lunes, 26 de diciembre de 2016

EL RELOJ DE DIOS NO SE ATRASA NI ADELANTA…

… cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo… (Gálatas 4:4). Lucas 2:25-38 A veces, bromeo que voy a escribir un libro titulado Puntual. Quienes me conocen se sonríen porque saben que suelo llegar tarde. Mi excusa es que mi retraso se debe al optimismo, no a mi falta de empeño. Con optimismo, me aferro a la creencia errónea de que «esta vez», como nunca antes, podré terminar más cosas en menos tiempo. Pero no puedo, y no lo hago; entonces, termino teniendo que disculparme otra vez por mi impuntualidad. En cambio, Dios siempre es puntual. Tal vez pensemos que llega tarde, pero no es así. La Biblia habla de personas que se impacientaron con el tiempo de Dios. Los israelitas esperaban y esperaban al Mesías prometido, y algunos se cansaron. Pero Simeón y Ana no, sino que siguieron día tras día en el templo, orando y esperando (Lucas 2:25-26, 37). Y su fe fue recompensada, ya que pudieron ver al niño Jesús cuando María y José lo llevaron al templo para su dedicación (vv. 27-32, 38). Cuando nos desanimamos porque Dios no responde según nuestro calendario, la Navidad nos recuerda que «cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, […] para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos» (Gálatas 4:4-5). El tiempo de Dios es perfecto siempre, y vale la pena esperar. Señor, ayúdame a tener paciencia. El tiempo de Dios es siempre correcto; espera con paciencia que Él actúe.

sábado, 24 de diciembre de 2016

LA LUZ DE DIOS TE VA A ALUMBRAR ESTA NOCHE COMO TODAS LAS NOCHES… ¿QUE VAS A HACER?

… los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos (v. 2). Isaías 9:1-7 Martin Niemoller, un destacado pastor alemán, pasó casi ocho años en campos de concentración nazis porque se oponía abiertamente a Hitler. La víspera de Navidad de 1944, compartió estas palabras de esperanza con sus compañeros de prisión en Dachau: «Mis queridos amigos, esta Navidad […] busquemos en el Bebé de Belén a Aquel que vino para soportar con nosotros todas las cargas que nos abruman […]. ¡Dios mismo construyó un puente hacia nosotros! ¡Un amanecer de lo alto nos ha visitado!». En Navidad, recordamos la buena noticia de que Dios, en Cristo, nos busca donde estemos y cierra la brecha que nos separa de Él. Inunda de luz nuestras prisiones de oscuridad y levanta la carga de tristeza, culpa o soledad que nos agobia. Aquella Nochebuena en la cárcel, Niemoller compartió esta buena noticia: «Del resplandor que rodeó a los pastores, un rayo brillante caerá en nuestra oscuridad». Sus palabras nos recuerdan al profeta Isaías: «El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos» (9:2). Independientemente de dónde te encuentres hoy, ¡Jesús ha penetrado nuestro mundo oscuro con su gozo y su luz! Jesús vino a éste mundo para que tengas la Luz de Dios sobre tu vida en los años que tengas que vivir y luego la vida eterna y sobre todo para mostrarte como debe vivir un Hijo de Dios Verdadero garantizando una vida en abundancia no solamente en cantidad de años sino en calidad de Vida. Vas a disfrutar un gozo que tu conoces ni los que viven en tinieblas…, pero tienes que aceptar lo que Jesús hizo por ti y por mi… Señor Jesús, saber que tu luz brilla en la oscuridad y prevalece sobre ella nos da esperanza y fuerzas. El gozo de la Navidad es Jesús.

domingo, 18 de diciembre de 2016

¿CONOCES AL QUE NACIÓ EN NAVIDAD?

«Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» (v. 15 RVC). Mateo 16:13-20 En 1929, en una entrevista, Alberto Einstein dijo: «Cuando era niño, me enseñaron de la Biblia y del Talmud. Soy judío, pero me cautiva la figura luminosa del Nazareno […]. Nadie puede leer los Evangelios sin sentir la presencia real de Jesús. Su personalidad palpita en cada palabra. Ningún mito contiene tanta vida». El Nuevo Testamento da otros ejemplos de compatriotas de Jesús, quienes percibían que Él tenía algo especial. Cuando les preguntó a sus seguidores: « ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?», ellos respondieron que unos decían que era Juan el Bautista; otros, que era Elías; y algunos, que era Jeremías o uno de los profetas (Mateo 16:14). Que lo mencionaran entre los grandes profetas de Israel era sin duda un elogio, pero Jesús no buscaba eso, sino que los escudriñaba para ver si tenían fe. Entonces, hizo una segunda pregunta: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» (v. 15 RVC). La declaración de Pedro expresa la verdad sobre la identidad de Jesús: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (v. 16). Jesús anhela que lo conozcamos a Él y su poder salvador. Por eso, en algún momento, debemos responder la pregunta: « ¿Quién dices tú que es Jesús?». ¿Conoces al que nació en “NAVIDAD”? ¿Sabes a que vino Jesús? ¿Sabes cuál es el propósito de Jesús para tu vida para que tengas esa vida completa que siempre nos ilusionamos tener y por supuesto una Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo? El tiene la fórmula ¿Sabes que gracias a El tenemos vida y podemos comer y beber y realizarnos como ser humano y más como verdaderos Hijos de Dios? Eso y todo lo que tú y yo y el mundo necesitamos tiene Ese niñito indefenso que vemos en un pesebre o Ese hombre colgado en una cruz en la cuál ya no está más sino más allá del tercer cielo sentado a la diestra de nuestro Padre Celestial esperando el momento indicado por Dios a poner verdadera justicia en la tierra. Cuando levantes una copa Dí aunque no lo conozcas: ¡Gracias Señor! Señor, deseo conocerte mejor, amarte más y seguirte de todo corazón. La identidad de Jesús es la cuestión central de la eternidad.

