miércoles, 11 de junio de 2008

UN REY CONFORME AL CORAZON DEL PUEBLO

Entonces es ungido el primer rey sobre Israel, Saúl. Ya que el pueblo así lo quiere. Dios les da un rey conforme al corazón de ellos. Un rey hermoso, de buen físico y muchas virtudes; joven, de excelente condiciones. Así era Saúl. Si lees acerca de sus comienzos, quedarás muy bien impresionado de él. Reúne todas las condiciones humanas requeridas para ese cargo.
Pero ya en el segundo año de su reinado, cuando Jonatan su hijo ataca la guarnición de los filisteos y los pone en huida. Saúl pasa un pregón por todo Israel: “Saúl atacó a la guarnición de los filisteos”. ¡Es una mentira! Jonatan lo había hecho. Pero él quiere la gloria para sí; quiere ser aclamado por el pueblo.
Eso no es todo. Su problema fundamental radica en que al convertirse en rey, quiere hacer lo que a él le parece. El profeta, que representa para él la voz de Dios, le dice: -No ofrezcas tú el sacrificio- y Saúl espera siete días. Como Samuel se demora, desobedece y ofrece el sacrificio él mismo. Cuando Dios dice “No”, Saúl dice “Si”.
Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tú Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Más ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó (1º Samuel 13:13,14).
Más tarde Dios le dice a Saúl: Mata a todos, animales y hombres. Pero Saúl se excusa y, por iniciativa propia, perdona a algunos. Ahora que Dios dice “Si”, él dice “No”. Eso es hacer lo que a uno le parece. En eso consiste el pecado mayor.

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