lunes, 15 de septiembre de 2014

HAY RECOMPENSAS A LOS QUE VENCEN

Cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 1 Corintios 3:8 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:21 Cada año los jefes de Estado y sus ministros conceden cierto número de condecoraciones a algunas personas que lo merecen en todas las disciplinas o profesiones. El día de la ceremonia los galardonados se presentan ante los altos funcionarios, quienes ponen una medalla en su pecho y los felicitan calurosamente. La prensa informa y publica fotos sobre el suceso. Los cristianos tenemos el privilegio de servir a un Señor. Y mucho más que las autoridades de este mundo, el Señor está atento a la fidelidad de los suyos. Él ve y sabe todo; no olvida nada de lo que hacemos por él. Jesús, el justo Juez, sabrá recompensarnos un día (Hebreos 11:6). En todo lo concerniente al juicio humano, puede haber injusticias: recompensas dadas injustamente o recompensas que no fueron atribuidas a personas que lo merecían. En oposición a las distinciones humanas, la recompensa que el Señor prepara para cada uno de los suyos no será el resultado de ningún error, sino que retribuirá exactamente todo lo que haya sido hecho para él. No obstante, aunque la Biblia menciona la recompensa para animar al creyente, éste no trabaja con miras a ella, sino por amor y agradecimiento a su Señor. Apocalipsis -2 7-Al que venciere, daré á comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios 11- El que venciere, no recibirá daño de la muerte segunda 17-Al que venciere, daré á comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. 26-Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta el fin, yo le daré potestad sobre las gentes; 27-Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantados como vaso de alfarero, como también yo he recibido de mi Padre: 28- Y le daré la estrella de la mañana. Apocalipsis -3 5-El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. 12-Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalem, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi nombre nuevo 21-Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono. ¿Qué podríamos desear más que la aprobación del Señor? “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse” (2 Timoteo 2:15).

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