domingo, 22 de junio de 2014

DE GRACIA RECIBISTE DAD DE GRACIA

Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. Hechos 8:20 Fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir… no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo. 1 Pedro 1:18-19 “Por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no (viene) de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). Dios, mediante la Biblia, dice las cosas muy claramente. Él es justo, nosotros somos pecadores y culpables que sólo merecemos su juicio. Pero él también es el Dios Salvador (Isaías 45:21). “Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia” (Tito 3:4-5). Para salvarnos, lo único que Dios nos pide es creer en su Palabra y confiar en la obra que su Hijo cumplió en el Gólgota. Él quiere perdonarnos, pero de nosotros depende el aceptar su mano tendida hacia nosotros. La salvación no viene de nosotros, pues no podemos obtenerla haciendo buenas obras. Por muy meritorias que nos parezcan, éstas no pueden, de ninguna manera, compensar nuestras faltas. Nadie puede pagar a Dios su rescate, pues “la redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás” (Salmo 49:8). Los hombres siempre queremos participar un poco en nuestra salvación, para no deber todo a Dios. Pero no es el pensamiento de Dios dejar al hombre en una duda continua que lo obsesiona (¿he hecho suficiente para ser salvo?). Únicamente el sacrificio de Cristo puede borrar el pecado. Sólo podemos ser salvos mediante la gracia y la fe en la obra redentora de Jesús.

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