jueves, 31 de julio de 2014

ESFUÉRZATE Y SE MUY VALIENTE

Hechos 28:11-16, 30-31 … al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento. —Hechos 28:15 Mientras leía el aviso fúnebre de Eugene Patterson, unos de los ganadores del Premio Pulitzer durante el siglo pasado, me sorprendieron dos cosas. En primer lugar, Patterson fue durante muchos años un valiente defensor de los derechos humanos en una época en que muchos se oponían a la igualdad racial. Además, escribió una columna en un periódico todos los días durante ocho años. ¡Esto equivale a 2.922 artículos! Día tras día, año tras año. La valentía y la constancia fueron factores clave en el impacto que produjo su vida. Estas mismas cualidades las vemos en el apóstol Pablo. Hechos 13–28 registra su coraje en una situación horrorosa tras otra. Después de naufragar mientras viajaba para ser juzgado ante el César, desembarcó al sur de Roma, donde lo recibieron muchos hermanos en Cristo (Hechos 28:11-15). Lucas escribió: «… al verlos, Pablo dio gracias a Dios y cobró aliento» (v. 15). Durante los dos años siguientes, ya prisionero, le permitieron vivir en una casa alquilada por él mismo, donde «… recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento» (vv. 30-31). Cada seguidor de Cristo puede ser un dador constante y un receptor de valentía. El Señor puede utilizarnos hoy para animarnos y fortalecernos unos a otros. —Cuando las personas te hablen sobre sus temores, comparte con ellos tu valentía.

lunes, 28 de julio de 2014

CONFIRMA LA OBRA DE NUESTRAS MANOS

Isaías 17:7-11 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, […] la cosecha será un montón inservible… —Isaías 17:10-11 La primavera acababa de convertirse en verano y los granos empezaban a dar fruto mientras nuestro tren recorría la fértil zona por donde íbamos. Las fresas estaban maduras, y había personas arrodilladas cortándolas entre el rocío de la mañana. Los arándanos absorbían tanto los rayos solares como los nutrientes de la tierra. Después de pasar por varios campos con frutas maduras, llegamos a un montón de metal corroído y abandonado. La imagen áspera de la chatarra anaranjada que asomaba de la tierra contrastaba tremendamente con los verdes suaves de los granos. El metal no produce nada. Por el contrario, el fruto crece, madura y nutre a los seres humanos hambrientos. El contraste entre el fruto y el metal me recuerda las profecías de Dios contra las ciudades antiguas, como Damasco (Isaías 17:1, 10-11: «Porque te olvidaste del Dios de tu salvación […] la cosecha será un montón inservible». Esta profecía sirve como una advertencia contemporánea sobre el peligro y la inutilidad de pensar que podemos producir algo con nuestra propia fuerza. Separados de Dios, la obra de nuestras manos se convertirá en un montón inservible. Sin embargo, cuando nos unimos al Señor en la obra de sus manos, Él bendice nuestro esfuerzo y provee alimento espiritual para muchos. —Señor, quiero ser parte de lo que estás haciendo en el mundo. Fuera de ti, lo que hago no sirve. Guíame, lléname, utilízame. …separados de mí nada podéis hacer. —Jesús (Juan 15:5).

sábado, 26 de julio de 2014

¿CUÁL ES EL SIGNIFICADO DE LA CRUZ?

Y él (Jesús), cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota; y allí le crucificaron. Juan 19:17-18 Haciendo la paz mediante la sangre de su cruz. Colosenses 1:20 Muchas personas tienen un crucifijo en su casa o lo llevan colgado en su cuello. También se ven cruces en las encrucijadas de los caminos. ¿Qué significa esto para muchos? ¿Cuál es el verdadero sentido de la cruz? La cruz, instrumento de suplicio en la cual antiguamente se colgaba a los malhechores condenados a muerte, nos recuerda la muerte de Jesús, el Hijo de Dios, quien vino para salvar a los hombres de su estado de perdición. La crucifixión de Jesucristo fue el acontecimiento más importante y solemne de todos los tiempos, porque allí se encuentra, por una parte, la más grande manifestación del amor divino, y por otra, la más horrenda demostración del mal que se halla en el corazón del hombre. La criatura declaró culpable y dio muerte a su Creador, Jesucristo, el único justo, quien vino a la tierra para darnos a conocer la gracia divina. De hecho, en la cruz Dios declara que no halló nada bueno en el hombre y que lo condenó enteramente. Debemos reconocer que en nosotros no habita ningún bien (Romanos 7:18), y que sólo la obra de Cristo, el Salvador, nos reconcilia con el Dios Santo (Colosenses 1:20). En cuanto al que rehúsa recibir y creer dichas afirmaciones consignadas en las Escrituras, éstas nos dicen “que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36). “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Corintios 1:18). ¿A cuál de estos dos grupos quiere pertenecer usted?

martes, 22 de julio de 2014

¿ADONDE ESTÁS BUSCANDO AL SEÑOR JESUCRISTO?

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Lucas 24:5-6 Buscad al que… vuelve las tinieblas en mañana. Amós 5:8 María Magdalena (Lea Juan 20:11-18) Ella estaba llorando cerca de la tumba donde había visto depositar el cuerpo inerte de su Salvador y Señor. Jesús la había liberado del poder de Satanás y, desde entonces, ella le seguía. Formaba parte de las mujeres que le habían servido. Con el corazón destrozado, lo había visto clavado en la cruz. Dos hombres habían bajado su cuerpo de la infame cruz y lo habían puesto en la tumba. Pasado el sábado, María Magdalena regresó muy temprano para ver el cuerpo de su Señor, pero ya no estaba allí. La piedra que cerraba la entrada de la tumba había sido rodada y el sepulcro estaba vacío. Muy angustiada se echó a llorar. Luego vio allí a un hombre y pensó que era el hortelano. Entonces le dijo: “Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré” (Juan 20:15). La respuesta fue breve, directa al corazón: “¡María!” (v. 16). En realidad era Jesús mismo, vivo y resucitado. Después añadió: “Ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios” (Juan 20:17). ¡Qué expresión! El Padre de su Señor pasó a ser Padre de todos los discípulos. El Señor iba a dejarlos, pero desde entonces, sabían que tenían un Padre en el cielo. María no necesitaba saber más y se fue corriendo para anunciar la maravillosa noticia a los que habían seguido a Jesús. Esta buena nueva también es para nosotros, cristianos. En el cielo tenemos un Padre, y desde ahora podemos disfrutar de la intimidad de la gloriosa familia de los redimidos.

lunes, 21 de julio de 2014

SEAN USTEDES SANTOS, PUES YO, EL SEÑOR SU DIOS, SOY SANTO

Has librado mi alma de la muerte, y mis pies de caída, para que ande delante de Dios en la luz de los que viven. Salmo 56:13; 130:3-4 Hoy la palabra pecado es menospreciada, pero a los ojos de Dios, quien no puede soportar el mal (Habacuc 1:13), ella conserva todo su sentido. Estos son algunos de sus efectos repulsivos: “adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas” (Gálatas 5:19-21). Pero el pecado al principio es más insidioso: “Cada cual se apartó por su camino” (Isaías 53:6). Su fuente se halla en nuestra voluntad de independencia frente a Dios. La Biblia da la solución: “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). Dios borra los pecados de todos los que se reconocen pecadores y creen en el valor de la sangre derramada en la cruz. A éstos Dios les da el derecho “de ser hijos de Dios” (Juan 1:12). Luego el cristiano tiene que velar para no hacer el mal. Dios me dice: “Huye también de las pasiones” (2 Timoteo 2:22), para que éstas no me conduzcan a pecar. A veces oímos decir: «Es más fuerte que yo, no puedo resistir». Si estoy solo, claro que es imposible. Pero Dios envió su Espíritu, el cual habita en el creyente y le da la fuerza para resistir al pecado. Sin embargo, para que su poder divino pueda actuar en mí, debo saber que Cristo murió no sólo para borrar mis pecados, sino también para cortar el vínculo entre el pecado y yo: estoy muerto al pecado (Romanos 6:11). Ya no tengo por qué obedecerle. ¿Lo acepto? Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares.

