra vida de fe y servicio, el descanso es tan importante como el trabajo.

martes, 14 de marzo de 2017

HAZME ENTENDER MI TRANSGRESIÓN Y MI PECADO

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos (v. 23). Salmo 139:17-24 El día que mi esposo y yo empezamos nuestra travesía de cuidar a nuestros padres ancianos, fue como tomarnos del brazo y sentir que estábamos cayendo por un precipicio. No sabíamos que, durante ese proceso, la tarea más difícil sería permitir que Dios examinara y moldeara nuestros corazones a fin de usar ese tiempo especial para que aprendiéramos nuevas maneras de ser como Él. Los días en que sentía que me hundía en la tierra en una descontrolada caída libre, Dios me mostraba mis prioridades, mis reservas, mis miedos, mi orgullo y mi egoísmo. Utilizó mis grietas para mostrarme su amor y su perdón. El pastor de mi iglesia dice: «El mejor día es aquel en que ves quién eres en realidad: alguien desesperado sin Cristo. Luego, te ves como Cristo te ve: completo en Él». Esta fue la bendición que experimenté al cuidar a mis padres. Cuando veía para qué me había creado Dios, corría llorando hacia sus brazos, y clamaba con el salmista: «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos» (Salmo 139:23). Esta es mi oración por ti: que, al verte en medio de tus circunstancias, corras hacia los brazos abiertos, amorosos y perdonadores de Dios. Señor, necesito tu amor, sabiduría y gracia. Examina, conoce y sana mi corazón. Cuando la preocupación se instala, las fuerzas se van; pero estas vuelven cuando corremos hacia Dios.

viernes, 24 de febrero de 2017

GRACIAS DIOS PORQUE EL DESTINO DE MIS SERES QUERIDOS QUE HAN PARTIDO O LOS QUE ESTEMOS CON VIDA CUANDO VENGAS ESTA BAJO TU TOTAL CONTROL…

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis… (1 Tesalonicenses 4:13)… Salmo 46:1-7 A un después de años de haber perdido a nuestra hija de 17 años en un accidente automovilístico en 2002, me encuentro a veces sumido en el mundo del «si hubiese…». En medio del dolor, es fácil imaginar cambios en los sucesos de aquella trágica tarde de junio, que habrían traído a mi hija de vuelta a casa sana y salva. Sin embargo, la tierra del «si hubiese…» no es un buen lugar para nadie. Allí hay remordimiento, sentimientos encontrados y desesperanza. Aunque el dolor es verdadero y la tristeza no termina, la vida es mejor y Dios es honrado si permanecemos en el mundo de «esta es la realidad». En esta realidad, podemos encontrar esperanza, ánimo y consuelo. Tenemos la esperanza segura (1 Tesalonicenses 4:13) y la certeza de que, como Melissa había aceptado a Cristo como Salvador, está en un lugar «muchísimo mejor» (Filipenses 1:23). También disfrutamos de la presencia del Dios de toda consolación (2 Corintios 1:3) y de su «pronto auxilio en las tribulaciones» (Salmo 46:1). Además, solemos recibir ánimo de parte de otros creyentes. Nadie desea experimentar tragedias en la vida, pero, cuando estas aparecen, nuestra mayor ayuda es confiar en Dios, la esperanza segura en la tierra de «esta es la realidad». 13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. 14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. 15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. (1 Tesalonicenses 4:13-18) Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. 3 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento? 5 Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; 9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego, 10 pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; 11 porque no hay acepción de personas para con Dios. 12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. (Romanos 2:1-16) Señor, consuela mi corazón con la esperanza en ti. Nuestra mayor esperanza viene de confiar en Dios.

