domingo, 18 de diciembre de 2016

¿CONOCES AL QUE NACIÓ EN NAVIDAD?

«Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» (v. 15 RVC). Mateo 16:13-20 En 1929, en una entrevista, Alberto Einstein dijo: «Cuando era niño, me enseñaron de la Biblia y del Talmud. Soy judío, pero me cautiva la figura luminosa del Nazareno […]. Nadie puede leer los Evangelios sin sentir la presencia real de Jesús. Su personalidad palpita en cada palabra. Ningún mito contiene tanta vida». El Nuevo Testamento da otros ejemplos de compatriotas de Jesús, quienes percibían que Él tenía algo especial. Cuando les preguntó a sus seguidores: « ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?», ellos respondieron que unos decían que era Juan el Bautista; otros, que era Elías; y algunos, que era Jeremías o uno de los profetas (Mateo 16:14). Que lo mencionaran entre los grandes profetas de Israel era sin duda un elogio, pero Jesús no buscaba eso, sino que los escudriñaba para ver si tenían fe. Entonces, hizo una segunda pregunta: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?» (v. 15 RVC). La declaración de Pedro expresa la verdad sobre la identidad de Jesús: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente» (v. 16). Jesús anhela que lo conozcamos a Él y su poder salvador. Por eso, en algún momento, debemos responder la pregunta: « ¿Quién dices tú que es Jesús?». ¿Conoces al que nació en “NAVIDAD”? ¿Sabes a que vino Jesús? ¿Sabes cuál es el propósito de Jesús para tu vida para que tengas esa vida completa que siempre nos ilusionamos tener y por supuesto una Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo? El tiene la fórmula ¿Sabes que gracias a El tenemos vida y podemos comer y beber y realizarnos como ser humano y más como verdaderos Hijos de Dios? Eso y todo lo que tú y yo y el mundo necesitamos tiene Ese niñito indefenso que vemos en un pesebre o Ese hombre colgado en una cruz en la cuál ya no está más sino más allá del tercer cielo sentado a la diestra de nuestro Padre Celestial esperando el momento indicado por Dios a poner verdadera justicia en la tierra. Cuando levantes una copa Dí aunque no lo conozcas: ¡Gracias Señor! Señor, deseo conocerte mejor, amarte más y seguirte de todo corazón. La identidad de Jesús es la cuestión central de la eternidad.

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