sábado, 25 de octubre de 2008

EL LASER

La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos… discierne los pensamientos y las intensiones del corazón. (Hebreos 4:12)

El director de una importante fábrica de calderas guiaba a un grupo de ingenieros que visitaban la cadena de producción. Con ensordecedor ruido las prensas daban forma a las chapas; más lejos, unas piezas eran cortadas despidiendo haces de chispas. De repente se vio cómo, en un sorprendente contraste, sin ruido alguno un robot recortaba chapas de acero. Satisfecho con el efecto producido, el director reunió a su alrededor el grupo de visitantes para explicarles lo interesante de ese nuevo procedimiento con la utilización del láser, ese luminoso pincel extremadamente fino que dispone de suficiente energía como para recortar las chapas sin rebaba, con rapidez y precisión.
Era ésa una débil imagen de la acción de la luz divina en el corazón de un hijo de Dios. Como una espada, la Palabra de Dios penetra en el alma. Discierne en ella los más ocultos pensamientos y sentimientos, escudriña y pesa los más secretos móviles. Su acción purificadora y formadora se produce sin ruido.
Tomemos “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17), leámosla regularmente, a fin de que ella cumpla su trabajo en nuestras almas.
“En tu palabra he confiado” (Salmo 119:42).
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (v. 105).
“Susténtame conforme a tu palabra y viviré” (v.116).
“Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí. (v. 160).

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