martes, 13 de diciembre de 2016

¿A QUE VINO JESÚS?

He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz… (v. 15). Nahum 1:7-15 Internet, televisión, radio, dispositivos portátiles… todos nos bombardean con noticias que, en su mayoría, son malas: crímenes, terrorismo, guerras, problemas económicos. Pero también aparecen noticias buenas que alivian la tristeza y la desesperación: actos de abnegación, descubrimientos médicos y posibles acuerdos de paz. Las palabras de dos hombres del Antiguo Testamento llevaron mucha esperanza a personas abrumadas por los conflictos. Nahum declaró en medio de un inminente juicio: «Ya se oyen sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas, del que anuncia la paz» (Nahum 1:15 RVC). E Isaías expresa una frase similar: « ¡Cuán hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas! Los pies del que anuncia la paz, del que trae buenas noticias, del que anuncia salvación» (Isaías 52:7 RVC). Las palabras de esperanza de ambos profetas se cumplieron definitivamente en la primera Navidad, cuando el ángel les dijo a los pastores: «No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor» (Lucas 2:10-11). El titular más importante cada día es la mejor noticia de todas: ¡Nació Cristo, el Salvador! Dios, gracias por la buena noticia de la salvación en Jesús. ¡El nacimiento de Jesús es la mejor noticia que ha recibido el mundo!

jueves, 8 de diciembre de 2016

LA PALABRA Y LA OBRA DE DIOS YA VIENE AMPLIFICADA DESDE ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO

… el alboroto de Jerusalén fue oído desde lejos (v. 43). Nehemías 12:27-43 Walt Disney Studios fue el primero en implementar un nuevo concepto de sonido para películas: el sonido estereofónico o envolvente. Se desarrolló porque los productores querían que el público escuchara la música de una manera novedosa. No obstante, esta no fue la primera vez que se usó sonido envolvente. Miles de años antes, Nehemías incorporó la idea en la dedicación de los muros reconstruidos de Jerusalén: «hice subir a los principales de Judá sobre la muralla y puse dos grandes coros de acción de gracias» (Nehemías 12:31 rva). Uno iba cantando hacia la izquierda y el otro hacia la derecha, rodeando la ciudad de Jerusalén con alabanzas mientras marchaban al templo (vv. 31, 37-40) y guiaban al pueblo que se regocijaba «porque Dios les había dado gran alegría» (v. 43); de este modo, «se oía desde lejos» (v. 43). ¿Qué nos ha dado Dios que nos haga rebosar de alabanzas? ¿Una dirección clara, el consuelo que solo Él puede dar, el supremo regalo de la salvación? Quizá no podamos generar un sonido envolvente con nuestra alabanza, pero sí tener gran alegría por lo que Dios nos ha dado. Entonces, otros podrán escucharnos y ver cómo obra el Señor en nuestra vida. En el Sermón del Monte se escuchó también desde lejos y se sigue escuchando luego de poco más de dos mil años… Señor, te alabamos con palabras, con acciones y con nuestra vida por tu gran poder, provisión amorosa y cuidado constante. ¡Es imposible excederse en alabanzas a Dios!

sábado, 3 de diciembre de 2016

¿QUIÉN ES EL?

