viernes, 7 de marzo de 2014

ÉXITO MISERABLE

Lucas 9:18-27 … Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. —Lucas 9:23 El escocés George MacDonald (1824-1905), novelista, poeta y pastor cristiano, escribió: «Todo lo que un hombre haga sin Dios está miserablemente destinado al fracaso… o a triunfar de una manera aun más miserable». Esta intrigante declaración aparece en su libro Unspoken Sermons [Sermones no predicados], y oradores y escritores actuales suelen citarla. MacDonald trataba el difícil tema de la negación del yo en el creyente y cómo aplicar esta enseñanza de Jesús: «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará» (Lucas 9:23-24). En lugar de simplemente tratar de suprimir nuestros deseos naturales, MacDonald afirma que la verdadera negación del yo significa que «debemos ver las cosas como [Cristo] las ve, considerarlas como él las considera; aceptar la voluntad de Dios como la esencia misma de nuestro ser […]. No debemos pensar más: “¿qué me gustaría hacer?”; sino: “¿qué desea el Señor viviente que haga?”». Conseguir solo lo que nosotros queremos es triunfar miserablemente. El éxito verdadero está en «perder» nuestra vida por la causa de Cristo y volver a encontrarla plena y libre en su voluntad. Un espíritu humilde y generoso precede a un andar con Dios más íntimo y más profundo.

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