jueves, 16 de febrero de 2017

EL QUE ESTA EN CRISTO NUEVA CRIATURA ES

… una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo (v. 25). Juan 9:1-11 Noah Purifoy empezó como artista de «recolección» con tres toneladas de escombros de los vandalismos de 1965 en una zona de Los Ángeles, Estados Unidos. Desde ruedas de bicicletas rotas y bolas de boliche hasta llantas desechadas y televisores dañados —cosas ya inservibles—, él y un colega crearon esculturas que transmitían un enérgico mensaje sobre cómo la sociedad moderna «descarta» a las personas. Un periodista se refirió a Purifoy como «el genio de la basura». En la época de Jesús, muchos consideraban que quienes tenían enfermedades y problemas físicos eran pecadores a quien Dios estaba castigando. Entonces, los evitaban e ignoraban. Pero, cuando Jesús y sus discípulos se encontraron con un hombre que había nacido ciego, el Señor explicó que su estado no se debía al pecado, sino que era una ocasión para ver el poder de Dios: «Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo» (Juan 9:5). El ciego siguió las indicaciones de Jesús y pudo ver. Cuando las autoridades religiosas le preguntaron, él simplemente contestó: «una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo» (v. 25). Jesús sigue siendo el gran «genio de la basura» del mundo. El pecado nos dañó a todos, pero Él toma nuestras vidas rotas y crea una nueva. Señor, te agradezco por tu gracia asombrosa. Jesús es el restaurador de la vida.

miércoles, 8 de febrero de 2017

SEÑOR, GRACIAS POR LOS AMIGOS

… No te desampararé, ni te dejaré (Hebreos 13:5). 1 Samuel 20:35-42 Un amigo querido me mandó un mensaje de texto que decía: « ¡Me alegra tanto que podamos contarnos lo bueno, lo malo y lo feo!». Somos amigos desde hace muchos años y hemos aprendido a compartir nuestras alegrías y fracasos. Reconocemos que estamos lejos de ser perfectos, por eso hablamos de nuestras luchas, pero también nos regocijamos en las victorias del otro. David y Jonatán también tenían una amistad sólida, la cual comenzó en los días buenos, cuando David derrotó a Goliat (1 Samuel 18:1-4). Compartieron sus temores durante los tiempos malos de celos del padre de Jonatán (18:6-11; 20:1-2). Finalmente, sufrieron juntos en la época fea en que Saúl planeaba matar a David (20:42). Los buenos amigos no nos abandonan cuando las circunstancias externas cambian. Permanecen a nuestro lado en las buenas y en las malas. También nos aconsejan acudir a Dios en los momentos feos, cuando quizá nos sintamos tentados a alejarnos de Él. Los amigos auténticos son un regalo de Dios porque ejemplifican al Amigo perfecto, el cual permanece fiel en días buenos, malos y feos. Tal como nos recuerda el Señor: «No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos 13:5). Señor, gracias por lo buenos amigos que has colocado en mi vida; pero, por sobre todo, te agradezco por ser tú mi amigo. Un amigo es aquel que aparece cuando todo el mundo desaparece.

miércoles, 1 de febrero de 2017

SOMOS LA NIÑA DE SUS OJOS

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos (v. 8). Salmo 32:1-11 El día en que mi hija menor volaba de Múnich a Barcelona, abrí mi página favorita de seguimiento de vuelos, para ver por dónde iba. Después de ingresar el número de vuelo, la pantalla de mi computador mostró que su avión había cruzado Austria y bordeaba la parte norte de Italia. De allí, sobrevolaría el Mediterráneo, al sur de la costa francesa, en dirección a España, y llegaría puntualmente. ¡Solo faltaba que me dijeran qué estaban sirviendo para comer las aeromozas! ¿Por qué me interesaba dónde y cómo estaba mi hija? Porque la amo. Me importa quién es, qué hace y hacia dónde se proyecta su vida. En el Salmo 32, David celebra la maravilla del perdón, la guía y el interés de Dios para con nosotros. A diferencia de un padre humano, el Señor conoce cada detalle de nuestra vida y las necesidades más profundas de nuestro ser. Nos promete: «Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos» (v. 8). Independientemente de cuáles sean las circunstancias hoy, podemos descansar tranquilos en la presencia y el cuidado de Dios porque «al que espera en el Señor, le rodea la misericordia» (v. 10). Deu 32:10 »Cuando Dios los encontró, ustedes andaban por el desierto, por tierras barridas por el viento. Pero él los tomó en sus brazos y los cuidó como a sus propios ojos. Pro 7:2 Cumple con mis mandatos, y vivirás; cuida mis enseñanzas como a la niña de tus ojos. Pro 7:2 ¡Obedece mis mandatos y vive! Guarda mis instrucciones tal como cuidas tus ojos. Querido Señor, gracias porque, en tu amor, me cuidas y me guías cada día por tus caminos. Nunca estamos fuera de la mirada y el cuidado amoroso de Dios.

