jueves, 18 de septiembre de 2014

HABLAR DE LA VERDADERA HISTORIA DE UNO, CON DIOS

1 Crónicas 16:7-13 Alabad al Señor, invocad su nombre, dad a conocer en los pueblos sus obras. —1 Crónicas 16:8 Cuando el destacado autor Studs Terkel buscaba un tema para su próximo libro, uno de sus amigos le sugirió que escribiera sobre la muerte. Aunque al principio se resistió, la idea fue tomando gradualmente forma, pero su voz se volvió extremadamente real cuando su esposa, con quien había estado casado 60 años, falleció. Entonces, el libro se convirtió en una investigación personal: un ansia de saber qué hay después de la muerte y adónde acababa de ir su amada. Las páginas del libro son un conmovedor recordatorio de nuestra propia búsqueda de Jesús, y de las preguntas y preocupaciones que tenemos sobre la eternidad, mientras recorremos el sendero de la fe. Estoy agradecido por la seguridad que podemos tener de que estaremos con Jesús después de la muerte si hemos confiado en Él para que perdone nuestro pecado. No hay mayor esperanza que esta. Ahora tenemos el privilegio de compartir esta esperanza con todos los que podamos. En 1 Pedro 3:15, se nos exhorta: «… estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros». Como declaró David, Dios nos da la oportunidad de «[invocar] su nombre, [dar] a conocer en los pueblos sus obras» (1 Crónicas 16:8). Las historias de muchas personas que amamos no han terminado aún, y el privilegio de hablarles del amor de Jesús es un regalo sumamente precioso. —Que diariamente anhelemos contar nuestra historia de Jesús, y que tengamos oportunidad de hacerlo.

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