sábado, 19 de julio de 2014

JESUCRISTO ES EL GRAN CAPITÁN DE MI VIDA

Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque se apaciguaron; y así los guía al puerto que deseaban. Salmo 107:29-30 Un poeta inglés escribió: «Soy señor de mi destino, soy el capitán de mi alma». Esa sí que es una persona fuerte, pensará usted. El futuro en la tierra y el más allá no lo asustan. Es el único capitán a bordo. Sin embargo, poco tiempo después este escritor perdió a su hija de cinco años, y fue dominado por el dolor. Y acercándose al final de su vida, no podía ocultar su desesperación. ¡Pobre señor de su destino, incapaz de estar seguro del siguiente minuto! Sus días se van como llevados por un torrente, y ni siquiera puede reducir su velocidad. Se cree «capitán de su alma», pero pregúntele en qué puerto echará el ancla. Probablemente le responda que no sabe. Lo quiera o no, no podrá impedir que su alma comparezca ante Dios. Y allí tendrá que responder a esta pregunta: «¿Qué hiciste del sacrificio de Jesús, mi amado Hijo?». ¡Es imposible escapar de la justicia divina! Antes de juzgarlo, Dios amó al culpable. Hizo todo para salvarlo; lo único que le pedía era creer. Si el hombre no quiso creer, es su responsabilidad. Así como el amor divino fue ilimitado, la justicia se aplicará sin rebaja. Confíe el timón de su vida a Jesús, el gran piloto. Sólo él puede volver a orientar el timón y llevar su barca con seguridad hasta el puerto. ¡Confíe en él; nunca se arrepentirá! “Tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros, la cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo (en el cielo), donde Jesús entró por nosotros” (Hebreos 6:18-20).

lunes, 14 de julio de 2014

COMO MUESTRA DIOS SU PODER

Romanos 9:17-18 17 Porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. 18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Por lo general podemos escuchar muchísimas veces que Dios es Grande y de mucho poder, lógicamente lo hacemos con mucha reverencia través de testimonios y los hechos registrados en la Biblia pero en ciertos momentos pareciera como que nos olvidamos. Dios como siempre como sabe esto Nos levanta faraones que nos compliquen la vida para que nosotros vayamos al Señor y nos fortalezcamos en el poder de su fuerza enfrentando las situaciones y venciendo prometidamente, de esta manera vamos descubriendo y conociendo el DIOS que está dentro nuestro. Pudiendo decir con el Apóstol Juan Mayor es el que está en nosotros que el que está en el mundo.(1Juan 4:4)Obteniendo de esta manera una experiencia personal de Él de la cuál no nos olvidaremos, sirviendo para dar testimonio de su poder y grandeza con autoridad.

viernes, 11 de julio de 2014

¿DIOS PUEDE TOMAR A LA LIGERA EL PECADO?

No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia… por medio de la fe… a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús. Romanos 3:22-26 Algunas personas esperan que Dios pase por alto sus faltas. Pero, ¿es Dios indulgente? ¿Puede tomar a la ligera el pecado? ¿Puede sacrificar su santidad para manifestar su gracia? No. Cuando en la cruz Jesús cargó con los pecados de los que creían y creerían en él, Dios lo juzgó como si fuese un hombre culpable. Ni siquiera nos negó a su amado Hijo, sino que lo entregó a la muerte, aunque los pecados que cargaba no eran suyos. No contemos con la indulgencia divina, pues Dios no es indulgente, sino justo. Jesús llevó nuestra culpabilidad sobre él y sufrió el castigo que nosotros merecíamos. El precio de nuestra salvación fue pagado, por lo tanto Dios no exigirá un segundo pago. Fue necesario el sacrificio de una víctima santa, sin pecado, para expiar el pecado de los demás. “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Corintios 15:3). ¡Esto es lo que se debe creer! Dios no es indulgente, sino amor. Desde ahora ofrece un perdón completo, y no una reducción de pena. Ningún hombre en el mundo, independientemente de su título, tiene el poder para perdonar pecados, porque “todos pecaron”. Pero Dios no tendrá en cuenta los pecados de los que creemos en Jesús, porque su sangre nos purificó de ellos. Dios es justo con respecto a la obra que su Hijo cumplió, pues justifica al que cree en Jesús. El que confía totalmente en él tiene la paz con Dios por la eternidad.