domingo, 29 de enero de 2017

PORQUE UN NIÑO NOS HA NACIDO, UN HIJO NOS HA SIDO DADO, Y LA SOBERANÍA REPOSARÁ SOBRE SUS HOMBROS; Y SE LLAMARÁ SU NOMBRE ADMIRABLE CONSEJERO, DIOS PODEROSO, PADRE ETERNO, PRÍNCIPE DE PAZ

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy (v. 58). Juan 8:48-59 Jeralean Talley murió en junio de 2015; era la persona más vieja del mundo: 116 años. En 1995, la ciudad de Jerusalén celebró su cumpleaños número 3.000. Para una persona, 116 años es ser viejo; y para una ciudad, 3.000 lo es; pero hay árboles que viven más. Se ha determinado que un pino de las Montañas Blancas de California tiene más de 4.800 años. ¡Esto lo ubica 800 años antes del patriarca Abraham! Cuando los líderes religiosos judíos cuestionaron la identidad de Jesús, Él también declaró ser anterior a Abraham: «Antes que Abraham fuese, yo soy» (Juan 8:58). Esta valiente afirmación consternó a sus adversarios; entonces, procuraron apedrearlo. Sabían que no se refería a su edad cronológica, sino que proclamaba ser eterno, ya que utilizaba el antiguo nombre de Dios: «Yo soy» (ver Éxodo 3:14). Como miembro de la Trinidad, su declaración era legítima. En Juan 17:3, Jesús oró: «Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado». Jesús, el Eterno, entró en el tiempo para que nosotros pudiéramos vivir para siempre. Y concretó esta misión al morir en nuestro lugar y resucitar. Al recibirlo como Salvador, pasaremos la eternidad con Él. Señor Jesús, te recibo como Salvador para tener vida eterna y estar contigo para siempre. [Cristo] es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:17

lunes, 23 de enero de 2017

PAZ A VOSOTROS. COMO ME ENVIÓ EL PADRE, ASÍ TAMBIÉN YO OS ENVÍO

Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que […] abundéis para toda buena obra (2 Corintios 9:8). Marcos 6:7-12 Imagina salir de viaje sin equipaje. Nada de artículos básicos ni de ropa para cambiarnos; nada de dinero ni tarjetas de crédito. Suena bastante insensato y aterrador, ¿no? Sin embargo, esto es exactamente lo que Jesús les dijo a sus doce discípulos que hicieran cuando los mandó en su primer viaje misionero a predicar y a sanar: «Y les mandó que no llevasen nada para el camino, sino solamente bordón; ni alforja, ni pan, ni dinero en el cinto, sino que calzasen sandalias, y no vistiesen dos túnicas» (Marcos 6:8-9). Incluso, tiempo después, cuando los estaba preparando para la labor después de que Él se fuera, les dijo: «el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una» (Lucas 22:36). ¿Cuál es la idea en todo esto? Se trata de confiar en que Dios suplirá todo lo necesario. Cuando el Señor volvió a referirse a aquel primer viaje, preguntó: «Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? Ellos dijeron: Nada» (v. 35). Los discípulos tuvieron todo lo necesario para llevar a cabo lo que Dios los había llamado a hacer. Él tenía la capacidad de darles poder para hacer la obra (Marcos 6:7). ¿Confiamos en que Dios suplirá todo lo que necesitamos? Tengamos fe en que lo hará. El Señor es mi pastor y nada me faltará.

viernes, 20 de enero de 2017

ASÍ SERÁ MI PALABRA QUE SALE DE MI BOCA, NO VOLVERÁ A MI VACÍA SIN HABER REALIZADO LO QUE DESEO, Y LOGRADO EL PROPÓSITO PARA EL CUAL LA ENVIÉ