Ya el Antiguo Testamento hace referencia al Mesías que vendría, al Salvador y Redentor. Así, en la maldición de la serpiente inmediatamente posterior a la caída en el pecado, ya se encuentra oculta la primera mención al Redentor que vendría (Gn. 3:15). ¿Pero, quién es El? El autor de la epístola a los Hebreos ve una referencia a Jesucristo en los actos del rey y sacerdote Melquisedec, quien trae pan y vino a Abraham y lo bendice (Gn. 14:17-20; He. 7). ¿Pero, quién es El? Dios, el Hijo, acompañó al pueblo escogido, Israel, a través de la historia. El Apóstol Pablo describe expresamente la presencia de Cristo durante el peregrinaje por el desierto: “Nuestros padres [...] bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo" (1 Co. 10:1-4). ¿Pero, quién es El? Algunos profetas del Antiguo Testamento hacen referencia a detalles concretos relacionados con la venida del Redentor: • Isaías lo describió con nombres que subrayan su unicidad: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz" (Is. 9:6). • Miqueas anunció el lugar de nacimiento del Señor: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad" (Mi. 5:2). • Malaquías profetizó a alguien que prepararía el camino del Hijo de Dios: “He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos" (Mal. 3:1). El que prepararía el camino es Juan, el Bautista (Mt. 11:10). • Zacarías describió la entrada del Señor en Jerusalén: “Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna" (Zac. 9:9). Así, tanto la encarnación del Hijo de Dios como su camino sobre la tierra, fueron vaticinados en el Antiguo Testamento. ¿Pero, quién es El? San Lucas escribe sobre el nacimiento de Jesús en Belén: “Sucedió en aquellos días que salió un decreto del emperador Augusto, ordenando se empadronase todo el Imperio. Este primer empadronamiento se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Y todos iban a empadronarse cada cual a su ciudad. También José, por ser de la casa y familia de David, subió de la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David, llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que mientras estaban allí, le llegó el tiempo del parto a ella y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada” (Lc. 2, 4-7) Continúa :“Unos pastores, que pasaban la noche al aire libre velando por turno su rebaño, de repente un ángel les dijo, no temáis, os anuncio una gran noticia que será de gran alegría para todo el pueblo, hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal, encontrareis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto una legión del ejército celestial, decía gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” (Lc. 2, 8-14). ¿Pero, quién es El? San Mateo escribe: “Habiendo nacido Jesús en Belén en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando ¿dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer, porque hemos visto su estrella en Oriente y venimos a adorarle. El rey Herodes al oír esto, se turba y con él toda Jerusalén. Reúne a todos los príncipes del sacerdocio y a los escribas del pueblo preguntándoles dónde podía nacer el Mesías. Ellos le contestan en Belén de Judá, pues así está escrito. Los magos, guiados de nuevo por la estrella, caminan hasta pararse sobre el lugar donde estaba el niño. Entran en la casa, y ven al niño con María, su madre. De rodillas le adoran, y abriendo sus cofres le ofrecen los dones de oro, incienso y mira. Advertidos en sueños de no volver junto a Herodes, regresan a su tierra por otro camino” (Mt. 2, 7-12). ¿Pero, quién es El? Lucas 2:22-35 22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor 23 (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor , 24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos. 25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: 29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30 Porque han visto mis ojos tu salvación, 31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32 Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel. m 33 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. 34 Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha 35 (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. ¿Pero, quién es El? Lucas 2:41-51 41 Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua; 42 y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. 43 Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. 44 Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; 45 pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. 46 Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. 47 Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. 48 Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. 49 Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? 50 Más ellos no entendieron las palabras que les habló. 51 Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. ¿Pero, quién es El? Juan 2 Las bodas de Caná 2 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. 2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. 4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. 5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere. 6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. 8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. 12 Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días. ¿Pero, quién es El? Mateo 3:13-17 (Mr. 1.9-11; Lc. 3.21-22) 13 Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. 14 Más Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? 15 Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. 16 Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 17 Y hubo Una Voz de los cielos, Que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia. ¿Pero, quién es El? (Mt. 21.12-13; Mr. 11.15-18; Lc. 19.45-46) 13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, 14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. 15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado. 17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume. 18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que haces esto? 19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? 21 Más él hablaba del templo de su cuerpo. 22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho. ¿Pero, quién es El? 23 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. 24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, 25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. ¿Pero, quién es El? • Sana al hijo del oficial del rey. ... • Sana a un hombre en Cafarnaún. ... • Sana a la suegra de Simón Pedro. ... • Sana a los enfermos al atardecer. ... • La pesca milagrosa. ... • Sana a un leproso. ¿Pero, quién es El? Jesús sano a los enfermos, hizo ver a los ciegos e hizo muchos Milagros más, entre ellos, Jesús obró también, según los evangelios, Milagros de tipo natural, en los que se pone de manifiesto la obediencia de las fuerzas naturales a su autoridad. ¿Pero, quién es El? Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada. Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan, pues no tienen qué comer. Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer? El les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Id y vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco panes, y dos peces. Y les mandó que hiciesen recostar a todos por grupos sobre la hierba verde. Y se recostaron por grupos, de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y repartió los dos peces entre todos. Y comieron todos, y se saciaron. Y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. ¿Pero, quién es El? Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo. Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. ¿Pero, quién es El? Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron. ¿Pero, quién es El? (Mr. 8.31--9.1; Lc. 9.22-27) 21 Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: !!Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. 24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino. ¿Pero, quién es El? Marcos 15:39 39 Y el centurión que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. ¿Pero, quién es El? A VER…, AHORA, PARA NOSOTROS…, ¿QUIÉN ES EL?