miércoles, 9 de julio de 2014

SEGURIDAD DE DIOS PARA QUIENES CREEN Y LO ACEPTAN COMO SU PADRE

Isaías 41:1-20 Seguridad de Dios para Israel 41 Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio. 2 ¿Quién despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco arrebata? 3 Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado. 4 ¿Quién hizo y realizó esto? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová, el primero, y yo mismo con los postreros. 5 Las costas vieron, y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron. 6 Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate. 7 El carpintero animó al platero, y el que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese. 8 Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo escogí, descendencia de Abraham mi amigo. 9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. 10 No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. 11 He aquí que todos los que se enojan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como nada y perecerán los que contienden contigo. 12 Buscarás a los que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra. 13 Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. 14 No temas, gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor. 15 He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo. 16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino; pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de Israel. 17 Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé. 18 En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. 19 Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, 20 para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó.

martes, 8 de julio de 2014

INSTRUYE AL NIÑO EN SU CAMINO, Y AÚN CUANDO FUESE VIEJO NO SE APARTARÁ DE EL

Debemos enseñarle a nuestros hijos que deben de ser muy cuidadosos con lo que dejan entrar a través de la puerta de sus ojos, sus oídos y mentes. Debemos mostrarles que la mente es una cámara que grabará todas las cosas, buenas y malas, de las que ellos tomen fotos. El trabajo de Satanás es el de tomar posesión continua de nuestra juventud, hasta que tenga a la mayoría para poder trabajar. Enseguida, destrucción seguirá. Los siguientes son dos pasajes de las escrituras, los cuales todo niño necesita memorizar: 2 de Corintios 10: 4 -6: "Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta". 1 de Pedro 5: 8-9 nos dice: "Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Además de esto, debemos dirigir a nuestras familias al conocimiento de que se nos ha dado toda autoridad sobre el enemigo y sus malignos caminos: Mateo 18:18: "De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo." Mateo 12:29: "Porque, cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa." Lucas 11:21-22 "Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín." Después de esto, necesitamos entender que poseemos otra fuente de poder sobre este enemigo. En respuesta a las acciones santas del Padre, Dios proveerá un manto protector sobre la familia. Como padres necesitamos vivir una vida santa y sin culpa delante del Señor y de nuestros semejantes en este mundo. Mateo 6:33 nos dice: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." Dios nos dice, como Pablo le dijo a Timoteo en 2ª de Timoteo 2:4 "Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquél que lo tomó por soldado." Nuestras familias necesitan ver que nos hemos enlistado en el ejército de Cristo, y que El quiere que nos separemos de los enredos y afanes del estado presente que existe en la tierra. Si realmente queremos construir un fundamento, con la ayuda del Señor, tenemos que poseer algunas características de Job. Veamos su situación y observemos lo que fue la conversación entre Dios y Satanás. El siguiente es el testimonio de Job: El varón era perfecto y justo. Tenía temor de Dios. Se mantenía apartado de hacer el mal. Este hombre era el más grande entre los hombres del Este. Se podía levantar temprano de mañana a orar y ofrendar por toda su familia. Job hacía esto continuamente. Dios le dijo a Satanás que no había otro hombre como Job sobre la faz de la tierra. Satanás reconoció que Dios había puesto un manto alrededor de su varón, sus posesiones y todo lo que tenía a su alrededor. En otras palabras, Satanás no podía tocar a Job si Dios no retiraba ese manto. Satanás declaró que Dios había bendecido el trabajo de las manos de Job, y sus posesiones en la tierra se habían incrementado. Este es el tipo de testimonio que Dios quisiera de cada uno de nosotros. Cuando nos conducimos en la santidad de Dios como Job lo hizo, entonces el enemigo no nos puede tocar sin la autorización del Señor. Pero, si estamos escuchando al Padre en obediencia y siguiendo su voluntad, El no tendrá necesidad de usar al enemigo para guiarnos a su voluntad. Debemos recordar que nosotros tenemos un mejor pacto que el que se tenía en el tiempo de Job. Nosotros tenemos la sangre, la cruz y el Espíritu Santo viviendo continuamente en nosotros. Tenemos la palabra de Dios escrita para usarla como espada y escudo. Dios dice que El nunca nos dejará o desamparará. Jesús continuamente intercede por nosotros en los cielos. Con todo esto a nuestro favor, y andando en su verdad y voluntad, podemos confiar que Él ha puesto su manto sobre nuestra familia, para que podamos ser los benditos de Dios.

