sábado, 3 de mayo de 2008

LA HERMANDAD Y LA IGLESIA

Una de las formas más prácticas para ayudarnos en nuestro crecimiento como cristianos es la hermandad con otros creyentes en Cristo. La hermandad consiste en dedicar tiempo y compartir actividades con otros que también aman a Cristo.
Si ponemos varios troncos en una chimenea, arderán vigorosamente. Sin embargo, si colocamos a uno solo en una chimenea fría, el fuego se extinguirá. Los cristianos necesitan estar juntos, pues de lo contrario se apagará el fuego del entusiasmo. Esa relación es vital para wel crecimiento cristiano. La Palabra de Dios nos lo dice en Hebreos 10:24 y 25, “no dejarnos de congregarnos”.
El mejor lugar para encontrar esta hermandad con otros cristianos es una iglesia en el lugar donde vives. Es aquí también donde recibirás buenas enseñanzas de la Palabra de Dios y donde sentirás la alegría de adorarlo.
Antes de que consideres una iglesia de la cual te gustaría formar parte, permíteme sugerir algunas preguntas que quizás te ayuden a evaluar qué iglesia sería la mejor para ti:

¿Cómo trata la iglesia la Palabra de Dios, o sea, la Biblia?
¿Acepta que la Biblia proviene de Dios, y así lo enseña?
¿Cómo trata la iglesia al Hijo de Dios? ¿Reconoce que es amoroso y misericordioso, y, sin embargo, es justo y recto, digno de nuestra adoración y veneración? ¿Cómo se tratan entre sí los integrantes de la iglesia? ¿Son individuos bondadosos, amorosos, y se ve que se interesan unos por otros, deseando ayudarse y alentarse mutuamente para caminar con Dios?

Pide a Dios que te ayude a encontrar una iglesia donde puedas compartir la hermandad y rendir culto cada semana.
Ese es el crecimiento. Como los niños, tememos enfrentarnos a él, pero cuando llega, nos parece maravilloso. Así, pues, tu crecimiento como cristiano será al mismo emocionante y útil.
A manera de repaso, vemos que, para avanzar desde nuestra conversión inicial hacia la madurez espiritual, debemos emplear estas “herramientas” especiales:

Acude a Dios diariamente a través de la oración.
Lee a diario la Palabra de Dios.
Obedece a Dios en cada momento.
Da testimonio de Cristo con tu vida y con tus palabras.
Confía a Dios todos los detalles de tu vida.
El Espíritu Santo permite que Dios tenga el control y el poder sobre tu vida diaria.

Tu crecimiento como cristiano dará gloria a Dios y le permitirá bendecirte con Su Presencia. Esa Presencia trae la fuerza para vivir.

No hay comentarios: