sábado, 21 de junio de 2014

CON JÓVENES Y ADULTOS DIOS TIENE UN PROPÓSITO

Eclesiastés 12:1-14 Dios Habla Hoy 12 Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven y que aún no han llegado los tiempos difíciles; ya vendrán años en que digas: «No me trae ningún placer vivirlos.» 2 Hazlo ahora, cuando aún no se apaga la luz del sol, de la luna y de las estrellas, y cuando aún hay nubes después de la lluvia. 3 Llegará un día en que tiemblen los guardianes del palacio y se doblen los valientes; quedarán tan pocas molineras, que dejarán de moler; las que miran por las ventanas, comenzarán a perder la vista. 4 Cuando llegue ese día, se cerrarán las puertas que dan a la calle; el ruido del molino se irá apagando; las aves dejarán oír su canto, pero las canciones dejarán de oírse; 5 la altura causará miedo, y en el camino habrá peligros. El almendro comenzará a florecer, la langosta resultará una carga y la alcaparra no servirá para nada. Pues el hombre va a su hogar eterno, y en la calle se escucha ya a los que lloran su muerte. 6 Acuérdate de tu Creador ahora que aún no se ha roto el cordón de plata ni se ha hecho pedazos la olla de oro; ahora que aún no se ha roto el cántaro a la orilla de la fuente ni se ha hecho pedazos la polea del pozo. 7 Después de eso el polvo volverá a la tierra, como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio. 8 Yo, el Predicador, repito: ¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión! 9 Y mientras más sabio llegó a ser el Predicador, más conocimientos impartió a la gente. También se dio a la tarea de estudiar gran número de proverbios, y de clasificarlos ordenadamente. 10 Hizo todo lo posible por encontrar las palabras más adecuadas, para escribir convenientemente dichos verdaderos. 11 Los dichos de los sabios son como aguijones, y una vez reunidos en colecciones son como estacas bien clavadas, puestas por un solo pastor. 12 Lo que uno saca de ellos son grandes advertencias. El hacer muchos libros no tiene fin, y el mucho estudio cansa. 13 El discurso ha terminado. Ya todo ha sido dicho. Honra a Dios y cumple sus mandamientos, porque eso es el todo del hombre. 14 Dios habrá de pedirnos cuentas de todos nuestros actos, sean buenos o malos, y aunque los hayamos hecho en secreto. Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas. Salmo 71:17 La senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. Proverbios 4:18 “Sucederá que al caer la tarde habrá luz” (Zacarías 14:7) Es agradable ser joven, tener buena vista, buen oído, moverse sin problemas, poseer una vitalidad que no teme el cansancio. Pero el creyente de edad avanzada posee algo que los jóvenes no tienen: la experiencia de la fidelidad y de la gracia de Dios. Puede dar testimonio de cómo lo ayudó el Señor (Salmo 71:18). Al final de su vida el rey David pudo decir: “Nuestros días sobre la tierra, (son) cual sombra que no dura” (1 Crónicas 29:15). Era consciente de la brevedad de la vida, pero también podía alabar a ese Dios a quien había aprendido a conocer, ese Dios que lo había socorrido durante toda su vida. Si uno no tiene esperanza, si cree que todo desaparecerá cuando llegue la muerte, el final de la vida suele ser triste, amargo. Pero si conocemos al Señor, si creemos en sus promesas, podemos estar tranquilos. Incluso si “nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (2 Corintios 4:16). Quizá tengamos que pasar por la enfermedad, pero nuestros últimos años estarán iluminados por la presencia de Jesús. ¡Qué época más importante es el ocaso de la vida, pues permite rememorar los años pasados y ver en ellos la presencia del Señor! Ese tiempo es de vital importancia para todos los que hasta entonces hayan permanecido indiferentes al amor de Dios. Una vez más el Señor Jesús llama: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).

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