domingo, 20 de julio de 2008

CUANDO NO HAY ARMONIA

A veces los investigadores en el campo de la ciencia médica hacen ciertos experimentos sobre animales. Por ejemplo, toman un perro vivo, le hacen una operación quirúrgica y destruyen ciertos centros de locomoción de su cerebro. Luego observan sus movimientos. El animal tiene vida, se mueve, pero sin orden. No hay autoridad en el cuerpo. Los miembros no obedecen. Quiere caminar, levanta una pata y se cae; quiere levantarse y no puede. No hay coordinación, porque los miembros no tienen una cabeza que los dirija.
Si ver un cuadro así es horrible, mucho más es observar a la iglesia, el cuerpo de Cristo, actuar de esa manera. Esto sucede cuando cada miembro de la iglesia no está bajo las órdenes de la cabeza, que es Cristo. Cada uno actúa, entonces, como quiere o como mejor le parece. No hay armonía. Hay vida, hay movimiento, quizá mucho trabajo. Pero no hay progreso. Recién cuando todos los miembros del cuerpo reconocen a la Cabeza y le obedecen incondicionalmente, podemos tener una imagen de lo que es la iglesia de Cristo aquí en la tierra. Gracias a Dios que hoy El está sanando a la iglesia. El está levantando a este Cuerpo enfermo, le está dando vida, y la iglesia esta respondiendo de un modo alentador.
Si alguno se le ocurre preguntar: ¿Cuál es la iglesia verdadera?, en seguida pensaríamos en la que tiene una sana doctrina, es aquella que teológicamente está más acertada. Pero yo respondería con sencillez a esa pregunta diciendo que la iglesia verdadera es aquella que vive y actúa en la tierra como el reino de Dios y como el Cuerpo de Jesucristo.

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