sábado, 20 de septiembre de 2008

DAR CUENTA

Mayor es Dios que el hombre. ¿Por qué contiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus razones. (Job 33:12-13)
Dios… pagará a cada uno conforme a sus obras.
(Romanos 2:6)

Dios no tiene por qué darnos cuenta. Sus pensamientos están infinitamente por encima de los nuestros. Evidentemente, es imposible que la criatura comprenda al Creador, salvo cuando éste se le revela. Lo que no entendemos ahora, le entenderemos más tarde, pero desde ahora, nosotros, quienes conocemos a Dios, nos inclinamos con sumisión ante sus decisiones.
No, Dios no tiene que rendirnos cuenta, pero nosotros hemos de dar cuenta a Dios. Ante él somos responsables de nuestros actos, de nuestras palabras y hasta de nuestros pensamientos.
El primer punto acerca del cual los hombres deberán explayarse será la posición que hayan tomado con respecto a Cristo y a su sacrificio. Si, al reconocerse pecadores, aceptaron a Jesús como su Salvador, serán salvos y liberados del juicio. Si rehúsan la salvación que Dios les ofrece por medio de Jesús, comparecerán ante el gran trono blanco para ser condenados a las penas eternas y conocerán los castigos conforme a lo que fueron sus obras. Así lo dice la Biblia.
Dos conclusiones se nos imponen: la urgente necesidad de hacer nuestras cuentas… y será para comprobar nuestra bancarrota moral y luego para ponernos en regla con Dios mientras dure el día de la gracia. Una vez hecho esto, nos incumbirá el feliz deber de comportarnos de una manera digna del Señor.

No hay comentarios: