jueves, 22 de septiembre de 2016

LA PUERTA DEL CIELO

Entrad por sus puertas con acción de gracias […]; alabadle, bendecid su nombre (v. 4). Lectura: Salmo 100 Al entrar en ciertas ciudades importantes, uno puede encontrar puertas famosas, como la Puerta de Brandenburgo (Berlín), la Puerta de Jaffa (Jerusalén) y las puertas de Downing Street (Londres). Construidas con fines defensivos o ceremoniales, todas representan la diferencia entre estar fuera o dentro de ciertas zonas de la ciudad. Algunas están abiertas; otras están cerradas para todos, excepto para unos pocos. Las puertas a la presencia de Dios están siempre abiertas. El Salmo 100 era una invitación para que los israelitas entraran en la presencia de Dios por las puertas del templo. Se les decía: «Cantad alegres […]; venid ante su presencia con regocijo» (vv. 1-2). Cantar alegres era una expresión apropiada al saludar a un monarca en el mundo antiguo. ¡Toda la tierra debía cantar con alegría a Dios! Él les había dado su identidad (v. 3). Entraban por las puertas con alabanza y acción de gracias por la bondad, la misericordia y el amor del Señor, que permanece para siempre (vv. 4-5). Incluso cuando se olvidaban de su identidad y se alejaban de Dios, Él seguía siendo fiel y los invitaba a entrar en su presencia. Las puertas en la presencia de Dios siguen abiertas, invitándonos a ir y adorar. ¿Qué debe motivarnos a adorar a Dios? ¿Qué palabras de alabanza puedes ofrecerle hoy? Aunque hay un lugar súper maravilloso al que estamos especialmente invitados a ingresar…, y una puerta no menos maravillosa… Juan 10:1-21 10 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 2 Más el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Más al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. Jesús, el buen pastor 7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. 19 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras. 20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? 21 Decían otros: Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos? Cuál sería la especial adoración a Dios sino la de tomar a Jesús como la Puerta para nuestro ingreso al Reino de los Cielos. La puerta a la presencia de Dios está siempre abierta y con sus brazos abiertos. Jesucristo.

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