sábado, 5 de julio de 2014

EL SEÑOR TE DICE: ¡LEVÁNTATE!

(Jesús dijo al que había muerto Joven, a ti te digo, levántate. Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre. Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios. Lucas 7:14-16 Levántate (Lea Lucas 7:11-17) En la entrada de la ciudad de Naín se encontraron dos multitudes. Una iba tras un féretro en el cual yacía el hijo único de una viuda, y la otra seguía a Jesús. ¡Qué contraste entre esos dos cortejos! Uno iba tras el “Autor de la vida”, Jesús (Hechos 3:15), y el otro tras la muerte, esa despiadada muerte que se apodera de uno sin preocuparse por los dolores que causa. La multitud que formaba el cortejo fúnebre mostró una verdadera simpatía por la madre, pero, ¡qué débil consuelo ante la irremediable realidad! Al ver a la madre, Jesús se compadeció de ella y le dijo: “No llores” (v. 13). Sólo él podía hablar así, pues sólo él podía devolver la vida, y lo hizo mediante una frase: “Joven, a ti te digo, levántate” (v. 14). Con ternura devolvió a la madre su hijo único vivo. ¡Qué extraordinario consuelo! Esas palabras tan personales de Jesús: “Joven, a ti te digo”, quizá también se dirijan a usted que lee estas líneas, sea joven o mayor. ¿Su vida es triste y carece de sentido? ¿Se siente incomprendido, anónimo? Jesús tiene para usted y sólo para usted una palabra personal. Usted y su historia son únicos para Dios, incluso si su vida le parece poco interesante o incluso dolorosa. “Levántate” (v. 14). En el evangelio este verbo está ligado a la resurrección. Una vida totalmente nueva le será dada. Hoy usted puede tener un encuentro con el Señor si escucha y recibe su Palabra. Lea la Biblia, pida al Señor que abra también su corazón a Su mensaje, y usted vivirá.

miércoles, 2 de julio de 2014

COMO SE RELACIONAN LAS ESCRITURAS CON JESÚS

La suma de tu palabra es verdad. Salmo 119:11, 160 ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Lucas 24:32 Jesús y las Escrituras (2) A lo largo de toda su vida en la tierra, Jesús citó las Escrituras. Cuando le hicieron una pregunta sobre el día de reposo, citó un episodio de la vida de David: “¿Nunca leísteis lo que hizo David cuando tuvo necesidad, y sintió hambre?” (Marcos 2:25). Cuando los incrédulos le pidieron una señal del cielo, Jesús citó la historia de Jonás en el vientre del cetáceo y mencionó el arrepentimiento de los habitantes de Nínive cuando se les anunció el juicio. Evocó a la reina de Sabá, quien “vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón” (Mateo 12:39-42). Cuando los defensores de una secta judía trataron de tenderle una trampa con respecto a la resurrección, les reprendió con autoridad, diciéndoles: “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios” (Mateo 22:29). De una manera conmovedora, Jesús citó textos que le concernían personalmente, textos que anunciaban sus sufrimientos y su gloria futura: “¿Cómo está escrito del Hijo del Hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada?” (Marcos 9:12). Algunas horas antes de ser traicionado, Jesús dijo: “Os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está escrito de mí, tiene cumplimiento” (Lucas 22:37). Jesús sabía que todas las Escrituras hablaban de él; no temía decir a sus opositores: “De mí escribió” Moisés (Juan 5:46). Nos repite a todos: “Escudriñad las Escrituras… ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).