Porque el Señor es bueno; […] y su verdad por todas las generaciones (v. 5). Salmo 100 Hace varios años, nos hospedamos con mi esposa en una rústica hostería de los remotos valles de Yorkshire, Inglaterra. Estábamos con otras cuatro parejas, todas británicas, a quienes acabábamos de conocer. Mientras tomábamos un café después de cenar, empezamos a conversar sobre nuestros trabajos. En aquel entonces, yo era director del Instituto Bíblico Moody, en Chicago, y supuse que nadie conocía la institución ni a su fundador, D. L. Moody. Cuando dije el nombre, todos respondieron sorprendidos y al instante: « ¿De Moody y Sankey… de ese Moody?». Otro huésped agregó: «Nosotros tenemos un himnario de Sankey, y nuestra familia suele reunirse junto al piano para cantar esos himnos». ¡No podía creerlo! El evangelista y su músico habían tenido sus reuniones en las Islas Británicas hacía más de 120 años, y su influencia aún seguía. Aquella noche, me fui pensando en cómo podemos echar una larga sombra de influencia espiritual: una madre que ora por sus hijos, palabras alentadoras de un compañero de trabajo, el apoyo y el desafío de un maestro o consejero, palabras correctivas y amorosas de un amigo. ¡Qué gran privilegio ser parte de la maravillosa promesa de que «el Señor es bueno; […] y su verdad por todas las generaciones (Salmo 100:5)! Señor, ayúdame a invertir mi vida en bendecir a los demás. Solo lo que se hace para Cristo perdurará.

viernes, 13 de enero de 2017

¿A DONDE ME IRÉ DE TU ESPÍRITU? ¿Y A DONDE HUIRÉ DE TU PRESENCIA?

Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia… (v. 13). Hebreos 4:12-16 En 2015, una empresa de investigaciones afirmó que había 245.000.000 de cámaras de vigilancia instaladas en el mundo, y que este número aumentaba 15% por año. Además, millones de personas captan imágenes con sus teléfonos celulares, desde fiestas de cumpleaños hasta robos a bancos. Ya sea que celebremos tener más seguridad o que censuremos la pérdida de privacidad, vivimos en una sociedad global con cámaras por todas partes. El libro de Hebreos, en el Nuevo Testamento, señala que nuestra relación con Dios implica un mayor nivel de exposición y responsabilidad que lo que podría captar cualquier cámara. Su Palabra, como una espada aguda y de dos filos, penetra hasta lo más profundo de nuestro ser y «discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta» (Hebreos 4:12-13). Dado que Jesús nuestro Salvador experimentó nuestras debilidades y tentaciones, pero sin pecar, nosotros podemos acercarnos «confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (vv. 15-16). No debemos temer porque, sin duda, hallaremos gracia al acercarnos a Él. Señor, gracias por poder acercarme a ti con libertad. Ninguna parte de nuestra vida está escondida de la gracia y el poder de Dios.

martes, 3 de enero de 2017

CUANTO MAS GRANDE ES LA PRUEBA MAS GRANDE ES LA RESISTENCIA Y EL PODER DE DIOS QUE HAY A FAVOR NUESTRO PARA EMPLEAR

… No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos (v. 16). 2 Reyes 6:8-17 Don es un border collie que vive en una granja del sur de Escocia. Una mañana, salió con Tomás, su dueño, para ver unos animales, y fueron en una pequeña camioneta. Cuando llegaron, Tomás salió del vehículo, pero se olvidó de accionar el freno de mano. Con Don en el asiento del conductor, la camioneta bajó por una colina y cruzó una carretera… hasta que se detuvo. Para los conductores, parecía que el perro había salido a pasear en el auto. En realidad, las cosas no siempre son lo que parecen. Al parecer, Elíseo y su siervo iban a ser capturados y llevados ante el rey de Siria. El ejército enemigo había rodeado la ciudad. El siervo pensó que no tendrían salida, pero Elíseo afirmó: «No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos» (2 Reyes 6:16). Cuando Elíseo oró, el que lo servía pudo ver una multitud de ejércitos sobrenaturales que estaban a su alrededor para protegerlos. Las situaciones que parecen desesperantes no siempre son como las percibimos. Cuando nos sintamos abrumados y superados en número, podemos recordar que Dios está de nuestro lado. Él manda a sus ángeles para que nos rodeen y nos protejan en todos nuestros caminos (Salmo 91:11). Señor, abre mis ojos para ver hoy tu poder y tu disposición a ayudarme siempre. Todo es mejor de lo que parece cuando recordamos que Dios está de nuestro lado.