lunes, 8 de septiembre de 2014

DISPARAR NO ES COBARDÍA SINO EVITAR UN DESORDEN

Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 2 Timoteo 2:22 Las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. 1 Corintios 15:33 Vivimos en una época en que las nociones del bien y del mal son tan confusas que corremos el peligro de adoptar un juicio completamente falso si no está basado en la Palabra de Dios. Sin duda el mundo ha evolucionado mucho más en los últimos cincuenta años que durante los cinco siglos precedentes. Pero al mismo tiempo la violencia sigue estando ahí, y la inmoralidad nos agrede de muchas y diferentes maneras. Por ello es muy oportuno recordar la firmeza y la pureza de José frente a la tentación, cuya historia está narrada en el primer libro de la Biblia (Génesis 39). José era esclavo, joven, hermoso, y su señor confiaba plenamente en él. La esposa de éste trató de seducirlo insistentemente para llevarlo a cometer adulterio. Frente a esta tentación José se hallaba solo, lejos de su familia en un país extranjero. ¿Cómo podía escapar de la red que lo encerraba? Huyendo lejos de esa mujer, como huimos ante una serpiente venenosa. Esta huida era la única actitud sabia. Normalmente, en una batalla, huir es una actitud cobarde, de derrota, pero en el ámbito de la fe significa ganar. Jóvenes cristianos, pidan al Señor la fuerza para permanecer puros y proseguir la santidad (Hebreos 12:14). Tengan el valor de apagar esa pantalla, de cerrar ese libro que los llena de malos pensamientos, de decir no a algunos compañeros que se burlan de ustedes porque no quieren actuar como ellos. Aborrezcan el mal. ¡Nunca olviden que Dios los ve!

No hay comentarios: