miércoles, 27 de agosto de 2014

QUE NO SE REPITA ESE RECIBIMIENTO A JESÚS EN LAS PERSONAS QUE TENEMOS AL LADO NUESTRO

Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. Lucas 9:58 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Juan 1:11-12 Si uno ha sido mal recibido por alguien, no siente el deseo de invitar a esa persona y tratarla como un rey. Sin embargo, el Hijo de Dios respondió con amor al odio del hombre. Dios creó al hombre para que fuese feliz, y lo colmó de sus bendiciones, pero el hombre se alejó de Él. Cuando Dios, después de hacer tantos llamados en vano a través de los profetas, envió a su Hijo a la tierra, ¿cómo fue recibido? “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” (Juan 1:11). “No había lugar para ellos (María, José y el niño Jesús) en el mesón” (Lucas 2:7). Su pueblo no quiso saber nada de él. Incluso pidió a grandes gritos que lo crucificasen (Lucas 23:23). Prefirió liberar a Barrabás, un ladrón, y condenar a muerte a Jesús. ¡El mundo no tenía un lugar para Jesús! Y hoy, ¿tendría un lugar? Al amor que el Salvador nos mostró, respondimos con odio. ¡Jesús fue condenado y crucificado injustamente! Pero el Señor respondió así a este rechazo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay… voy, pues, a preparar lugar para vosotros… Os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3). Él ofrece este lugar a todos los que reconocen su rebelión contra Dios y se arrepienten. Ahora nos invita a ir a él. ¿Qué nos tiene preparado? Una felicidad eterna en la casa del Padre. “Mas a todos los que le recibieron… les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12). Quizás pensemos que si se repitiera la historia de que Jesús no tuviera donde ir..., nosotros le daríamos lugar. El ya está en el mejor lugar..., pero acá ha muchos en esas condiciones..., Él dejó dicho que si lo hacemos con ellos es lo mismo que hacerlo con Él. Dios nos ayude.

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