miércoles, 6 de agosto de 2014

COMO LIBERARSE

Romanos 8:1-11 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús… —Romanos 8:1 El elefante es el animal más grande de la Tierra… y uno de los más poderosos. No obstante, solo hace falta una cuerda fuerte para controlarlo. Se consigue de este modo: cuando el elefante es joven, se lo ata a un árbol grande. Durante semanas, hará fuerza y tirará, pero la soga lo mantiene inmóvil. Entonces, con el tiempo, no lo intenta más. Más tarde, cuando el animal alcanza todo su tamaño y fuerza, ya no lucha para liberarse, porque, en cuanto siente resistencia, se detiene. Sigue creyendo que está cautivo y que no puede soltarse. Satanás puede aplicar una treta similar para mantenernos esclavizados. La Biblia nos asegura que «…ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu» (Romanos 8:1). Hemos sido «[librados] de la ley del pecado y de la muerte» (v. 2). Pero el enemigo de nuestra alma trata de hacernos creer que seguimos dominados por el pecado. ¿Qué hacemos, entonces? Reflexionar en lo que Cristo ha hecho: murió por nuestros pecados y puso fin a su control sobre nosotros (v. 3). Resucitó de los muertos y nos dio el Espíritu Santo. Ahora recibimos poder para vivir de manera victoriosa en Él porque «el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también [nuestros] cuerpos mortales por su Espíritu que mora en [nosotros]» (v. 11). En Cristo, somos liberados. —Experimenta la verdadera libertad: somete todo pensamiento a la obediencia a Cristo.

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