viernes, 15 de agosto de 2014

¿Y DESPUÉS DE LA MUERTE QUÉ?

Mateo 28:1-10 No está aquí, pues ha resucitado, como dijo… —Mateo 28:6 Estaba sentada al lado de la tumba de mi padre, esperando con mi familia que comenzara la sepultura privada de mi madre. El encargado del funeral llevaba la urna con las cenizas de ella. Yo tenía el corazón adormecido y la mente nublada. ¿Cómo podré enfrentar la pérdida de los dos en un lapso de solo tres meses? En medio de mi dolor, me sentía vacía, sola y con pocas esperanzas de poder enfrentar el futuro sin ellos. Después, el pastor leyó acerca de otra tumba. En la madrugada del primer día de la semana, las mujeres fueron al sepulcro de Jesús, llevando especias para colocar sobre su cuerpo (Mateo 28:1; Lucas 24:1). Se sorprendieron al descubrir que la tumba estaba abierta y vacía… y al ver un ángel. «No temáis», les dijo (Mateo 28:5). No tenían que tenerle miedo ni al sepulcro vacío ni al ángel, ya que este tenía una buena noticia para darles. Recuperé la esperanza cuando escuché: «No está aquí, pues ha resucitado, como dijo…» (v. 6). ¡La muerte había sido derrotada porque Jesús había vuelto a vivir! Apenas unos días antes de su muerte, Él les recordó a sus seguidores: «…porque yo vivo, vosotros también viviréis» (Juan 14:19). Aunque lamentamos la pérdida de nuestros seres amados, la resurrección de Jesús y su promesa de que hay vida después de la muerte nos dan esperanza. —Señor, gracias por el consuelo y la esperanza. ¿Qué haríamos sin ti? Porque Él vive, nosotros también vivimos.

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